Fuente: Gasteiz Txiki

 

Este artículo tiene su origen en una petición de Argia, quien ha llevado a cabo su traducción para su publicación simultánea en euskera. Aprovechando que por una vez, gracias al trabajo de la gente de Argia, podíamos darle la prioridad al euskera que no somos capaces de darle habitualmente, colgamos inicialmente su versión en euskera el mismo día que Argía lo hacía en su revista. Ahora, como ya anunciábamos entonces, os hacemos llegar la versión en castellano. 999 eZker berriro ere lagunak zuen esparru zabala eskaintzeagatik.

 

 

TURISTIFICAR LAS VIVIENDAS PARA NO REHABILITAR LOS CASCOS. El caso de Alde Zaharra de Gasteiz.

¿Y si en vez de invertir en la tan necesaria como inaplazable rehabilitación social y urbanística de algunos Cascos Viejos las instituciones locales y autonómicas optaran por dejar que sea el negocio inmobiliario turístico quien se haga con el barrio y determine su futuro, aunque sea a costa de abandonar a su suerte (el desplazamiento) al vecindario residente, y para ello se sirvieran de los cambios necesarios en la normativa urbanística para que viviendas de uso turístico (VUT), habitaciones de uso turístico (HUT), y apartamentos turísticos desalojen del barrio las viviendas residenciales? Las instituciones públicas, al servicio de los inversores privados que promueven la turistificación de las viviendas. En el caso del Casco Viejo de Gasteiz no es una mera hipótesis, es, si la contestación vecinal no lo remedia, el camino elegido por la institución municipal.

 

Contextualizando la problemática.

 Como ya hemos comentado en otros post, los diversos Planes Especiales de Rehabilitación Integral (PERI) ensayados desde mediados de los años 80 en el Casco Viejo gasteiztarra, no han sido capaces de hacer frente a una situación cada vez más preocupante, ya no sólo en lo socioeconómico (con graves problemas de pobreza económica, falta de equipamientos básicos de barrio, cierre continuado de tiendas y comercios tradicionales…), que ni tan siquiera han intentado solventar, sino en lo edificatorio: cerca de la mitad de los edificios del barrio necesitan intervención urgente o muy urgente (los desalojos por riesgos estructurales son habituales); una cuarta parte de las viviendas del barrio están oficialmente  vacías (varias decenas de propiedad municipal); en no pocas de las habitadas se dan hacinamientos y condiciones infrahumanas (personas que no encuentran en la ciudad otra ‘alternativa habitacional’); son numerosos los casos de grave aislamiento social por falta de ascensor…

El problema fundamental no es la dejadez del vecindario en el mantenimiento de las viviendas, es la imposibilidad económica de hacer frente a una obras importantes con las condiciones que se les impone (acometer a la vez todas las obras necesarias; ayudas que sólo se cobran al final de las obras y que obligan a hipotecarse para realizarlas; falta de vías de financiación adecuadas a los ingresos de las personas) debida a una política de ayudas que de forma deliberada prima a quien tiene dinero, como forma de renovar el vecindario (gentrificándolo) y, sobre todo, a que las inversiones destinadas al barrio desde hace ya muchos años se dedican de forma principalísima a la rehabilitación de la Catedral Santa María en la estrategia de comercialización turística de un Casco Medieval inigualable.

Con el cambio de legislatura municipal, la concejala actualmente responsable del ramo inició un discurso que parecía enfocar con realidad el problema de fondo, al considerar necesario “intensificar la intervención pública en este ámbito con el fin de revertir su deterioro y asimilar sus condiciones socioeconómicas, urbanísticas edificatorias, ambientales y de gestión a las del resto de la ciudad”. Al mismo tiempo, se comprometía a un proceso de participación y concertación con los diferentes agentes y el conjunto de la ciudadanía del Casco Histórico, como paso previo a la revisión del PERI. Meses después, además, proponía un cambio en la política de las ayudas a la rehabilitación que debería atender especialmente a los tramos de renta más bajos, posibilitando los fondos necesarios para la actuación rehabilitadora en los casos más acuciantes y cubriendo, si fuese necesario, la totalidad del coste de la rehabilitación

 

De apostar por la rehabilitación social a hacerlo por la turistificación

 Pero tan sólo un mes después, era el propio alcalde el que aclaraba la verdadera política rehabilitadora al anunciar que El Ayuntamiento permitirá los pisos turísticos en edificios completos del Casco Medieval para impulsar la revitalización del barrio, añadiendo que Compartimos la visión de Arabatur de que las viviendas para uso turístico combatirán la desertización, la degradación del barrio”.

¿Qué había sucedido para este cambio drástico? ¿Quién es esa Arabatur y qué pinta en todo esto? Y, sobre todo ¿qué puede suponer para el Casco lo anunciado por el alcalde?

Lo que había sucedido es que el lobby de los alojamientos turísticos llevaba meses trabajando en la sombra para conseguir su objetivo: la turistificación residencial en Gasteiz, y especialmente en el Casco. El concejal parisino del área de vivienda, describe así su experiencia con la principal empresa del sector: Una cosa es cierta, en cada nivel de decisión, local, nacional, europeo e internacional, se encuentran las huellas del lobby de la multinacional (BROSSAT, Ian Airbnb, la ciudad uberizada; Katrakak, Iruñea-Plamplona 2019) Ese trabajo de lobby les lleva también a impugnar toda normativa local o autonómica contra sus intereses. En el caso vasco impugnaron ante el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco tanto la ordenanza bilbaína (Naiz, 19-06-2019), como la donostiarra (Diario Vasco, 16-01-2020), recurriendo al Tribunal Supremo cuando el TSJPV ha fallado en su contra (Diario de Noticias de Álava 15-01-2020)

Fruto de ese trabajo de lobby realizado en otras muchas ciudades, había conseguido introducir una modificación puntual al Plan General de Ordenación Urbana (PGOU; al vigente en la actualidad, sin esperar al nuevo PGOU que están en fase de aprobación) para que en Gasteiz dejaran de estar prohibidos los apartamentos turísticos (que lo estaban desde 2008, BOTHA 18-07-2008) y se autorizaran las VUT y HUT. Y, ojo, que según la Memoria de la modificación del PGOU, una vez aprobada, en Gasteiz entre VUT y HUT se podría llegar a 18.697 viviendas (un 16,13% del total). Esto es, unas cuatro veces el total de viviendas que hay en el Casco.

Pero, como para esta cuestión, el PERI del Casco está por encima del PGOU, se promovió también una modificación puntual del PERI para abrir la puerta a su implantación en el Casco. Sin embargo, la propuesta municipal inicial de modificación, aunque anulaba la prohibición de los apartamentos turísticos (equiparándolos al resto de establecimientos hoteleros), en el caso de las VUT y HUT marcaba una restricción: que se ubiquen en una sola planta, que sería la más baja en las que se permita el uso residencial.

Ante ello, una asociación de reciente creación (2017) que representa los intereses de las empresas del sector, presentó una alegación (curiosamente, el mismo día que el Ayuntamiento había hecho pública su nueva filosofía de ayudas para la rehabilitación en el Casco) en la que proponía que tanto las VUT como las HUT se autoricen en el Casco en cualquier planta o que, en su defecto, las VUT se autoricen cuando la totalidad del edificio esté compuesto por dichas viviendas. Lo sorprendente es que la Junta de Gobierno Local (PNV y PSE) decidió el pasado julio aceptar en parte esa alegación, aprobando inicialmente (pendiente de una aprobación definitiva que tendrá que pasar por Pleno municipal) las VUT en edificios completos, y sin añadir ningún tipo de limitación (por ejemplo de número de edificios o distancias entre ellos) y, sobre todo, sin condicionarla a que en los edificios en cuestión no existieran residentes (en propiedad o alquiler) en el momento de la aprobación, forma principal de impedir las prácticas de acoso inmobiliario para forzar el vaciamiento de residentes.

Parece que el lobby ha hecho bien su trabajo, porque la decisión municipal viene avalada por una Memoria informativa y justificativa de la Jefatura de Gestión Urbanística, firmada por Alfredo Piris, quien fue el impulsor de los más importantes proyectos urbanísticos de la ciudad, y a quien el actual alcalde le recriminó en su día sus sospechas de pelotazo urbanístico durante su gestión. Más aún si tenemos en cuenta los argumentos con los que el informe de Piris defiende la aceptación parcial de la alegación, considerarla bien fundada en base a tres factores: a) combatir la desertización y degradación del barrio; b) la gran oferta turística, cultural y gastronómica del barrio, y c) la ausencia de perjuicios o molestias para otros residentes en el bloque.

No nos vamos a extender en desmentir cada una de esas falacias, el vecindario del barrio y nosotras mismas lo hemos hecho en las alegaciones que hemos presentado (y que ya os acercamos en otro post), pero fijemos nuestra atención en un aspecto crucial de la alegación de Arabatur, cuando afirma Qué duda cabe que (…) propiciaría la rehabilitación urbanística de edificios”.

 ¿Qué es lo que quiere decirnos con que propiciaría la rehabilitación urbanística? Pues sin duda que atraería inversores dispuestos a hacer negocio adquiriendo muy baratas viviendas en malas condiciones para rehabilitarlas (en buena parte con ayudas públicas) y ponerlas luego en el floreciente mercado de vivienda turística. Pero para ello tiene que desalojar al vecindario que vive en ellas. Y ello no es efecto principalmente del turismo, sino de la especulación inmobiliaria que se basa en él. Especulación que ya existe, de forma latente, llevada a cabo por los socios de Arabatur. Porque cuando afirma en su alegación que La gran mayoría de las viviendas turísticas pertenecientes a esta asociación son viviendas rehabilitadas y en desuso” lo que implícitamente está reconociendo es que esas casas rehabilitadas, que podían estar en el mercado de alquiler y venta tradicionales (tan escasos en el barrio), están esperando a que se les permita dedicarse a VUT. En otras palabras, buscan hacer negocio a base de mantener vacías casas rehabilitadas.

Es la lógica del capitalismo neoliberal pura y dura. Un modelo que no ve el barrio como una comunidad vecinal compuesta por personas que habitan sus edificios, sino como un conjunto de espacios de suelo urbano en los que invertir con muy alta rentabilidad. Pues bien, este es el modelo de rehabilitación especulativa y no social que el Ayuntamiento impulsaría en caso de aceptar la alegación de Arabatur. Con consecuencias nefastas para el vecindario.

 

Consecuencias para los Cascos de la turistificación de sus viviendas

 El ritmo y la intensidad de la turistificación de las viviendas de nuestros Cascos Viejos está siendo distinto en cada herrialde, pero de sus experiencias podemos prever las consecuencias que la medida traerá también a Gasteiz.

En Donosti sólo en la Parte Vieja el número de plazas de alojamiento turístico asciende a más del 20% de su población. En Bilbo, la plataforma SOS Alde Zaharra denuncia que es insoportable el encarecimiento del precio de los alquileres que ha traído consigo la implantación de VUT y HUT. En Iruña, el vecindario del Casco Viejo detecta 81 pisos ilegales de alojamiento turístico. En 2018 en Hego Euskal Herria había oficialmente 5.521 anuncios de alojamiento turístico, de ellos casi la cuarta parte pertenecían a multipropietarios o empresas con más de 5 propiedades. En Ipar Euskal Herria entre septiembre de 2016 y 2017 se publicitaron en Airbnb 9.230 ofertas de vivienda turística, mayor que la oferta hotelera. Como vemos, y como denuncia el vecindario de Donosti, es “un proceso que ni es natural ni un accidente, sino una estrategia intencionada y planificada. Consecuencia de políticas en las que intervienen instituciones públicas, empresas privadas, medios de comunicación y miembros de la sociedad civil, que impulsan lobbies que escapan al control y a la legitimidad democrática formal”.

No obstante, la consecuencia más grave la padecen los vecindarios en forma de desplazamiento que, como explica Agustín Cocola,  puede ser directo, cuando una persona es forzada a abandonar su vivienda de forma involuntaria; por exclusión, cuando por su precio o falta de alquileres cualquier persona no puede acceder a una vivienda; por expulsión, como consecuencia de los problemas de ruidos y convivencia, o desplazamiento colectivo, cuando la vida comunitaria vecinal se torna imposible. Evidentemente, cuanto más debilitada sea tu situación socioeconómica (y legal) padecerás mayor número y grado de desplazamiento.

Es mucho pues lo que está en juego alrededor de la aprobación o no de la alegación de Arabatur. Es dilucidar si la política municipal se basa en la que parecía nueva apuesta por la rehabilitación social o, por el contrario, de la mano de los intereses especulativos ligados a las VUT y HUT, se opta por un nuevo proceso gentrificador (la turistificación también es eso) que expulse al vecindario del Casco (especialmente al socioeconómicamente más vulnerable), acabando con su dimensión de barrio. De la respuesta que seamos capaces de articular desde la comunidad vecinal dependerá el que podamos seguir exclamando con orgullo Alde Zaharra Bizirik!!

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