Como en años anteriores, una vez finalizado 2018 ponemos a vuestra disposición la recopilación de noticias que han ido apareciendo sobre el bario en medios escritos durante los últimos doce meses. Aunque la posible utilidad de esta recopilación pueda ser la consulta a posteriori, creemos que un vistazo a lo recogido en los medios permite contemplar con una perspectiva más amplia (más allá de la impuesta por la esclavitud de la inmediatez informativa que hoy en día padecemos) cuáles son algunas de las cuestiones más importantes para el barrio. Hemos dicho más importantes, pero deberíamos haber dicho más noticiosas, porque como comentamos en el último apartado de esta introducción (“Sólo lo que aparece en los medios”, que consideramos conveniente leer para contextualizar correctamente este trabajo) “como bien sabemos el vecindario del barrio, no recoge ni la cuarta parte de lo realmente sucedido y vivido en el barrio”.

Aunque en el archivo que contiene la recopilación El Casco Viejo en los medios 2018 vayan ordenadas simplemente por fecha de publicación, a la hora de comentarlas, nos ha parecido conveniente agruparlas por diversas temáticas que os presentamos en las siguientes líneas, con este índice de apartados:

  • LA LUCHA DE SANTO DOMINGO POR EL DERECHO A UNA VIDA DIGNA
  • EL ABANDONO INSTITUCIONAL HACIA EL CASCO, CADA VEZ MÁS GRAVE Y GENERALIZADO
  • VIVIENDAS, CASAS Y PALACIOS DESOCUPADOS MURIÉNDOSE… Y OKUPACIONES QUE LES DEVUELVEN LA VIDA
  • LOS PROBLEMAS COTIDIANOS QUE AFECTAN A LA CALIDAD DE VIDA EN EL BARRIO
  • LOS FIASCOS DE LOS PROYECTOS INSTITUCIONALES, QUE NO CESAN
  • EL INTERÉS MUNICIPAL EN EL CASCO EN 2018 SOLO SE HA CENTRADO EN UNA CUESTIÓN… QUE SE INICIARÁ EN 2019 Y QUE TIENE MOTIVACIÓN POLÍTICA: LOS ALREDEDORES DEL “MEMORIAL DE VÍCTIMAS”
  • UNA INICIATIVA MUNICIPAL POSITIVA
  • SÓLO LO QUE APARECE EN LOS MEDIOS

 

LA LUCHA DE SANTO DOMINGO POR EL DERECHO A UNA VIDA DIGNA

2018 ha seguido teniendo como una de las principales protagonistas, la admirable respuesta de la comunidad vecinal ante la desidia y el abandono institucional que padece la calle Santo Domingo en general y, desde hace más de un año, las 10 familias desalojadas de sus viviendas de los portales 40 y 42 en particular. Sobre ese testimonio de lucha vecinal hemos venido informando en diversas entradas de este post como, por ejemplo, estos dos:

·         La situación en Santo Domingo: grandes retos para todo el barrio. Santo Domingo bizrik!!!

·         Estudio Diagnóstico sobre la calle Santo Domingo (Santo Domingo Bizirik, 2ª Parte) Y la fiesta como herramienta de denuncia

Pero en este documento nos centramos en observar cómo han recogido los medios escritos esta cuestión. El resumen es relativamente sencillo. El año comenzaba con un desprendimiento en la fachada de otro edificio de la Santo y con el reconocimiento municipal de la gravedad de la situación en los edificios (a buenas horas). El vecindario se puso manos a la obra para la elaboración de un diagnóstico completo sobre la situación socioeconómica y edificatoria de la calle, para a partir de ahí exigir medidas concretas y adecuadas que sirvan para la realidad de las personas y comercios que residen en Santo Domingo, pues a pesar del esfuerzo económico que las familias de los portales 40 y 42 han realizado hasta el momento, para ellas (como para otras muchas familias del Casco que llegarán a situaciones parecidas) es imposible hacer frente a obras con presupuestos cercanos a los 300.000 euros, como es su caso.

La comunidad vecinal que se aglutina en torno a la Plataforma “Santo Domingo Bizirik!!”, además ha estado trabajando en cómo buscar vías de resolución a los problemas de convivencia que se dan en la calle, y ha exigido implicación a las instituciones. La respuesta de éstas no ha ido mucho más allá de intervenciones policiales y desalojos, que más que sentar las bases para la recuperación de la convivencia lo que están creando son problemas añadidos y condiciones de vida infrahumanas para algunas familias de Santo Domingo y su entorno.

La gravedad de la dejadez institucional tiene muchas vertientes. Una de las más llamativas durante 2018 ha sido la de comprobar cómo, tras muchos meses en que de forma reiterada el vecindario de un edificio de la Santo venía reclamando que se investigara el origen del hedor que padecían, sólo un año después hubo una intervención policial que descubría el cadáver momificado del vecino que residía en la vivienda. A pesar de ello, hubo medios que no dudaron en resaltar la dificultad de la actuación policial y criticar al vecindario por su falta de sentido comunitario. Eso pasa por hacer de voceros de las notas de prensa oficiales y no acudir a la fuente directa: el vecindario. De esta forma de funcionar de algunos medios y periodistas concretos, desgraciadamente, tenemos amplia experiencia en el barrio.

La recopilación de noticias en los medios sobre Santo Domingo concluye en 2018 resaltando que, transcurrido un año desde el desalojo de las viviendas de los portales 40 y 42, siguen sin haber ninguna noticia sobre soluciones concretas al grave problema.

Pero quien quizá mejor resume la verdadera situación de la calle y el barrio es el presidente de la asociación vecinal Gasteiz Txiki, quien señala claramente que el abandono no solo afecta a Santo Domingo sino que es generalizado en el barrio, y que sucesos similares van a seguir ocurriendo ante la dejadez institucional. Y tiene mucha razón.

 

EL ABANDONO INSTITUCIONAL HACIA EL CASCO, CADA VEZ MÁS GRAVE Y GENERALIZADO

Y es que, como señala Manu Arakama en la entrevista que acabamos de comentar, hay bastantes más calles que van camino de desembocar en una situación similar (si no peor) a la de Santo Domingo. Entre ellas, la calle Cubo, otra más de la zona noreste del Casco, lo que sigue incrementado nuestra sensación de que el Ayuntamiento quiere “arrasar por abandono” esta parte del barrio para “reconstruir” una zona muy golosa urbanísticamente por su cercanía a una de las entradas al barrio (Aldabe) y su inmediatez a la Catedral. Con el agravante de que en la calle Cubo buena parte de las viviendas son de propiedad municipal, como ya denunciamos en el documento Calle Cubo: O cuando el Ayuntamiento provoca conscientemente la ruina de decenas de viviendas municipales ¿para abonar la gentrificación?

Algunos otros datos sobre las consecuencias del abandono institucional al Casco han ido apareciendo durante 2018, como vais a poder comprobar. Por ejemplo, que en el barrio las lonjas vacías superan a la suma de negocios dedicados al comercio y la hostelería. Ni más ni menos que 235 locales vacíos en el Casco, 20 más que una década atrás cuando el ínclito Arroita decía que gracias a sus maravillosos planes iba a cambiar la cara al comercio del barrio… ¡¡y se gastó 4 millones de euros (casi 500 por cada persona vecina del barrio), en comprar lonjas que ahora están vacías!!!, dejando por ello sin atender las graves carencias socioeconómicas del vecindario. Algo que hace en su día ya denunciaba el colectivo vecinal Egin Ayllu con textos como “Las milongas de las mil lonjas”

Eso sí, también de la mano de la década de “gestión de Arroita”, el Casco cuenta ahora con 8 locales hosteleros más, esos que contaron con todo el apoyo de Arroita (ver documento vecinal titulado ¡¡¡Cómo vivís pajaritos!!! Los vivos del barrio).

Quien también paga el pato de la pésima gestión municipal en esta cuestión es el comercio de cercanía, ya que tal y como concluye el estudio que durante 2018 se presentó a los medios «La disminución del 12,17% en el número de comercios en el Casco Viejo provoca que este sector pierda importancia en detrimento de otras actividades o de las lonjas sin uso». La respuesta a todo ello del gabinete Urtaran a mediados de año ha sido la de prometer adecentar los locales vacíos… o sea, maquillaje estético, para que no se vea la realidad que su triste imagen denuncia.

Ello ha llevado a que durante este año el responsable de la Federación de Comercios y Servicios del Casco Medieval ponga el grito en el cielo. Aunque nunca hemos compartido las propuestas que en su día este personaje hizo para dinamizar el comercio en el barrio (muchas de ellas encaminadas a convertir el barrio en una especie de “parque temático”, y recogidas en el llamado Plan PERECA), al menos ahora reconoce lo que el vecindario veníamos denunciando desde hace años, la nefasta gestión del “supergerente Gonzalo Arroita”:

– Es muy crítico con la gestión del que fue gerente de la agencia de renovación Arich en la época en que se trató de dar un impulso al Casco Medieval.

– Con él se quedó todo en agua de borrajas, sólo hizo publicidad. Sí que puso al Casco Medieval en el candelero, pero no consolidó nada.

 

También coincidimos en una parte de su análisis sobre la que profundizaremos en posteriores documentos, pero que ya apuntamos:

El barrio va a dos velocidades, con una zona noble y otra deprimida; con una pujante y renovada hostelería y centenares de lonjas que fueron tiendas, vacías. Reclama a Urtaran un plan «urgente» para revitalizar el barrio

Como ya hemos comentado, durante este 2018 se han sucedido las denuncias y críticas por el abandono y desidia institucional hacia el Casco. Desde colectivos vecinales (Plataforma Santo Domingo Bizirik!!! y Gasteiz Txiki) hasta el representante de la Federación de Comerciantes. Pero no son las únicas voces. La situación es de tal gravedad que, desde el propio ámbito institucional, la Síndica vecinal también aprovechó la presentación de su memoria anual para sumarse a la denuncia pública de la situación que padece el barrio:

Aludió a situaciones en las que debe atender a vecinos de esta parte de Gasteiz que se presentan en su oficina con “lágrimas en los ojos por su falta de recursos y la situación de sus pisos porque ellos no tienen medios para hacer frente a las obras que se les requiere”. Exhortó la Síndica ante los representantes de las seis formaciones municipales a “poner el foco” con las actuaciones del Ayuntamiento y “trabajar por revitalizar desde la raíz el Casco Medieval

Sobre el papel de la Sindicatura con respecto al barrio, y la respuesta que recibe de los grupos municipales, elaboramos esta entrada del post: El Síndico y la Síndica dan la cara en el pleno por el Casco… y la denunciable desidia municipal se la parte

 

VIVIENDAS, CASAS Y PALACIOS DESOCUPADOS MURIÉNDOSE… Y OKUPACIONES QUE LES DEVUELVEN LA VIDA

En años anteriores hemos conocido que en el Casco hay ni más ni menos que 1.000 viviendas vacías (de un total aproximado de 4.500), lo más grave es que algunas de ellas son municipales, y no nos referimos sólo a los palacios y casonas, sino a viviendas. En una situación en la que no pocas familias del Casco tienen que padecer alquileres infrahumanos o vivir en condiciones de hacinamiento (tanto por cuestión económica como por el racismo y la xenofobia de muchos propietarios) a precios absolutamente abusivos, resulta que hay casas vacías municipales. Así, en marzo de 2018 se publicaba que:

Ensanche 21 tiene viviendas y locales comerciales valorados en 13,4 millones en el Casco Viejo, así como otros 2,5 millones en «inversiones inmobiliarias» en la ‘almendra’.

No es de extrañar, por tanto, que sectores de la población que tienen un complicadísimo (sino imposible) acceso a la vivienda no se queden con los brazos cruzados ante tamaño despropósito. Vimos en años anteriores cómo la juventud organizada en torno a GES (Gazte Emantzipaziorako Sarea) decidía okupar tres edificios municipales en el Casco, teóricamente destinados a alquiler juvenil, que llevaban 6 años terminados y vacíos. Pues bien, en junio, justo en la misma semana que el Ayuntamiento llevó a cabo el desalojo de uno de estos edificios (en la Pinto), anunciaba la puesta en marcha de un nuevo programa de “alquiler para jóvenes”. Seis meses después esa campaña no se ha concretado en nada… salvo en una propuesta municipal (afortunadamente, por una vez, echada atrás por la oposición) que incluía para la gente joven que quisiera acceder a ellos ¡¡la obligatoriedad de realizar trabajos sociales!!, como si fuera la condena por haber cometido el delito de no tener casa dónde vivir.

Y es que la respuesta municipal al problema de la vivienda en este 2018 ha seguido demostrando su incapacidad para darse cuenta de la dimensión real del mismo, y buscar soluciones adecuadas. Esa respuesta se ha basado en intentar hacer inhabitables esos edificios para quienes les están intentando devolver la vida, mediante cortes de energía eléctrica y represión judicializada. Es en parte la misma política que practican aquellos que se benefician de la especulación inmobiliaria dejando vacías casas a la espera de tiempos mejores, como es el caso de los bancos. Cuando esas casas vacías por la especulación son ocupadas por familias que no tienen acceso a vivienda alguna, los especuladores bancarios funcionan igual que el Ayuntamiento: judicialización y envío de la policía para que proteja el corte de electricidad con el que pretende impedir que las viviendas recobren vida. Varios casos de ello han aparecido en la prensa en 2018. Medios que, por lo general, ponen el acento en criminalizar a quienes okupan, en vez de denunciar las políticas municipales e intereses inmobiliarios que se empeñan en mantener casas vacías mientras hay gente que no tiene casa para vivir.

Quien conoce mucho mejor la realidad de la situación es la Síndica vecinal, quien lo ha dejado claro:

Hay dos vertientes en esta cuestión. Por un lado, gente de variada procedencia que no encuentra vivienda en alquiler, y es un problema que nos preocupa mucho. En segundo lugar, está la cuestión de Santo Domingo, Olarizu y Aretxabaleta. En ambos casos se trata de un problema urbanístico. En Santo Domingo, a mi juicio, los vecinos han hecho todo lo que estaba en su mano para rehabilitar las viviendas. El Ayuntamiento conoce exactamente cuál es la situación económica de las vecindades del Casco Medieval, sus medios y hasta dónde llegan las ayudas de Ensanche 21

Así que, visto el panorama de inacción municipal, alguna gente joven (y no tan joven) del Casco, ha comenzado a idear otro tipo de iniciativas que puedan garantizar su derecho a una vivienda, más allá de los gustos del mercado, e intentado ensayar modelos diferentes a los que el sistema intenta imponer. Surgía así durante este año “Bizikoopon” un proyecto de cooperativa de vivienda que pretende impulsar un modo de vida más comunitario, utilizando para ello tanto la creación de espacios comunes dentro del edificio (que posibiliten el contacto vecinal, el uso común de infraestructura o compartir las tareas de cuidados) como la determinación de involucrarse colectivamente en las tareas de creación y sustento de la comunidad vecinal… y todo ello lo quieren llevar a cabo en el Casco.

Mientras tanto, el Ayuntamiento, en una nueva demostración de desidia e incapacidad de gestionar su propio patrimonio, el pasado noviembre, por boca del Alcalde, asumía “la dificultad de dar uso a los palacios del Casco” y proponía “conjugar la iniciativa privada y la colaboración interinstitucional para recuperar estos edificios”. Claro que, como de costumbre, el Alcalde despreciaba la iniciativa popular. Craso error, porque, sobre todo en el contexto del Casco, ésta suele ser la que consigue resultados concretos. Y así ha sido de nuevo. Esta vez, además, de la mano de un centenar de mujeres que sólo 5 semanas después de que Urtaran confesara su “dificultad para dar uso a los palacios del Casco”, decidían ellas darle uso social a uno de ellos con la okupación del Palacio Álava-Velasco. Nacía así Talka, un espacio feminista en el Casco abierto a todas las mujeres, que pretende ser “una grieta en el sistema”, porque, como declaran, “no nos podemos quedar quietas mientras el sistema nos manipula, agrede, explota, asimila y mata”. No podemos sino felicitarnos de esta nueva iniciativa popular en el barrio que ya, de entrada, ha demostrado cómo la iniciativa popular consigue dar vida a un edificio al que entre las instituciones y la iniciativa privada (las dos han sido sus anteriores dueños) estaban condenando a muerte.

 

LOS PROBLEMAS COTIDIANOS QUE AFECTAN A LA CALIDAD DE VIDA EN EL BARRIO

Pero los problemas sin resolver y carencias que padece el barrio no solo se limitan a cuestiones de gran calado como las que hemos recogido en epígrafes anteriores, sino que tiene su reflejo también en cuestiones cotidianas que para algunas pueden parecer menores… porque no viven el día a día del barrio, pues si fueran vecinas del Casco comprenderían que padecer cotidianamente algunos de esos problemas afecta de manera muy seria a la falta de calidad de vida de cualquiera.

Por ejemplo, el eterno problema de los ruidos que tiene que padecer el vecindario como consecuencia de esa parte de la población de la ciudad que piensa que el Casco es poco menos que su bodeguilla, o la “lonja de encuentro” para jóvenes y no tan jóvenes… para desparramar sus gritos, vaciar sus esfínteres y vomitar sus excesos etílicos. Por eso, cuando durante 2018 se hacía público el “mapa del ruido sobre el ocio nocturno”, éste señalaba que “582 vecinos del Casco Viejo y zonas cercanas sufren en la ciudad molestias de ruido por culpa del ocio nocturno”… y eso que el estudio no recogía la casuística de los bares (los menos, pero varios) que desprecian también al vecindario con el que comparten calle y, saltándose la normativa y cualquier regla de convivencia, mantienen volúmenes insoportables en sus locales a altas horas de la noche impidiendo el descanso del vecindario. La Plataforma del Casco para la conciliación del ocio y el descanso vecinal ha conseguido arrancar al Ayuntamiento la puesta en marcha de una campaña educativa (basada en el “fármaco Relaxpirina”) intentando concienciar, a quienes vienen al Casco a disfrutar su ocio, de la necesidad de que éste sea compatible con el derecho al descanso de las personas vecinas.

Entre las cuestiones cotidianas que causan verdadero problemas al vecindario y que indican la dejadez municipal también ante estos asuntos, de nuevo nos encontramos con los continuos fallos y faltas de arreglo (o injustificada dilatación en el mismo) que padecen el elevador y las rampas que conducen hasta el Centro de Salud. A esos responsables nos gustaría verles con problemas de movilidad intentando subir las cuestas que conducen desde la base del Casco hasta la calle Correría donde se ubica el Centro de Salud. Seguro que entonces la cosa cambiaba.

No faltan tampoco quienes, por cálculo electoral, intentan crear problemas donde no los hay. Es el caso de la propuesta realizada durante 2018 por el grupo municipal del PP para la instalación en el Casco de cámaras de vigilancia para “frenar la inseguridad”. Su propuesta alcanzaba el disparate de instar a la colocación de cámaras de vigilancia en ¡¡14 puntos del barrio!! Llegando en su delirio a proponer “establecer un perímetro de seguridad de entrada y salida a las principales calles del Casco Viejo”. Menos mal que alguien que conoce muy bien el barrio, el escritor y guionista Juan Ibarrondo, ponía los puntos sobre las íes a esta disparatada y electoralista propuesta:

(…) Volviendo al ejemplo de las cámaras, como han señalado repetidamente las vecinas y vecinos del casco, conseguir seguridad en su barrio tiene que ver sobre todo: con la consolidación de un barrio vivo, con un tejido comunitario sólido, con la disminución de la pobreza, y la puesta en práctica de medidas para la inserción social de las personas excluidas…

(…) Por el contrario, los grandes despliegues policiales no sirven de nada, salvo para crear alarma social, que los medios amplifican dando una imagen del barrio como territorio comanche, que dista mucho de ser real.

A lo que añadiríamos que precisamente la intervención policial (en este caso la municipal) es la que en ocasiones genera la inseguridad, como en el caso de la detención, traslado a Barcelona e inicio de los trámites de expulsión de un vecino del barrio (que lleva más de 20 años viviendo en él). Afortunadamente hubo movilización vecinal y se consiguió que el vecino fuera puesto en libertad y volviera al barrio antes de que se llevara a cabo su extradición.

La cuestión de las cámaras de vigilancia también fue abordada en KTT con el documento Cámaras de vigilancia en el Casco Viejo: Si las cámaras son la respuesta ¿cuál era la pregunta?

 

LOS FIASCOS DE LOS PROYECTOS INSTITUCIONALES, QUE NO CESAN

Aunque parezca mentira tras todo lo visto hasta el momento, la desidia y dejadez institucional abarca aún más aspectos relacionados con el Casco. Hablamos de lo que se presentaron como “grandes proyectos para el barrio” y que, en los dos casos que vamos a ver, más de una década después no han pasado de ser proyectos… con consecuencias nefastas tanto en un caso para la población como en el otro para las expectativas de todo un ámbito social.

En el primero de los casos, el de las consecuencias nefastas para la población, nos referimos al vecindario que vivía en la última manzana de los impares de la Kutxi. Hace ahora hace 18 años todas las familias y personas residentes en esos edificios fueron obligadas a abandonar sus hogares. Años después fueron desalojadas las okupaciones que en los mismos bloques se habían dado para denunciar, entre otras cosas, esa actuación institucional. Todos ellas sufrieron las consecuencias del poder de una Fundación privada (pero en su mayoría compuesta por las diferentes administraciones públicas) como es la Fundación Catedral Santa María, quien se había empeñado en darse un regalito en esa manzana con un “museo de la catedral”, para lo cual forzó el desalojo de las personas que en él vivían. Casi 20 años después, los edificios de viviendas siguen en gran parte vacíos y la idea del museo abandonada. Esa es la preocupación por las necesidades sociales del barrio que demuestra la Fundación catedral. Así lo recogía un medio local el pasado abril:

Desde hace años el tramo final de la Calle Cuchillería va perdiendo vida al abrigo de la Fundación Santa María. La Fundación se hizo hace años con casi toda la manzana de los números impares, en lo que los vecinos consideran un proceso de gentrificación.

Los números 99 y 103 llevan varios años tapiados a la espera de una nueva vida para ellos (…) Son varios los vecinos del Casco Viejo que denuncian la actuación de la Fundación Santa María y consideran que, junto con la ARICH, es la principal responsable de la gentrificación del barrio. También han criticado el, a su juicio, mobbing inmobiliario que ha realizado la Fundación (…) Se quieren dedicar a la realización de actividades, aunque para ello se debería realizar una reforma integral de estos edificios. Es un proyecto que lleva años sobre la mesa y que desde la Fundación descartan iniciar por partes.

El segundo fiasco institucional con reflejo en los medios en este 2018 es sobradamente conocido, pues a pesar de llevar desde 2007 contando año tras año con dotación presupuestaria, a día de hoy sigue siendo mero proyecto: nos referimos al Gasteiz Antzokia. Todo lo referente a él parece sacado de un penoso guión de culebrón.

Después de un intento municipal por enfrentar al mundo euskaltzale con el movimiento popular y vecinal del Casco, con el pretexto de que la ubicación ideal y casi única posible del Gasteiz Antzokia era sobre el frontón Auzolana que para ello pretendían derribar (sobre todo ello elaboramos un extenso documento titulado Hablando claro sobre el frontón Auzolana y el Gasteiz Antzokia), en abril de este 2018 se hacía público que “El hallazgo de un posible depósito de combustible compromete el proyecto del Gasteiz Antzokia”.

En base a esa “dificultad inesperada” (en sus propias palabras “la presencia de un depósito de fuel pesado en el jardín y la necesidad de acometer un proceso de descontaminación que dilataría los plazos para alumbrar el proyecto”) el Ayuntamiento decide proponer una nueva ubicación para el Gasteiz Antzokia (ya no recordamos si la quinta o sexta), en este caso en el palacio de los Ruiz de Vergara ubicado en la calle Herrería 32 (palacio que, en otra demostración de dejadez institucional, comenzó unas obras por parte de Diputación para convertirlo en oficinas… obras que se abandonaron a medio hacer en 2009, permaneciendo desde entonces cerrado y tapiado)

A partir de ahí, nuevo episodio del culebrón “Gasteiz Antzokia” sobre la viabilidad para el proyecto del lugar ahora elegido. Y mientras tanto, clausura indefinida de uno de los pocos espacios públicos con que contamos la población del barrio: el jardín del Eskoriatza. Porque aunque en julio pasado se anunció que “el depósito de Escoriaza Esquível se vaciará y se limpiará en mes y medio”, a día de hoy sigue sin haberse iniciado actuación alguna. Gasteiz Txiki ya ha denunciado la situación.

Al mismo tiempo, el propio palacio Eskoriatza que iba a acoger otra de las partes del proyecto Gasteiz Antzokia, sigue degradándose, de tal manera que, según un informe municipal hecho público el pasado septiembre, “las obras de conservación de Escoriaza Esquivel suponen 1,3 millones de euros”. Lo que, ante las carencias presupuestarias en nuevas inversiones que marcará la más que probable prórroga presupuestaria, parece condenar de nuevo al Eskoriatza. Que no se extrañen luego si aparece una iniciativa popular que decida también en este caso poner fin a tal dejadez, okupar el espacio antes de que perezca definitivamente y darle vida y un uso de contenido social y vecinal.

 

EL INTERÉS MUNICIPAL EN EL CASCO EN 2018 SOLO SE HA CENTRADO EN UNA CUESTIÓN… QUE SE INICIARÁ EN 2019 Y QUE TIENE MOTIVACIÓN POLÍTICA: LOS ALREDEDORES DEL “MEMORIAL DE VÍCTIMAS”

No vamos a entrar en este post en valoraciones a cerca de lo que supone la iniciativa denominada “Memorial de víctimas” (hay quien la considera el “Museo de la Memoria”, hay quien la considera el “Museo de los horrores”, y hay más puntos de vista), pero lo que parece claro es que su puesta en marcha se debe a una iniciativa de calado político. Un dato sólo así lo corrobora: es la noticia relacionada con el ámbito del Casco que más ha aparecido en los medios durante 2018. Hasta en 8 ocasiones se ha tratado en los medios escritos locales.

En lo que sí vamos a entrar es en lo que supone para el Casco. Porque asistimos de nuevo a la utilización de un edificio del barrio para la instalación de un equipamiento de ciudad, mientras que siguen sin atenderse las necesidades de equipamiento de barrio más acuciantes (por ejemplo, un nuevo edificio para Centro de Salud ante la gravedad de las deficiencias edificatorias y colapso por falta de espacio que sufre el actual).

A esto hay que añadir el hecho de contemplar cómo desde las diferentes administraciones se reitera la incapacidad presupuestaria para invertir en el grave deterioro que sufren muchas viviendas del barrio y, sin embargo, contemplamos cómo esas mismas administraciones comprometen (además de lo ya gastado en la reforma del antiguo Banco de España para adecuarlo a “Memorial de víctimas”, 4 millones de euros de los presupuestos estatales de años anteriores) casi 6 millones de euros para lo que los medios denominan “actuación en el entorno del antiguo Banco de España”. 6 millones que van a ser aportados por las administraciones vasca y española como fruto de su negociación política presupuestaria.

A todo ello sumemos el hecho de que la reforma va a suponer la eliminación de otras 50 plazas de aparcamiento en superficie para el vecindario del barrio, agravando con ello un problema ya acuciante y al que la institución municipal desatiende una y otra vez. Así lo ha denunciado durante 2018 Gasteiz Txiki, ofreciendo vías alternativas para garantizar el derecho del vecindario a aparcar en el barrio o sus proximidades. Una de ellas pasa por el acuerdo entre las mismas administraciones para la utilización del parking subterráneo de la calle Olaguibel, justo al lado del antiguo Banco de España. Pero, en esta cuestión que tiene que ver con las necesidades vecinales, qué casualidad, las administraciones no logran llegan a un acuerdo.

Finalmente, no hay que perder de vista que la remodelación de esa zona colabora con los planes municipales para profundizar en la idea de crear una “zona VIP” en el Casco, que actualmente se centra en lo que podríamos denominar “frontera Sur” del barrio. En esa frontera Sur, desde la Virgen Blanca hasta Portal del Rey, han comenzado las inversiones privadas para la construcción de edificios de lujo (a un media de casi 250.000 euros por vivienda). Las remodelaciones que se van a llevar a cabo en la Cuesta de San Francisco unen esos dos extremos, cerrando con ello esa zona VIP. Como ya hemos comentado, sobre esta cuestión pretendemos profundizar en próximas entradas del blog.

 

UNA INICIATIVA MUNICIPAL POSITIVA

Aunque haya quien piense lo contrario, no somos de las que se resisten a reconocer iniciativas institucionales positivas cuando realmente lo son, y aunque las instituciones parecen empeñarse en ponérnoslo difícil, durante 2018 podemos recoger al menos una.

Se trata de la reforma que el Ayuntamiento va a llevar a cabo en la residencia para personas mayores “Aurora”, en la Corre, que, según se ha anunciado, servirá para que albergue pisos comunitarios, adaptar el edificio, sustituir los anticuados sistemas eléctrico y de detección contra incendios y adecuar la accesibilidad de algunos servicios, entre otras cosas. Ya iba siendo hora, para la tranquilidad de nuestras personas mayores, porque como recoge la propia noticia “El edificio de la residencia Aurora es anterior a 1900 y la última vez que el Consistorio actuó en el equipamiento fue hace más de treinta años, en 1985”. En cualquier caso, bienvenida sea.

 

SOLO LO QUE APARECE EN MEDIOS

Reiteramos una vez más que la compilación que ofrecemos no se trata de un resumen de lo acontecido en el barrio durante 2018, sino solo una selección de lo aparecido en medios escritos o digitales que, como bien sabemos el vecindario del barrio, no recoge más que una mínima parte de lo realmente sucedido y vivido en el barrio, que no es sino aquello que interesa a las instituciones, poderes económicos y políticos que impulsan esos medios o les suministran (vía notas de prensa) la lectura de los hechos que ellos consideran importantes, siempre con la vista puesta en sus intereses particulares. Algo que, en 2019, año electoral, va a ser todavía más exagerado que en este 2018.

Intentemos pues que la ¿información? de los medios no sea la fuente principal de la que bebamos para informarnos. Busquemos otras fuentes (que haberlas haylas), desarrollemos nuestra mirada crítica al leer los medios y, sobre todo, acudamos a las fuentes directas, que son el vecindario y las personas que trabajan en el barrio.

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