Vamos primero con lo inmediato. El martes 15 de febrero desde las 18 horas en el CC El Campillo, la red Cuidándonos en Alde Zaharra Elkar Zainduz, a través de la asamblea que convoca, devolverá al barrio sus aportaciones, compartiendo los resultados de la dinámica FOTOVOZ que, en palabras de sus organizadoras, se trata de una actividad de participación y diagnóstico comunitaria con el objetivo de explorar aspectos del entorno/del barrio considerados por el vecindario como importantes para facilitar o no, el cuidado y la convivencia de las personas mayores.
Lo que van a devolvernos al barrio (compromiso que adquirieron desde el inicio de la dinámica, basada en la participación vecinal) es, fundamentalmente, la exposición de los resultados de los diversos talleres, encuentros, dinámicas, debates y recopilación de opiniones. Pero con especial hincapié en las propuestas y recomendaciones que de todo ello surgen. Además, entre las personas asistentes a la asamblea que ahora convocan se elegirán las propuestas y acciones más prioritarias.
Esta dinámica partió de la siguiente reflexión:
¿CÓMO ALDE ZAHARRA CUIDA SUS MAYORES?
Envejecer, en la actualidad, es muy diferente a como se vivía no hace mucho tiempo. En la sociedad líquida actual, con procesos de individualización y urbanización tan marcados, cambios a nivel cultural y tecnológico, o transformaciones en el ámbito familiar y social, van a influir mucho en cómo vivimos la última etapa de nuestra vida. Por otra parte, el aumento de la longevidad esboza un escenario desconocido hasta el momento que nos lleva a un nuevo paradigma, y nuevos desafíos como barrio.
(…) Para poder seguir viviendo en el mismo entorno a lo largo de la vida, no cabe duda que el entorno, la comunidad ha de ofrecer oportunidades y posibilitar la permanencia con una calidad de vida aceptable, tanto en elementos físicos, como humanos, ante las continuas demandas o necesidades que surjan con el paso de la edad.
Por eso pretendía preguntarse sobra la Comunidad, Lugares o Personas que cuidan… o no a las personas mayores de Alde Zaharra, con el objetivo de:
explorar aspectos del entorno/del barrio considerados por el vecindario como importantes para facilitar el cuidado a las personas mayores y el envejecimiento en el lugar.
Pero, aprovechando el llamado a la participación, al que nos sumamos, quisiéramos añadir unas breves reflexiones sobre la red Cuidándonos en Alde Zaharra Elkar Zainduz.
En este blog ya hemos comentado en dos ocasiones anteriores esta iniciativa que sobre la salud comunitarias lleva ya un tiempo desarrollándose en el barrio. Hoy en día se la conoce como Cuidándonos en Alde Zaharra Elkar Zainduz. Hace 7 meses la definíamos así:
He aquí una iniciativa curiosa por varias razones. En primer lugar, porque es consecuencia directa de la pandemia de COVID… o mejor dicho, de las consecuencias que sobre la salud (en su sentido más amplio) de parte de la población del barrio están teniendo algunas de las medidas impuestas por las autoridades.
En segundo lugar, por la heterogeneidad y diversidad de los colectivos y agentes que en ella están tomando parte, y que en la mayoría de los casos se juntaron inicialmente con la preocupación compartida de las consecuencias que para parte del vecindario estaban teniendo las comentadas medidas impuestas (aislamiento y/o pérdida de lazos relacionales; deterioro físico y cognitivo; angustias, temores y fobias; carencia de afectos y dificultad de compartir sentimientos y emociones… Esos colectivos y personas son, por un lado, gentes que desde hace tiempo vienen trabajando por reforzar lazos comunitarios en el barrio, como personas vecinas del Casco, la asociación vecinal Gasteiz Txiki, o Cáritas del Casco Viejo. Pero, dada la gravedad del panorama, decidieron ya hace bastantes meses (ha habido iniciativas anteriores, aunque aún no se denominaran como “Cuidándonos en Alde Zaharra”, como la mesa redonda que ya recogimos en KTT: “Conviviendo con la Covid 19 Alde Zaharrean: el barrio cuida al barrio”), se pusieron en contacto con el Centro de Salud del barrio, con los Servicios Sociales de Base y con la Red Bizan que agrupa lo que antes eran los Centros Socio Culturales de Mayores y, gracias, en buena parte de los casos, a la enorme implicación de personas concretas de estos entornos institucionales, que compartían su preocupación por el estado de salud de buena parte del vecindario, comenzaron a trabajar de forma continua y coordinada hasta, en la actualidad, ofrecer tres actividades diversas, que son las que se recogen en su cartel.
Y en el texto La autogestión colectiva de la comunidad vecinal del Casco Viejo de Gasteiz. Desarrollo, estado actual y perspectivas, que presentamos algunas semanas después, sobre ella decíamos:
La experiencia en marcha muestra algunas potencialidades. Aunque también evidentes riesgos. Entre las potencialidades, descubrir que en el ámbito publico hay personas que pueden (y quieren, porque en muchos casos lo hacen mas allá de su jornada laboral) aportar en la construcción de la comunidad vecinal. Y disponen de conocimientos sobre el vecindario que el movimiento vecinal hoy en día no tiene. Entre los riesgos evidentes, el control que las instituciones quieren mantener sobre este tipo de iniciativas mixtas, las limitaciones que imponen, y el deseo poco disimulado de incorporarlas a su programa de actividades. Pero si el movimiento vecinal autogestivo tiene claro estos riesgos, y permanece alerta, si se abre una oportunidad de plantearse otra forma de impulsar la comunidad vecinal, no solo llegando a personas vecinas a través de los nuevos canales sino, sobre todo, poniendo sobre la mesa la necesidad de abordar otra de las cuestiones pendientes, la salud comunitaria, por supuesto entendida mucho mas allá de lo simplemente sanitario, y abordándola en su integridad. Por lo visto hasta ahora, la mayor dinámica del movimiento vecinal tiene su peso a la hora de plantear las cuestiones a abordar, pues de el surgen buena parte de las propuestas. Esta dinámica abierta que podríamos calificar de expropiación popular de conocimientos, datos y canales de interlocucion vecinal, puede ser una herramienta vecinal valida mas.
Desde entonces la red ha seguido caminando, y sabemos que además de la dinámica FotoVoz, sigue impulsando otras iniciativas, y que entre las propuestas que tienen sobre la mesa para seguir desarrollándose, está como elemento central la salud comunitaria. Pero con el paso del tiempo, nos da la sensación de que se está produciendo una dinámica que, a nuestro entender, hay que vigilar. Las inercias del funcionamiento de las personas y entes ligados a la administración, sin mala voluntad, parecen estar centrando demasiado el interés en pequeños aspectos concretos con una impronta resultadista, por ser la que les resulta conocida, pero ello mismo dificulta que sean el movimiento vecinal y popular quienes, con el objetivo de impulsar la salud comunitaria con el objeto de fortalecer la comunidad vecinal, hagan planteamientos más de fondo, y se atrevan a intentar caminos nuevos, basados en el protagonismo vecinal. Eso incluye, de una forma principal, el definir los contenidos y tareas de esa comunidad en la elaboración y puesta en marcha de un programa de salud comunitaria. Y la responsabilidad de esa situación creemos que no es, principalmente, de las personas ligadas a la administración, sino del vecindario, especialmente de los movimientos vecinales y populares.
Sabemos que en el barrio hay muchas necesidades, problemas y reivindicaciones urgentes que ocupan buena parte de las energías de un movimiento popular y vecinal que aún está recuperándose de los efectos de las medidas adoptadas en torno a la pandemia que, a ellos también, les han debilitado (parece que ese era y es uno de los objetivos de esas medidas), pero aun así se nos hace muy difícil entender la poca presencia del movimiento vecinal y popular en esta iniciativa. Desde nuestro punto de vista, el reto de intentar sentar las bases para la salud comunitaria en el barrio, aunque igual menos urgente que ciertas situaciones cotidianas que se dan en el barrio (en torno al estado de las viviendas, o el acceso a ellas, por ejemplo) es bastante más prioritario, pues afecta a un amplísimo abanico de cuestiones, entre las que, lógicamente, también están el estado de las viviendas, y el de la salud física, psíquica, emocional y comunitaria del vecindario que no puede vivir o acceder a un hogar digno. Por eso echamos en falta una mayor implicación de los colectivos vecinales y sociales en esta dinámica, lo que, además, ayudaría a que la impronta administrativa no termine por generar la esclerosis que suele provocar cuando se aproxima a iniciativas populares.
Una primera buena oportunidad para revertir esa situación es acudir a la asamblea a la que ahora nos convocan para el próximo 15 de febrero, pues, entre otras cosas, en ella se van a decidir las prioridades de actuación, así como la asunción o reparto de responsabilidades a la hora de tomar las iniciativa que el vecindario participante en el FotoVoz ha planteado.
El futuro de la salud comunitaria del barrio precisa de la implicación directa del vecindario. Porque no debemos olvidar que la salud comunitaria también puede ser autogestionaria, propiciando que las personas y grupos humanos se conviertan en protagonistas de la gestión de su propia salud (en el sentido más amplio), como individuos/as dentro de una comunidad. Hala bedi!!
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