(…) nos preocupa especialmente la formación en Gasteiz de un grupo de personas que instrumentalizan a vecinos y vecinas de los barrios de nuestra ciudad, con la excusa de la lucha contra la delincuencia, incitándoles hacia actitudes xenófobas/racistas y comportamientos que vulneran los derechos humanos de otros vecinos y vecinas. 

Una actitud que se asemeja mucho a la protagonizada por la extrema derecha en numerosos lugares de Europa, y que pensamos que no podemos tolerar de ninguna de las maneras en una ciudad que se quiere diversa en su convivencia.

(Del Manifiesto contra el bullying social a la familia Manzanares Cortés)

 

En KTT hemos tratado ya en varias ocasiones los graves episodios de bullying social que viene padeciendo en Gasteiz la familia Manzanares Cortés (a quien en su campaña de estigmatización algunas voces se empeñan en presentar con el genérico de “los pichis”). Así, en su día, y haciendo referencia al acoso que padecieron en Abetxuko, nos sumamos al Llamamiento público por la convivencia en Abetxuko firmado por 26 personas vinculadas al trabajo en apoyo de los derechos (humanos, sociales, culturales, políticos…), la reflexión ética o el impulso a la comunidad vecinal.

Pero al mismo tiempo nos pareció importante analizar la cuestión en más profundidad, con la esperanza de que tales deleznables hechos no volvieran a suceder en nuestra ciudad, y a ello dedicamos el documento ¿QUÉ ESTÁ PASANDO EN ABETXUKO? Una mirada desde otra perspectiva O aprendiendo de los errores para intentar que no vuelvan a suceder.

Desgraciadamente nuestros temores al efecto contagio que esta gravísima actitud de acoso pudiera tener en otras zonas de la ciudad se han materializado. Eso sí, convenientemente agitada por algunas de las personas que ya la impulsaron en Abetxuko, en concreto Pilar Castillo de la plataforma Delinkuentzia Kanpora, como las propias gentes de Astegieta reconocieron en el programa de Klaudio Landa del 04-12-2017:

Has citado a los vecinos de Abetxuko ¿os habéis reunido en algún momento con ellos? ¿habéis hablado con ellos?

-Sí, estamos asesorados, estamos siendo asesorados por Pilar Castillo, que estuvo de lleno en los problemas de Abetxuko y nos está ayudando en este tema también

– Asesorados ¿en qué sentido?

Pues en los pasos que debemos seguir para intentar que no entren a vivir aquí al pueblo

Esta señora es la misma que protagonizaba el video de EITB que ya os ofrecimos en su día y que creemos que sin necesidad de más comentarios refleja contundentemente lo que se puede esperar del personaje y sus asesoramientos.

La cuestión es que una vez que la familias Manzanares Cortés ha adquirido el derecho que le corresponde (a ella como a cualquier otra familia en su mismas circunstancias) a una vivienda de Alokabide, y tras demostrar reiteradamente también en los duros 8 meses de residencia en el albergue de CMAS (invitamos a cualquiera que no lo sepa a que se informe de lo que supone para una familia esa larga estancia en un albergue de sus características) su disposición a cumplir con las actitudes y requerimientos para la convivencia en paz (quienes se dejan engañar por las desinformaciones de algún periodista amarillo harían bien en acudir a las fuentes, las personas responsables de CMAS), se ha encontrado, antes de ir a vivir a su nuevo hogar en Astegieta, con una campaña de acoso que ha tenido entre sus primeros pasos el hecho delictivo del asalto con graves daños a la vivienda que les ha sido asignada.

Habrá tiempo de hablar de todo ello más despacio, pero hoy lo urgente es que la sociedad gasteiztarra (ni qué decir la institucional y política) se posicione tajantemente contra estas actitudes de bullying social que, desgraciadamente, recuerdan mucho a episodios protagonizados por la ultraderecha en diferentes zonas de Europa. Estas cuestiones o las cortamos entre todas de raíz o se enquistan y dan alas a algunos de los comportamientos más deleznables del ser humano.

Por ello hoy recogemos como parte principal de este post una iniciativa que consideramos tan oportuna como gratificante. Una primera respuesta de urgencia ante todo lo comentado, por parte de un grupo de firmantes de un texto de denuncia contra el bullying social al que se está sometiendo a la familia Manzanares Cortés (familia a la que desde estas líneas le enviamos nuestro reconocimiento por su actitud, así como nuestro calor y apoyo ante el acoso que están padeciendo).

Aparte de ese texto colectivo y del listado de personas que lo han suscrito,  queremos acercaros otros tres recomendables escritos sobre la cuestión, alguno desde puntos de vista muy próximos al manifiesto, y algún otro bastante más alejado, pero al que hay que reconocer valentía, actitud y talante. Se trata del texto escrito por Amelia Barquín, , la Carta abierta del párroco de la localidad alavesa al alcalde de Vitoria-Gasteiz, del impulsado por SOS Racismo y firmado por la propia familia Manzanares Cortés y otras personas, y el texto escrito sobre el asunto por Juan Ibarrondo.

Finalizar simplemente diciendo que lo que hay en juego es mucho:, la convivencia en Gasteiz. Si queremos evitar que el bullying social se instale definitivamente en nuestras calles hemos de posicionarnos ante lo que está sucediendo y entre todas buscar las razones de por qué está pasando y, principalmente, los caminos para evitar que se reproduzca.

 

 

ANTE EL BULLYING SOCIAL A LA FAMILIA MANZANARES CORTÉS

Las personas que firmamos este texto, lo hacemos extremadamente preocupadas por la situación creada tras la concesión de una  vivienda en alquiler social a la familia Manzanares Cortés en Astegieta, tras esperar como cualquier otra familia su turno en las listas de Alokabide.

Esta familia, ha estado sometida desde su llegada a Gasteiz (en concreto al barrio de Abetxuko) a una situación de bullying mediático y social sin precedentes en nuestra ciudad; rayando -si no traspasando-  el ámbito de lo delictivo, con escraches humillantes, amenazas, invasión mediática abusiva de su intimidad, informaciones falsas…

El derecho de la familia Manzanares Cortés (y de cualquier otra) a vivir en paz es básico e incuestionable, pero además, en su caso, se ve reforzado por su actitud abierta y dialogante y su determinación en la búsqueda de la convivencia en paz. Esa actitud ha sido constatada y avalada tanto por el preceptivo informe que desde Servicios Sociales se ha elaborado acerca de la familia, como por su cumplimiento de los diversos requisitos exigidos para acceder a la vivienda adjudicada por Alokabide.

Sin embargo en los últimos días, con el anuncio de su instalación en Astegieta, los acosadores han dado un salto cualitativo inaceptable con el asalto violento a una propiedad pública, como es el piso de la Sociedad Pública Alokabide donde se instalará la familia Manzanares Cortés,  provocando graves destrozos en la vivienda.

Más allá de la autoría material del asalto, hay que entenderlo como producto de actitudes y manifestaciones continuadas de incitación al odio por parte de los acosadores, que han desembocado finalmente en esta acción violenta, que debe ser investigada por las autoridades competentes para que sus responsables respondan ante la justicia, tanto los autores materiales como los instigadores.

En este sentido, nos preocupa especialmente la formación en Gasteiz de un grupo de personas que instrumentalizan a vecinos y vecinas de los barrios de nuestra ciudad, con la excusa de la lucha contra la delincuencia, incitándoles hacia actitudes xenófobas/racistas y comportamientos que vulneran los derechos humanos de otros vecinos y vecinas.

Una actitud que se asemeja mucho a la protagonizada por la extrema derecha en numerosos lugares de Europa, y que pensamos que no podemos tolerar de ninguna de las maneras en una ciudad que se quiere diversa en su convivencia.

Por todo ello, instamos a las instituciones públicas, los medios de comunicación y la sociedad civil de Gasteiz a posicionarse frente a este desafió inaceptable a la convivencia y los derechos de todas las personas.

Actuando para proteger los derechos inalienables de la familia Manzanares Cortés, informando con veracidad y responsabilidad, y movilizándose si fuera necesario en defensa de estos derechos.

 

Testu hau sinatzen dugunok biziki kezkatuta gaude Manzanares Cortes familiari, beste edozein sendi bezala Alokabiden txanda itxaroten egon ostean,  Astegietan esleitu zaion gizarte-alokairuzko etxebizitza dela eta sortu den egoerarekin.

Gasteizera iritsi zenetik, Abetxukoko auzora hain zuzen, familia honi bullying mediatikoa eta soziala egin zaio, hiri honetan inori egin ez zaion bezala; kasik delituaren mugetan, ez bada haratago: eskratxe umiliagarriekin, mehatxuekin, intimitatearen sarkinkeria mediatiko gehiegizkoarekin, informazio faltsuekin…

Manzanares Cortes familiaren (eta beste edozeinen) eskubidea bakean bizi ahal izateko oinarrizkoa da eta ezin eztabaidatuzkoa, baina gainera, haren kasuan, oinarri sendoak ditu, elkarrizketarako jarrera irekia izan duelako, eta bakezko elkarbizitzaren alde egin duelako beti. Gizarte Zerbitzuek jarrera hori berretsi eta bermatu dute, familiari buruz egindako arauzko txostenak erakusten duen bezala; kontuan hartzekoa da, halaber, Alokabidek esleitutako etxebizitza eskuratzeko eskatutako baldintza guztiak bete izana.

Azken egunotan, ordea, eta Astegietan ezarriko zirela korritu zelarik, jazarleek jauzi kualitatibo guztiz onartezina eman dute, jabego publiko baten kontra bortizki oldartuz, hots, Manzanares Cortes familiak hartu behar zuen Alokabide Sozietate Publikoaren pisuaren aurka joz: txikizio larriak eragin dituzte bertan.

Oldarraldiaren ardura materialaz harago, gorrotoa pizteko jazarleen jarrera eta adierazpen jarraituen ondorio gisa ulertu beharra dago gertatutakoa; azkenean, ekintza bortitz hori izan da emaitza, agintariek ikertu behar dutena, hala egileek nola akuilatzaileek justiziaren aurrean erantzun dezaten.

Zentzu horretan, biziki kezkatuta gaude Gasteizen sortzen ari delako pertsona talde bat, delinkuentziaren aurkako borroka aitzaki, gure auzoetako herritarrak manipulatzen ari dena, jarrera arrazista/xenofoboak sustatuz, eta beste auzokide batzuen giza eskubideak urratzen dituzten portaerak bultzatuz.

Jarrera hori eta Europako leku askotan eskuin muturrak erakusten duena oso antzekoak dira, eta uste dugu ezin direla inolaz ere onartu gure hirian, bizikidetzan anitza izan nahi duena hain zuzen ere.

Horregatik guztiagatik, dei egiten diegu erakunde publikoei, komunikabideei eta Gasteizko gizarte zibilari  bizikidetzak eta pertsona guztion eskubideek jasandako erronka onartezin horri aurre egiteko.

Manzanares Cortes familiaren eskubide besterenezinak babestuz, egiarekin eta ardurarekin informatuz, eta, beharrezkoa balitz, eskubide horien alde mobilizatuz, alegia.

 

 FIRMANTES DEL MANIFIESTO ANTE EL BULLYING SOCIAL CONTRA LA FAMILIA MANZANARES CORTÉS 
Personas firmantes Ámbito de Actuación 
Alvarez de Arcaya, Xabier (activista social)
Arakama, Manu (comunidad vecinal)
Argote, Rosabel (derechos personas refugiadas)
Barbero, Marta (comunidad de vida cristiana)
Barquín, Amelia (interculturalidad)
Basagoiti, Arantza (Gasteizko auzokidea)
Carmona, Luis (activista social)
Cruz, Olga (personas en riesgo de exclusión)
Cuerda, José Angel (personas en riesgo de exclusión)
Díaz de Tuesta, Miriam (sindicalista)
Duplá, Antonio (UPV/EHUko irakaslea)
Egia, Susana (sindicalista)
Eguía, Rubén (sindicalista)
Elizondo, Maite (UPV/EHUko irakaslea)
Errasti Arrieta, Lurdes (ámbito AMPAs)
Escalante, Antonio (auzo komunitatea)
Funes, Ignacio (derechos sociales)
Garagalza, Ainhoa (derechos de personas migrantes y refugiadas)
Garcia, Luis Karlos (kazetaria)
García Ibáñez de Garayo, Sergio (UPV/EHUko irakaslea)
Gorbea, Agustín (derechos personas refugiadas)
Hernández, Pilar (Gasteizko auzokidea)
Ibarrondo, Juan (derechos humanos)
Idigoras, Aitor (sindicalista)
Krakenberger, Andrés (activista de derechos humanos)
Lacalle, Mikel (maisu jubilatua)
Landaluce, Carmen (pediatra jubilada)
Lasheras, Amparo (periodista)
Lekue, Irantzu (artista plastikoa)
López de Aguileta, Alberto (cooperante)
Manzanos, César (derechos personas presas y profesor de la UPV)
Markuleta, Gerardo (idazlea)
Martín, Iñaki (luchas obreras 3 de Marzo)
Masa, José (derechos personas refugiadas)
Mayo, Elo (experta en igualdad de género)
Olabarria, Imanol (luchas obreras 3 de Marzo)
Olabarria, Zigor (herri mugimendua)
Oleaga, Bego (derechos personas presas)
Oñederra, Lourdes (idazlea eta UPV/EHUko irakaslea)
Oscoz, Juantxu (derechos sociales)
Ozaeta, Bego (sindicalista)
Pérez, José Ramón (derechos personas presas)
Placer, Félix (derechos humanos)
Ramirez de la Piscina, Txema (UPV/EHUko irakaslea eta kazetaria)
Rodríguez Barrón, L. Javier (UPV/EHUko irakaslea)
Ruiz, Reina (feminista)
Saenz, Jabier (sindicalista)
Sirinay, Tania (feminismo antirracista)
Urgell, Blanca (UPV/EHUko irakaslea)
Uribarri, Iñaki (derechos sociales)
Vázquez, Begoña (sindicalista)
Zaldua, Iban (UPV/EHUko irakaslea eta idazlea)

 

Contra el bullying a la familia Manzanares Cortés

AMELIA BARQUÍN

¿Sabes qué es el bullying?

Hablamos, por ejemplo, de esa chavala que recientemente se ha cambiado de centro por el maltrato continuado de sus compañeros de clase, que dicen sobre ella que es “x”, que su familia es “x”, que una vez hizo “x”, y que por eso merece el desprecio y la marginación. Esa niña podría ser tu hija, o tu sobrina, o cualquier niño o niña de tu entorno que conoces y aprecias. O cualquier otro chaval o chavala, te sea cercana o no.

Sea lo que sea lo que ocurrió a esa chavala en el primer centro, ¿será posible que todo eso la persiga hasta su nueva escuela y que también allí sea despreciada y marginada, desde el primer momento? ¿No tendrá el derecho a reanudar su vida en un nuevo entorno, entre relaciones más sanas? Como sabes, ahora mismo, en los centros escolares, luchar contra este tipo de persecuciones contra un alumno o alumna se ha convertido en una prioridad. El bullying y el sufrimiento que conlleva es algo que no se puede admitir en una comunidad educativa que está aprendiendo el respeto y la convivencia. En la actualidad los niños y niñas se están formando para apartarse del abuso y del acoso: para no llevarlo a cabo y para no consentir que se produzca ante sus ojos.

Hay una familia en Vitoria que está pasando por eso mismo. Es la familia Manzanares-Cortés. Ha sufrido un proceso de bullying social en un barrio de la ciudad, Abetxuko, y se vio forzada a marcharse de él. La familia vivirá próximamente en otro barrio de Vitoria, a lo que tiene derecho como otra familia cualquiera. Sea lo que sea lo que ocurrió antes, ¿será posible que todo eso persiga a estas personas hasta su nuevo barrio y que allí también sean despreciadas y mal acogidas desde el primer momento? ¿No tendrán estas personas el derecho a reanudar su vida en un nuevo entorno entre relaciones más sanas? ¿Deben sufrir para siempre la persecución? ¿Qué valores son esos y qué tipo de sociedad estamos construyendo?

Muchas ciudadanas y ciudadanos de Vitoria creemos que sí, que esas personas deberían tener ese derecho a vivir en paz, tanto las adultas como las jóvenes y niñas de la familia. Y tú, ¿también lo crees?

Por el derecho de todo el mundo a reanudar su vida en un nuevo entorno sin sufrir bullying social.

Reacciona contra el bullying. También contra el bullying ejercido contra la familia Manzanares-Cortés. No lo ejerzas. No lo permitas. Respeta. Acoge.

 

 

Carta abierta del párroco de la localidad alavesa al alcalde de Vitoria-Gasteiz

Asteguieta: no es racismo, es impotencia social y miedo por adelantado

«¿No será porque el Ayuntamiento es fuerte con el débil y débil con el fuerte?»

El lado bueno no significa convertir en víctimas absolutas a los pobres y eximirlos de toda responsabilidad en deberes hacia los demás

(José I. Calleja, párroco de Asteguieta).- Sr. Gorka Urtaran Agirre, me llamo José Ignacio Calleja Sáenz de Navarrete, soy sacerdote y profesor de ética social cristiana, ¿cómo no voy a estar por la acogida y los derechos fundamentales de una familia en precario -mayores y niños- en nuestra ciudad?

Además soy el párroco de la localidad alavesa de Asteguieta, ¿cómo voy a oponerme a que si esa es la residencia más conveniente para esa familia en necesitad, así se lleve a cabo? No tengo dudas sobre mi deber.

Pero yo no vivo en Asteguieta y mi opinión ya no vale lo mismo. Queda condicionada por este hecho. Y porque ellos tienen que discernir y valorar su decisión en democracia laica; con criterios éticos, pero en democracia. Yo escucho a los residentes y veo enfado en todos y miedo en muchos. Escucho las razones y no me parece sin más racismo o fobia a los gitanos. No, no me lo parece.

De hecho es un pueblo pequeño (280 habitantes) con magrebíes, latinos, africanos y rumanos, y no ha sucedido nada parecido a esto. Desde luego que el pueblo no es el de hace treinta años, pero la gente va y viene, y convive en un barrio de periferia de manera muy digna. Recuerde, un barrio de periferia y muy sencillo en personas y recursos. Lo sabe. No creo que su modo de vida personal y familiar tenga este nivel de implicación con la diversidad día a día.

De pronto, todo ha estallado, y cuando los escucho, cuentan un conjunto de dificultades probadas en la vida de esta nueva familia que preocupan a cualquiera. No puedo creer que todas sean verdad y menos antes de que sucedan. Pero no es ni medio normal que el conflicto los persiga para salir de Bilbao, para salir de Abetxuko, para salir de Santo Domingo y para entrar donde ahora corresponda. No es normal y usted lo sabe. Por tanto, este es un dato muy importante para que se entienda a esta gente y no se resuelva sin más con «aquí las llaves del piso, aquí la policía por si surge algún problema; agur, amigos». O peor aún, con un «son ustedes unos racistas».

Alguien tiene que diseñar un Protocolo, a esto me refiero, para acompañar y facilitar la inserción social normalizada de esta familia en su nuevo hogar, donde este sea finalmente. Imprescindible es saber cuántos van a vivir en el piso, si respetan este uso familiar, si trabajan en algo (está difícil para ellos), si cumplen con la vida comunitaria, si escolarizan a los niños, sin abonan los gastos del común, si respetan, en suma, la vida de los demás en los usos ordinarios de Vitoria-Gasteiz en sus barrios. Para mí, en estos casos, este Encargo profesional de acompañamiento en la inserción es tan importante como la vivienda de alquiler social. En su defecto, la decisión social es muy pobre, y para la gente, muy gravosa. Y le corresponde a Usted.

A mí me gusta estar en el lado bueno de las cosas. A usted también, seguro. A SOS Racismo, también. Y al Obispo, a la Prensa y a los Profesionales varios… Pero todos tenemos que asumir que el lado bueno no significa convertir en víctimas absolutas a los pobres y eximirlos de toda responsabilidad en deberes hacia los demás. La denuncia social está muy bien, pero asumiendo la parte de responsabilidades que contrae la familia Manzanares Cortés y eso hay que reconocerlo en público y en privado. Digo esto, lo repito, porque a todos los que he citado siempre nos gusta estar del lado bueno de las cosas, sin sombras, y no puede ser. Las responsabilidades son compartidas y un Encargo profesional de acompañamiento a la inserción ayudaría mucho en esto.

También le quisiera decir que una decisión tan social tiene sus zonas oscuras que no quiero airear en público, pero me preocupan. Si finalmente se elige la barriada de Asteguieta, ¿por qué se prefiere un lugar tan marginal y poco poblado?, ¿porque es más fácil? ¿No será porque el Ayuntamiento es fuerte con el débil y débil con el fuerte? Pensaba yo si no es posible lo mismo en uno de esos pisos de Aretxabaleta, detrás del Carrefour, buen sitio para aparcar las furgonetas, colegio cerca… y ¿qué dirían los constructores, y los compradores de ayer o los futuros, y el precio de venta sería el mismo? Y esto, en Asteguieta por ejemplo, ¿no es igual? ¿Por qué la gente de Asteguieta con pisos propios de 75.000 euros, varios con el cartel de «se vende», tiene que ver mermada su propiedad en 20.000 euros -he hablado con las inmobiliarias- y hay que aceptarlo por obligación de solidaridad con la ciudad? ¿Por qué los ciudadanos con poder social, no?

Me preguntaba también, ¿hay una bolsa de viviendas bien repartida por todos los barrios de la ciudad, por todos, y se conoce con transparencia dónde toca ser solidarios y por qué ahí, y por qué en otros lugares no, de ningún modo, nunca? Y otra vez, ¿es que será el Ayuntamiento fuerte con los débiles y débil con los fuertes? Es que, en serio, ¿un barrio de alto nivel en Vitoria-Gasteiz, un chalet de Ciudad-Jardín, por ejemplo, o del Alto de Uleta, o del lugar que Usted mejor que yo ha de conocer, acogería una vivienda de alquiler social en su zona, bloque y manzana, más aún si viene precedida de un gran conflicto cívico por meses y meses? ¿No recurrirían a todos los modos de presión legales y de lobby en la ciudad para impedirlo? ¿Qué no harían legal y políticamente para evitar su llegada? ¿Se lo impondrían? No.

Me dirá que no es posible por el tipo de vida y necesidades sociales y culturales de una familia como la que hablamos, pero entonces, ¿admite que gobierna con límites personales y de clase cuyas reglas no puede transgredir? Y, entonces, ¿admite que la justicia social y la solidaridad complementaria que aplica por los pobres es tan raquítica como que sólo la puede practicar en los barrios de pobres? Luego ¿qué gobierno democrático de los iguales en derechos y deberes es este? Y ¿quién es el racista en los criterios de acción, los de Asteguieta contra la familia gitana, o el Ayuntamiento que sólo puede resolver estas situaciones de necesidad social con los Asteguietas de turno? Decepcionante. ¿Tendría que callarlo?

Mantengo lo dicho al principio. Esta gente tiene que vivir en un lugar común por dignidad de personas, y más por los niños, pero vienen muy poco preparados para hacerlo con cuidado del derecho de los demás; hay pruebas de que es así. Todos tenemos que aprender, ellos y nosotros. Marque un Protocolo preciso de Acompañamiento profesional de su inserción en esa vida comunitaria. Eso vale dinero, pero la ciudad tiene que saber que esto es así, si quiere ser justa con la gente que se ve obligada a un sacrificio al acogerlos. Si finalmente es Asteguieta, sus habitantes sufren mucho en su convivencia (inicialmente al menos) y en su patrimonio.

Hay que cuidarlos con calidad de vida y justicia. Si no lo hacen, ustedes se quedan a medio camino en la justicia, y lo saben, ¡por eso es tan difícil el oficio de político! La pregunta es, ¿qué exigirían ustedes de un Ayuntamiento si sus familias, sus niños, su ikastola y su patrimonio se vieran afectados en esta proporción mañana? Usted, como yo, supuesto que admitimos que es un caso de justicia y solidaridad, y nos ha tocado, ¿qué exigiría? ¿Ha pensado en esto? Yo sí y mucho.

Todos queremos estar en el lado bueno de las cosas, pero hay que pensar en a mí cómo me afecta y yo qué haría sin rehusar la justicia y la solidaridad. Pues eso que exigiría, hágalo con quien tenga que acoger a esta familia en su bloque y pueblo; y a la familia acogida, haga que aprenda a reconocer sus responsabilidades que son derechos para los demás. Yo lo intentaré en mi responsabilidad de cristiano y sacerdote, (y ciudadano).

Un cordial saludo y a la espera de lo mejor en justicia para Asteguieta, si es el lugar elegido.

José Ignacio Calleja Sáenz de Navarrete

Párroco de Asteguieta (Álava)

 

 

PITXI-FOBIA EZ!

El pasado domingo centenares de personas desfilaron de forma ordenada por las calles de Vitoria-Gasteiz con una consigna bajo la manga: DELINKUENTZIA KANPORA: Estamos de acuerdo. El problema es que es una consigna, que ni en términos generales se puede asumir, al ser dirigida contra personas concretas: Tres adultos y tres menores, alguna de meses.

Esa movilización, con tractorada de apoyo, más excavadora disuasoria, se ha llevado a cabo de modo público en régimen de colaboración pasiva de unas autoridades – sino complacientes – sí permisivas.

El hilo conductor central: ¡PICHIS NO! al menos en los carteles de la convocatoria previa – sin firma- que  fueron distribuidos  un par de días antes. ¿Razones para la misma? Resistencia vecinal activa de carácter preventivo, respecto, a la adjudicación de una vivienda en régimen de alquiler social en ASTEGIETA, sin que la misma haya sido, ni ocupada, ni puesta a disposición de la familia, por el momento. Pero, SI ha sido, cautelarmente, asaltada y ocupada de modo temporal, a fin de  convertirla en inhabitable, por ¿Desconocidos…?

Nada se gritó, ni se sugirió, ni se megafoneo, sobre la DELINCUENCIA OPACA por aquellos, que dispusieron de los medios necesarios para el buen y brillante desarrollo de la misma. Esa delincuencia oculta, que se ha puesto en marcha , no es parte, ni del discurso, ni de la denuncia, pero sí de la manipulación, porque a juicio de esta parte, es una derivada  previsible de la contaminación de la violencia en ABETXUKO frente a la Familia Manzanares/Cortés e hijos, así como ante determinados convecinos que no respondieron a las consignas de PITXIS KANPORA, y que, en consecuencia, fueron atacados y siguen siendo desgraciadamente acosados. Esa violencia activa llegó a ser socialmente aceptada lamentablemente, ante la distancia de determinadas Autoridades Públicas.

Los ocho meses de estancia de la familia  M/C, en el Pueblo-barrio-obrero del extrarradio Vitoriano, consistieron en un largo vía-crucis, de tropiezos, barricadas vecinales y malas artes, sin dar la menor oportunidad, ni tregua alguna a seres humanos, cuyo único delito asignado ha sido y sigue siendo ser parte de un árbol genealógico idéntico al de cualquier otra persona: Los A, los B, los Z, etc.

La pasividad de las Autoridades, fue clamorosa. Su permisividad y silencio previo, han ayudado y conducido ¿de modo involuntario? a la TRACTORADA DE LA PITXI-FOBIA actual, cuyo común denominador sigue siendo el ODIO inducido hacia otros. Odio, innecesario e incendiario, por irracional e injusto.

Hay que lamentar – determinadas complacencias – sino reconocidas, si alimentadas desde el silencio y la indiferencia. Es un hecho, que reconocemos, pero no compartimos.  Hay que recordar el Deber de Auxilio, que nos obliga como seres humanos ante situaciones extraordinarias. Mirar para otro lado. Escondernos ante las blancos fáciles de la exclusión social, es una actitud execrable. Es una actitud perversa que alumbra el retroceso real de una sociedad engreída y soberbia por su altanería, por actuar pensando que somos los dueños efectivos del buen vivir y de las “hormas sociales” en vigor, supuestamente aplicables para todos.

La familia Manzanares/Cortés, no es perfecta. ¿Qué familia lo es? Se le exige, de modo cáustico y excluyente, un certificado preventivo de “Buena Vecindad”, del tipo que se extendían y exigían en los Ayuntamientos de la Dictadura. ¿Pretenden, exigir dicho certificado – previa tractorada -premonitoria de que aquí hay que tomarse la justicia por la propia  mano, por una vecindad activada por el virus de la xenofobia en estado natural?

Creemos que no. Los Manzanares/Cortés, radicados durante – siete meses ya, en el CMAS de V-G – tienen derecho a poder ejercer de ciudadanos libres, asumiendo bajo su total responsabilidad, las consecuencias de sus actos en todos los sentidos – familiar – convivencial – vecinal – etc. Creemos, que no hacen falta mojones Anti-Manzanares-Cortés con derecho de control de entrada y salida – con pago de peaje vecinal previo – en las entradas de los barrios vitorianos, ni en ningún otro lugar del País de los Vascos.

Poner sobre la mesa, que la Plataforma ASTEGIETA-ABETXUKO, específica para el caso, mantendrá sus movilizaciones, en tanto, no logren el ilegal objetivo de impedir, que la familia se instale en la vivienda asignada – por turno – es un objetivo, ante el cuál, la Fiscalía Provincial de Araba, debiera de actuar, simplemente de oficio, al margen de que, el propio Ayuntamiento, Alokabide, los interesados, o entidades sociales, puedan también hacerlo.

Conviene CONVIVIR. Conviene NO RECHAZAR. Conviene RECLAMAR, que los ONGI ETORRI lo sean para todos, y de no ser así, no debiera serlo para nadie. Conviene recordar, que las proclama de la consigna: “EL PUEBLO UNIDO JAMÁS SERÁ VENCIDO”, no se pueden invocar gratuita y alegremente, porque dichos esloganes, se merecen un respeto que Ustedes no le reconocen, ni le dan.

Vitoria-Gasteiz, a 14 de diciembre del 2017.

Pedro María Manzanares * Natividad Cortés * Luís Carmona * Remedios del Barco * Lurdes Durán * Raymond Manzano * Jesús González * Ayoub El Bachyri * Fátima Abousaid * Fede García * ……

 

 

Algunos apuntes sobre los llamados «Pichis» que quizá pueden interesar a vecinas y vecinos de Astegieta.

1.Todos los informes del personal técnico municipal (del albergue CMA y de Bienestar Social) hablan de su buena actitud, y de su intención probada para vivir de forma normalizada allá donde se les permita.

  1. La información sobre esta familia que aparece de forma recurrente en algunos medios de comunicación es falsa. Los Manzanares Cortés no son un clan violento, ni tienen que ver con el narcotráfico, ni otras actividades delictivas. Las informaciones en ese sentido (que se realizan sin contrastar ni explicar sus fuentes) contribuyen a generar rechazo contra esta familia, una familia pobre en riesgo de exclusión.
  2. Esta familia ha sido sometida a graves amenazas, bullyng vecinal, estigmatización mediatíca…, a lo que siempre han respondido desde el respeto sin caer en provocaciones, actuando según se les requería por parte de los servicios sociales municipales, alokabide…
  3. También el Ararteko ha referido en varias ocasiones la buena voluntad de la familia y ha denunciado el acoso que sufre.
  4. Existe en Vitoria un grupo de personas que con tácticas propias de la extrema derecha está instrumentalizando a vecinas y vecinos de los barrios de Gasteiz, fomentando un miedo infundado hacia esta familia, e incitando al odio, con la última consecuencia del asalto y destrozo del piso de Alokabide.
  5. Es lógica la desconfianza y el miedo de vecinas y vecinos de Astegieta, dada la información que reciben y las malas experiencia con otra familia gitana en su pueblo. Sólo les pediría que contrasten la información, que no hagan caso (sin escuchar antes otras voces), a quienes les predisponen contra esta familia.
  6. No se puede acusar a la familia Manzanares Cortés de los que puedan, o hayan podido, hacer algunos de sus familiares en Bilbao. No son un clan sino una familia.

Juan Ibarrondo Portilla