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Kutxiko txoko txikitxutik (KTT)

~ Por una Asamblea vecinal del Casco Viejo de Gasteiz

Kutxiko txoko txikitxutik (KTT)

Publicaciones de la categoría: Auzokoak / Gentes del barrio

Calle NUEVA DENTRO-JUDERÍA/ BARNEKALE BERRIA—JUDUTEGIA kalea (una calle de la que aprender de nuestros errores)

03 domingo Jul 2022

Posted by KTT in Auzokoak / Gentes del barrio, Bitxikeriak / Historias del Casco, Dokumentuak, Salaketak / Denuncias y criticas, Sin categoría

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Fuente: https://1.bp.blogspot.com/-Qa9IpaRwq44/UN1tTDrICNI/AAAAAAAADwE/ytR9LkSnaGw/s1600/IMG_1548.jpg

Fuente Conociendo Álava: https://1.bp.blogspot.com/-Qa9IpaRwq44/UN1tTDrICNI/AAAAAAAADwE/ytR9LkSnaGw/s1600/IMG_1548.jpg

En referencia a esta calle creemos necesario conocer, más allá de visiones edulcoradas, la historia de judeofobia que nos cuenta, pues creemos que solo siendo conscientes de los errores cometidos en otros momentos de nuestra historia podremos aprender para intentar no repetirlos. Por eso le dedicaremos al final un largo capítulo. Pero vayamos antes con algunas de las cuestiones que caracterizan a esta calle.

Algunos datos iniciales sobre la calle

El resumen sucintodel origen de la calle y sus diversas denominaciones lo recogemos de Henrike Knörr y Elena Martínez de Madina en su Toponimia de Vitoria:

Recibió su nombre por encontrarse murallas adentro. Dichas murallas correspondían con el límite del ensanche de 1256 que incluía además las calles Cuchillería, Pintorería y la propia de la Judería, actual Nueva Dentro.

El 17 de agosto de 1492, época en la que se verificó la expulsión de los judíos en esta ciudad, que hasta entonces habían formado una comunidad distinta a la cristiana, se cambió el nombre de Calle de la Judería por el de Calle Nueva. Al principio esta calle se llamó Calle Nueva a solas, pero al existir otra Calle Nueva, paralela a la primera fuera de las murallas, se les otorgó el nombre de Nueva Dentro y Nueva Fuera, respectivamente.

En 1887 absorbió la Calle del Hospicio, hasta que en 1962 esta última calle se convirtió en la Calle de San Vicente de Paúl. El 12 de mayo de 1992, el Ayuntamiento aprobó y elevó a decreto la propuesta de adoptar la denominación de Calle Nueva Dentro-Judería para la denominada, en esos momentos, Calle Nueva Dentro.

Sin embargo, Ismael García-Gómez (Vitoria-Gasteiz y su Hinterland. Evolución de un sistema urbano entre los siglos XI y SV) en base al padrón fiscal de 1489 sostiene que la que ya entonces aparece como Judería sería la misma calle que anteriormente aparecía como “puebla bajera”, “calle bajera” o “Barrenkale”, por lo que “coincide con el tramo final de la misma donde aún hoy en día la calle conserva la denominación de “Barrancal” (“Barrencal” según el listado de cofrades)”. Según esto cabría preguntarse si la luego Judería habrá sido inicialmente parte de Barrenkale.

Hay una cierta confusión sobre la extensión de la calle a lo largo de los tiempos, porque nos encontramos estudios que dicen que la calle Nueva Dentro o Judería llegaba solo hasta el cantón de San Francisco Javier, y que la Sinagoga estaba en ella… pero al mismo tiempo señalan que la Sinagoga ocupaba el espacio que luego pasó a acoger al Hospicio, que está más allá del cantón de San Francisco.

Calle San Vicente de Paúl, cuando todavía era Nueva Dentro. 1940 a 1960, de Gerardo López de Guereñu Galarraga, quien estudió las primeras letras en Nueva Dentro. ATHA-DAF-GUE-14389

Calle San Vicente de Paúl, cuando todavía era Nueva Dentro. 1940 a 1960, de Gerardo López de Guereñu Galarraga, quien estudió las primeras letras en Nueva Dentro. ATHA-DAF-GUE-14389

Y es que ese entorno en tiempos era bastante distinto a como lo vemos hoy, no sólo por el cambio en el nombre de sus calles, sino por la propia apariencia de ellas. Así lo describía en 1798 José Joaquín Landázuri (HISTORIA civil, eclesiástica, política y legislativa DE VICTORIA, sus privilegios, esenciones, franquezas, y libertades. -Tomo III-) Sigue leyendo →

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ENCUENTROS CON LO COMÚN DE UNA FORASTERA. Política y vida en el laberinto (Guiomar Rovira) ¡simplemente maravilloso!

23 jueves Jun 2022

Posted by KTT in Auzokoak / Gentes del barrio, Gomendioak / Recomendaciones, Irakurtzeko / Sugerencias de lectura, Sin categoría

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Fuente: https://www.absolum.org/img/proj_dedalo.jpg

Fuente foto: https://www.absolum.org/img/proj_dedalo.jpg

Porque salí de Chiapas desnuda y rota. No pude. No fue verdad lo que un día había pensado y sentido: que yo pertenecía. Que yo podía vivir como ellas, que yo podía luchar siempre y ser de las imprescindibles. Nunca he odiado tanto a Bertold Brecht y su frase de “hay quienes luchan un día…” Yo me creía de las imprescindibles. Lo que ocurrió es que constaté algo muy duro aunque favorable: la gran diferencia entre mis compañeras indígenas y yo, era que yo me podía ir. Yo sí podía elegir. Ahora puedo afirmar algo que quiero destacar: Ese es el Norte. Poder irse. Poder salir y entrar, pero sobre todo, no necesitar estar.

Ahí sí comprobé que yo era del Norte.

Hace ya un tiempo una buena amiga de este blog, que conoce nuestras inquietudes y nuestro interés en intentar conocer otras realidades, experiencias de rebeldía, de construcción de lo común, de reflexión colectiva (todo ello en el más amplio sentido de la palabra), no para copiarlas sino para intentar aprender de ellas e incorporar de esa sabiduría popular ajena acumulada lo que pueda ser útil en nuestro aquí y ahora, decíamos, esa buena amiga nos hizo llegar un texto titulado Más allá del feminismo: caminos para andar, (Red de Feminismos Descoloniales, México 2014). Es un texto colectivo, pero hoy queremos centrarnos exclusivamente en uno de ellos, que para nosotras ha supuesto un regalazo tremendo por muchas razones.

Se trata del texto cuyo título utilizamos para el de este post ENCUENTROS CON LO COMÚN DE UNA FORASTERA. Política y vida en el laberinto, escrito por Guiomar Rovira. Leído el párrafo del texto que encabeza esta entrada, habrá quien piense que Guiomar es una de las no pocas personas, habitualmente jóvenes, que bien aprovechando alguna brigada organizada, bien por otra vía menos habitual, se acercó a Chiapas un verano, o unas semanas o meses a hacer “labor internacionalista”, y se dio de bruces con una dura realidad, muy distinta a su idealización, que la superó. Nada más lejos de la realidad.

Guiomar es una mujer nacida en Barcelona en la década de los 60, quien ya desde muy joven tuvo experiencias de militancia política en diversos campos (ambiente libertario, okupación, punk, feminismo, antimilitarismo…) a quien el levantamiento zapatista de 1994 la pilló en Chiapas, y no precisamente de turismo (por aquel entonces trabajaba de periodista ‘free-lance’ para medios catalanes). Gracias a ella tuvimos por estas tierras el primer testimonio fiable de lo que suponía el nuevo Zapatismo, a través de su libro ¡Zapata Vive! (editado el mismo 1994) escrito en base a los testimonios directos de las mujeres y hombres que formaban las comunidades que integran el EZLN y el zapatismo. Sobre Guiomar ya comentamos en su día lo mucho que nos gustó su tesis doctoral(“La red transnacional de solidaridad con la rebelión indígena de Chiapas y el ciclo de protestas contra la globalización”).

Por eso, por venir de alguien con la experiencia del recorrido que tiene Guiomar (que bastantes años después dejó Chiapas, pero sigue afincada en México) nos ha impactado más aún el texto que hoy os acercamos. Hay varias razones de peso para ello.

En primer lugar, porque es terriblemente difícil encontrar alguien que esté dispuesta a mostrarnos la desnudez completa de su alma, su corazón, sus sentimientos, sus contradicciones y miedos en la experiencia de su compromiso político, como hace Guiomar de una forma sublime en el texto. Y esa franqueza rotunda abre de par en par puertas y ventanas a nuestra reflexión en aspectos fundamentales que casi nunca se abordan.

En segundo lugar, porque nos ofrece una perspectiva de la realidad de las comunidades zapatistas de alguien que, como reconoce la propia Guiomar, fue Sur, aunque no dejara totalmente de ser Norte. Y es que, como relata en la parte de su texto (en la que nos centramos en esta reseña) previa al párrafo con el que se inicia este post:

Yo fui y me sentí parte como nunca en la vida en Chiapas. Fue entre las insurgentes que yo encontré a mis hermanas. Fue en las comunidades más remotas donde conocí a mi abuela, la iaia Pepita. Nunca he pertenecido tanto a nada como a nosotras, a ellas. Recuerdo a la mayor Ana María y la manera en que me jalaba la chamarra: éramos amigas desde la primera vez en que nos miramos a los ojos en la catedral de San Cristóbal de las Casas durante el primer diálogo de paz. Nos reímos: ¿Cuántos años tienes? 26. Las dos teníamos 26. Identificación generacional. Identificación de género. Identificación de extranjería. Identificación al fin en la política, eso lo miré en sus ojos y ella en los míos. Algo profundo, algo que hermana. Hermanas de lucha. Nos dio una enorme risa.

Y luego, como nunca surgió lo común. De lo común surgieron nuestras voces que se enredaron en el relato que escribimos juntas y que se publicó como Mujeres de maíz, que yo firmé. Y que no me arrepiento de haber firmado porque es lo único que yo podía aportar. Ellas aportaban todo: sus vidas. Por eso me dieron sus palabras, para incluirme, para ser ellas. En las noches y con una grabadora, en las tardes en el sopor canicular. Mirando las estrellas. Y lo más bonito que me ha pasado en la vida fue el regalo de acogerme y de hacerme sentir, quizás por primera vez en mi vida, en casa.

Mi lucha es su lucha. Y cada quien hace lo que puede en su trinchera, la que tiene a mano.

Y, en tercer, y probablemente más importante lugar, porque pensamos que muchas de las reflexiones, sentimientos y vivencias que Guiomar nos traslada de su ser Norte en ese Sur de las comunidades chiapanecas, salvando todas las distancias, pueden tener su aplicación en el trabajo que muchas de nosotras realizamos en nuestros barrios. No somos pocas las que vivimos en el Casco porque lo hemos elegido, y por eso no debemos perder de vista nunca lo que Guiomar nos cuenta:

la gran diferencia entre mis compañeras indígenas y yo, era que yo me podía ir. Yo sí podía elegir. Ahora puedo afirmar algo que quiero destacar: Ese es el Norte. Poder irse. Poder salir y entrar, pero sobre todo, no necesitar estar.

Ahí sí comprobé que yo era del Norte.

Por eso también, para quien como nosotras apostamos por el impulso de la comunidad vecinal autogestionada del Casco, es todo un reto plantearnos cuestiones como éstas que nos acerca Guiomar refiriéndose a las mujeres indígenas (que en nuestro caso son esas personas vecinas del barrio, que ni tan siquiera han tenido o tienen la opción de esa elección):

¿Somos capaces de despojarnos de nuestras certezas, de esas identidades defensivas que nos aseguran un lugar privilegiado en el mundo, y compartir simplemente nuestra humanidad e intentar pensar en común? ¿O sólo saben hacerlo aquellas personas que no tienen más remedio, aquellas personas que ya están excluidas de todo? Nos conocen mejor ellas a nosotras que nosotras a ellas…

Entonces, ¿cómo le podemos hacer para intentar escuchar a las mujeres que no pueden elegir?

Testimonios, reflexiones, experiencias y preguntas de Guiomar que son el mejor de los regalos para algo tan necesario siempre como la interpelación y el autocuestionamiento de algunas o muchas de nuestras prácticas y perspectivas que, a menudo, desarrollamos por cierta inercia, sin demasiada consciencia. Y es que compartimos con Guiomar también una de sus últimas reflexiones:

Para concluir, creo que es un deber no rechazar lo que no encaja, no aplicar la lógica del tercer excluido propia del pensamiento occidental numérico. Hay que poder decir lo que duele, lo que rompe lo común. Sin ocultarlo, sino expresando la contradicción de lo desagradable, de lo inquietante.

Lo dicho, mucho que reflexionar, analizar, debatir, compartir y desmenuzar de este magnífico texto-testimonio regalo que nos llega de Guiomar. No dejemos ni una miga de este manjar, y acerquémoslo a nuestras mesas siempre que nos sea posible. Nos va mucho en ello.

 

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ASAMBLEA VECINAL SOBRE LA SALUD EN EL BARRIO (2 de junio a las 18 en El Campillo)

29 domingo May 2022

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ASAMBLEA VECINA SALUD

 

 

En KTT ya hemos comentado en varias ocasiones las iniciativas que está llevando a cabo la experiencia vecinal de la red Cuidándonos en Alde Zaharra Elkar Zainduz. Si la última vez era para devolver al barrio lo recogido de la iniciativa FotoVoz-AZ sobre cómo cuida el Casco a sus personas mayores, en esta ocasión van más allá, y nos convocan a todas para hablar no sólo del Centro de Salud que queremos (que también, ya sabéis los graves problemas y carencias que tiene el actual, y se viene reclamando uno nuevo desde 2008), sino sobre la SALUD en el barrio, un concepto que va mucho más allá de lo relacionado solo con las enfermedades, porque como ya hemos señalado en algún otro post, en los Centros de Salud, habitualmente, solo se tratan las enfermedades, y están muy lejos de utilizar enfoques, cuidados, métodos o terapias alternativas que se basen en la consideración de la persona como un todo (enfoque holístico), en interacción continua y cambio con el entorno, integrando aspectos físicos, genéticos, mentales, emocionales, espirituales, medioambientales y sociales.

 

Por si alguna le queréis dar un par de vueltas al asunto antes de ira a la Asamblea, quizá os puedan ser de utilidad tanto los datos del diagnóstico del barrio relacionados con la Salud (dentro de su limitación, y con un enfoque oficial), como la amplia y rica perspectiva sobre la salud comunitaria y la autogestión de la salud que ofrece el libro Autogestión Cotidiana de la Salud

 

Para quien quiera conocer todavía más puntos de vista, recomendamos también la lectura del texto de Xabier Jaso Nos sanamos, nos empoderamos. Discursos y prácticas de Salud colectiva y autogestión en un contexto urbano, así como el texto recopilación de experiencias de Osabizi NOS CUIDAMOS, NOS SANAMOS Resistencias populares hacia la salud colectiva. Sin olvidar que suele ser muy nutritivo aprender de experiencias que aunque lejanas en la realidad cotidiana, pueden aportarnos perspectiva, como en el texto peruano NUESTRA SALUD: recuperando saberes de las mujeres para el buen vivir

 

Son varias las ocasiones en las que hemos resaltado que esta red vecinal de Cuidándonos en Alde Zaharra Elkar Zainduz, en la que participan colectivos vecinales y personas, junto con personas concretas de varios servicios municipales y del propio Centro de Salud, precisa de la participación e impulso vecinal para no terminar quedándose en un “programa de actuación” más. Y conviene no olvidar que la SALUD con mayúsculas y todo su contenido, debe ser una de la cuestiones que toda comunidad vecinal debe abordar y desarrollar. De nuestra participación el día 2 de junio a las 18 horas en El Campillo, depende en buena parte.

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SOLIDARIDADES DE PROXIMIDAD (Tangente) O cómo hacer, desde hoy, de la ayuda mutua y la reciprocidad herramientas para las crisis que están por llegar

19 martes Abr 2022

Posted by KTT in Auzokoak / Gentes del barrio, Gomendioak / Recomendaciones, Goraipamenak / Reconocimientos, Irakurtzeko / Sugerencias de lectura, Llamadas al auzolan Deialdiak, Sin categoría

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Solidaridades de proximidad (tangente)

La pandemia nos ha dejado un infierno de baja intensidad del que no nos van a sacar falsas soluciones mágicas, sino la proliferación de distintas fórmulas activismo y organización social. Las redes de ayuda mutua nos enseñan cómo, más que historias individuales excepcionales, los activismos que provocan un efecto imitación serían los de aquellas personas con las que nos podemos identificar. Más que sacrificios heroicos, necesitamos compromisos fuertes pero asumibles por cualquiera. Una participación que surja de donde estamos y desde lo que somos, que arraigue en lo cotidiano y pueda ser habitable, que permita a cualquiera poner sus habilidades y capacidades al servicio del bien común.

(…) Probablemente no baste con esto para lograr las transformaciones socioeconómicas y culturales que la emergencia ecosocial nos plantea, pero no es un mal punto de partida. Thoreau afirmaba que si has construido castillos en el aire, no has perdido el tiempo pues ahí es donde deben estar; posteriormente lo que toca es poner los cimientos. El movimiento protagonizado por las redes de ayuda mutua durante la pandemia es el suelo fértil donde instalar cimientos y sembrar las semillas de cambios más profundos y perdurables. Buena parte de nuestra esperanza a la hora de mirar al futuro reposa en esas minúsculas semillas, nuestra capacidad de cuidarlas y ver en ellas su potencialidad para desplegar las mejores versiones de lo que somos capaces como sociedad.

Estos párrafos pertenecen a uno de los últimos capítulos del texto que os acercamos hoy (Solidaridades de Proximidad. Ayuda mutua y cuidados ante la Covid19; Grupo cooperativo Tangente –descargar aquí-) 

un libro, a nuestro entender, de imprescindible lectura para cualquier persona o colectivo que, desde una realidad barrial, pretenda impulsar las bases para que la ayuda mutua y la reciprocidad se conviertan en engrasadas herramientas populares vecinales para hacer frente a las diversas crisis que va a traer consigo (algunas ya las tenemos encima) la descomposición del sistema capitalista tal y como lo conocemos.

El objetivo del texto, que está basado en un minucioso análisis sobre cerca de 120 experiencias concretas de apoyo mutuo llevadas a cabo en el Estado español durante la pandemia, se puede resumir en estas palabras publicadas a finales del pasado marzo por uno de sus autores:

A dos años de la declaración del estado de slarma conviene recordar como en una situación de emergencia, ante el fallo y la impotencia de los mecanismos de mercado (intercambio) y de las políticas públicas (redistribución) para resolver las necesidades básicas de miles de personas, se activó una lógica comunitaria basada en la reciprocidad. Esta movilizó una economía moral, que tenía más que ver con valores y normas culturales como la empatía, el altruismo, la solidaridad y la justicia, que con el cálculo en términos monetarios o la inmediatez en la devolución de favores.

(…) Las redes vecinales surgidas durante la pandemia vendrían a ratificar estas ideas, siendo una mezcla de las respuestas espontáneas de comunidades del desastre y de la experiencia acumulada durante décadas por los tejidos asociativos a la hora de establecer mecanismos de solidaridad colectiva.

(…) No se trata de pretender universalizar y hacer permanentes los patrones de comportamiento que acontecen en momentos extraordinarios, sino de ser capaces de identificar los aprendizajes que deberíamos sistematizar y protocolizar de cara al futuro.

Pandemia, desbastecimientos, Guerra en Europa, crisis energética, coaliciones de gobierno con extrema derecha… son las piezas que vistas como problemas aislados y coyunturales nos impiden ver el puzle de la emergencia ecosocial que las conecta. Ahora vamos siendo conscientes de que los fenómenos disruptivos y las situaciones de crisis van a volverse recurrentes, por lo que desperdiciar y desaprovechar las enseñanzas derivadas de la experiencia de las redes de ayuda mutua sería un error imperdonable.

Su análisis en conjunto de las experiencias de ayuda mutua durante la pandemia, se pueden ver en estos párrafos:

Resulta indudable la importancia que ha jugado la existencia previa de entidades o redes articuladas con antelación a la pandemia. Esta dimensión relacional y autoorganizada se ha sostenido de forma determinante sobre una red de infraestructuras físicas gestionada por los tejidos sociocomunitarios, que ha demostrado una enorme versatilidad y flexibilidad para reconvertir sus locales de forma que se volvieran funcionales para organizar la solidaridad comunitaria. Una diversa malla compuesta por centros sociales, locales vecinales, clubes deportivos, salas de teatro, espacios ocupados o huertos comunitarios; que se ha visto reforzada por restaurantes o escuelas de cocina que se usaban para alimentar comedores populares, panaderías y comercios locales que se convertían en epicentros barriales para la recogida y distribución de alimentos.

(…) Las redes de ayuda mutua serían una mezcla de espontáneas comunidades del desastre, con la experiencia acumulada durante décadas por los tejidos asociativos a la hora de establecer mecanismos de solidaridad colectiva. Las respuestas extraordinarias, lo sorpresivo y lo espontáneo ante la urgencia, se apoyan en ordinarios patrones organizativos aprendidos previamente por los activismos, que deben entenderse como una especie de retaguardia invisible. Todo ello, nos da una idea de lo fundamental que es contar con un tejido social fuerte con antelación a la llegada de las catástrofes. Resulta determinante disponer de personas que sean capaces de tomar decisiones de forma conjunta, organizar tareas y responsabilidades en grupo, definir sistemas de gobernanza organizacional democráticos y participativos, gestionar conflictos internos o dominar herramientas comunicativas eficaces. Se ha producido una simbiosis muy productiva entre las iniciativas que surgieron de forma espontánea y las que venían de organizaciones formalmente constituidas. Las primeras aportando nuevas formas organizativas, personas con menor experiencia asociativa y aproximaciones novedosas a la acción ciudadana. Las segundas, poniendo su experiencia e infraestructuras al servicio de las necesidades que se iban sucediendo. Dicha simbiosis, no exenta de conflictos, ha puesto en diálogo diversas tradiciones comunitarias y culturas organizacionales, evidenciando una característica de muchas innovaciones sociales a nivel local, que combinan “las profundas estrategias de los maestros del ajedrez con las tácticas rápidas de los acróbatas”.

 Pero su visión es a más largo plazo, más allá de lo sucedido en estos dos años: Sigue leyendo →

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Calle MATEO BENIGNO DE MORAZA kalea

14 jueves Abr 2022

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CALLE MATEO DE MORAZA

Henrike Knörr y Elena Martínez de Madina en su Toponimia de Vitoria describen así los orígenes de la calle:

A raíz de la construcción de los Arquillos, en 1887 la Calle San Francisco pasó a denominarse Calle Mateo Benigno de Moraza en su tramo actual, y quedó el nombre de la Cuesta de San Francisco para el tramo que unía la parte baja con la alta de la actual Calle San Francisco.

No de muchos años después es la siguiente foto de Salvador Ramón de Azpiazu Imbert, datada el 20-08-1902 (AMV signatura AZP-105) y que según se describe recoge la “vista de un cortejo real que avanza por la calle Mateo Benigno de Moraza con motivo de la visita de Alfonso XIII a Vitoria. En primer plano a la izquierda se ve una niña con coleta y un globo en la mano. A la derecha, encabezando el cortejo, va un trompetero seguido por dos maceros, a continuación dos guardias y en un plano medio el rey Alfonso XIII y su séquito. Al fondo la Escalera de San Miguel con numerosas personas que observan el paso de la comitiva”.

Maceros y alfonso

De la curiosa foto nos llama la atención, se diga lo que se diga, el poco público que parece acudir a contemplar el “paseo”, así como las máscarillas o tapabocas que llevan los maceros (cuando aún faltaban 16 años para la pandemia de la llamada gripe española)

Son Martínez de Madina y Knör también quienes definen el personaje de Mateo Moraza:

Mateo Benigno de Moraza y Ruíz de Garibay nació en Vitoria en 1817 y falleció en la misma ciudad en 1878. Ejerció como abogado y representante del fuerismo alavés y vasco. Entre los cargos que ostentó destacan: secretario del Ayuntamiento de Vitoria en 1841, consultor de la provincia de Álava en 1848 y rector de la Universidad Libre en 1869, así como primer consultor de la provincia y diputado en Cortes Constituyentes.

Aunque la inicial calle de San Francisco, comprendiendo la parte que hoy conocemos como calle Mateo Benigno de Moraza, existiera desde finales del siglo XIII, hasta finales del XVIII la zona tenía una configuración bastante distinta a la actual, pues se colocaba extramuros de la ciudad, siendo una gran superficie abierta. En la parte norte de esa superficie, y lindando con la iglesia de San Miguel, en el espacio que hoy ocupan la primera manzana de los Arquillos y el inicio de la actual Mateo Moraza, según recoge Bastida “Txapi”en Recordando Vitoria, estuvo ubicada desde el siglo XVI la Casa del Peso o primitiva Alhóndiga. Este edificio sirvió también como Casa Ayuntamiento e incluso como patio de comedias. No sería hasta finales del XVIII cuando la Casa Consistorial pasaría a la Plaza Nueva y, años más tarde en 1796, con la construcción de esa fase de los Arquillos, la Alhóndiga se trasladó inicialmente al edificio creado para ubicar el Teatro y la Alhóndiga, donde luego, y hasta hace poco, se ubicó el Banco de España.

Así describe la zona Juan Ibasque en su Historias de Vitoria-Gateiz, basándose para ello en el cuadro de Benito Casas de 1832 (que a su vez sería copia de uno cuadro de 1650) que os dejamos a continuación

La alhóndiga , o «Casa del Peso» se situaba, desde el siglo XVI en lo que era la Plaza del Mercado o Plaza Vieja (un espacio que hoy lo componen la Plaza de la Virgen Blanca, la zona de Arquillos de Mateo Moraza y la Plaza Nueva).

Estaba la alhóndiga situada en la parte alta, en lo que hoy sería la primera vecindad de los Arquillos y calle Mateo Moraza, pegando a San Miguel. Era un edificio noble, con dos pisos, coronado con una torre espadaña y su fachada en planta baja, con 7 arcos y miraba a la Plaza Vieja, hoy Plaza de la Virgen Blanca (en ella se ubicó también el propio Consistorio antes de existir el de la Plaza Nueva) .

Benito Casas

Pero quien nos da una descripción de la zona a finales del XVIII y antes de que comenzaran las diversas obras que iban a cambiar todo el aspecto de la zona es Salvador Andrés Ordaz en su Urbanismo en Vitoria 1780-1830:

En su parte meridional se extendía una amplia plaza mayor que era un vacío ciudadano que quedaba entre la muralla y arrabal de la parte baja y las iglesias de San Miguel y San Vicente, construidas en el borde de la cima de la ciudad, limitándose por los otros dos costados por los portales defendidos de las calles Herrería, Zapatería y Correría, y por la muralla que llevaba hasta el convento de San Francisco. Testimoniaba su condición de plaza mayor la presencia del edificio del Ayuntamiento y, por supuesto, la vida pública que allí se desarrollaba, especialmente los días de mercado

Aunque la obra inicial es la de la Plaza Nueva, ésta tiene clara influencia sobre la zona de alrededor, que describe también Andrés Ordaz:

También fue importante la urbanización del espacio que mediaba entre la parte más alta de la ciudad y la inferior que ahora ocupaban las plazas vieja y nueva. En su zona occidental se levantaban la iglesia de San Miguel, la Casa Consistorial vieja que incluía la Alhóndiga y un modesto mercado llamado La Ala. Cruzaba un camino que desde el Hospital subía al portal de San Bartolomé, a través del cual se accedía al Campillo. El resto formaba un triángulo al ser ceñido por la calle que ascendía hacia las de Cuchillería y Pintorería.

Las reformas que se proponen son las siguientes:

La urbanización del resto de la zona tuvo un proceso más complejo hasta la definitiva edificación de los Segundos Arquillos. El planteamiento inicial surge en 1790 como consecuencia de la necesidad de acondicionar la calle de San Francisco que corría ante la fachada exterior de la nueva Casa Consistorial. Considerando como accesorias de las obras de la plaza a las de las calles que la circundaban, Olaguíbel hizo un primer plan sencillo para dejar suficientemente ancha y rebajada la calle de San Francisco. El antiguo consistorio quedaba muy próximo a la nueva plaza, por lo que el mismo arquitecto volvió a hacer otro plan que ascendía a 100.000 reales consistente en demoler la parte anterior del viejo Ayuntamiento dando mayor amplitud a la calle.

No obstante, buena parte de las que afectaban al primer tramo de Mateo Moraza (entonces San Francisco) estuvieron apunto de no llevarse a cabo:

Hay que esperar a 1801 para ver prosperar la construcción de estos segundos arquillos. Y aun a punto se estuvo de desistir de la idea pues en 1800 se pensó que resultaba costosa al Ayuntamiento la modificación de la Casa Consistorial Vieja por lo que sería mejor derribarla, trasladando la alhóndiga que albergaba al edificio del Hospital, y dejar en su solar tres plazuelas o mesetas para mayor claridad y menor gasto.

Finalmente, este fue el resultado de las obras en palabras de Ordaz:

Estos segundos Arquillos completaron las ventajas urbanísticas ofrecidas por las Casas de Segurola. En efecto, además del bloque de las casas levantadas en consonancia con las primeras, se arreglaron las escaleras de la subida al portal de San Bartolomé, por debajo del pavimento que une a los dos soportales, y el nivel de la calzada de éstos se continuó hasta el pórtico de la iglesia de San Miguel por encima de las citadas «covachuelas» destinadas a comercio. Asimismo, por detrás de las casas se urbanizó la plazuela hoy llamada «del Machete» con las correspondientes escaleras de acceso.

Hay otra particularidad del diseño de Olguibel para la Plaza Nueva con repercusión directa en la hoy Mateo Moraza, y es que proyectó que en las cuatro esquinas exteriores de la plaza se generaran cuatro plazuelas, lo que conlleva que tanto al inicio como al final de la acera derecha de Mateo Moraza nos encontremos con sendas plazuelas. La ubicada al principio de la calle durante un tiempo se llamó, al menos popularmente, la plazuela o plazoleta de las olleras, porque, como recoge Venancio del Val en su Calles Vitorianas, “En la plazuela frente a San Miguel solían colocarse el siglo pasado, para el mercado, las cacharreras y los cesteros” (edición de 1944) ,”El nombre de la plazoleta de las Olleras se debió a que en dicho lugar solían situarse las vendedoras de ollas y cacharros, junto con los de cestas cuando se estableció el mercado en la entonces Plaza Vieja” (edición de 1979).

Año 1959 - (Autor: Alberto Schommer Koch) - (Fuente: ATHA) tomado de http://vitoriaenfotos.blogspot.com/2021/04/calle-mateo-de-moraza.html

Año 1959 – (Autor: Alberto Schommer Koch) – (Fuente: ATHA) tomado de http://vitoriaenfotos.blogspot.com/2021/04/calle-mateo-de-moraza.html

De la plazuela situada al final de la acera de la hoy calle de Mateo de Moraza no hemos encontrado reseñas ni de nombres oficiales ni populares. Existe una plazuela de San Francisco, que estaba muy cerca de allí, justo a la entrada del desaparecido Convento de San Francisco, y que inicialmente perteneció a la calle de San Francisco, que alcanzaba hasta allí. Pero sabemos que es la que estaba justo al pie del convento, posteriormente convertido en Cuartel de Infantería, entre otras cosas, porque éste era el único edificio de esa plazuela en los nomenclátores desde 1887 hasta 1920, y en ella, por el número, debían figuraban empadronados los militares que lo ocupaban, ya que el dato era de 1.099 habitantes en 1887, que se habían incrementado hasta los 1.410 en 1893, que sin embargo se habían reducido hasta los 337 en 1910. Así lo reflejan Knör y Martínez de Madina:

Parece ser que el espacio entre la actual Cuesta de San Francisco y la zona baja frente al desaparecido Convento de San Francisco, hoy zona ajardinada, desde el 12 de octubre de 1887 se llamó Plazuela de San Francisco.

Hoy en día ninguna de esas dos plazoletas tiene nombre oficial, aunque habrá que esperar los cambios que se están llevando a cabo en el espacio del antiguo Banco de España y la zona de alrededores (en torno a lo que popularmente se llaman Centro del Alzheimer –porque solo tiene memoria parcial-) para ver cómo queda configurada finalmente.

Hay otro espacio de esta calle al que en la actualidad se le presta poca atención: las escaleras subterráneas que comunican Mateo Moraza con la entrada de la iglesia de San Miguel (también sin nombre oficial), y que según recoge Venancio del Val en 1944, debieron construirse por esas fechas:

A la calle de Moraza da una de las fachadas de la Casa de la Ciudad y en la acera izquierda está la nueva entrada subterránea, recientemente habilitada, a la parroquia de San Miguel.

En la posterior revisión y ampliación de su Calles Vitorianas, en 1979, del Val nos da más detalles de esas escaleras, así como de la comentada plazoleta de las Olleras:

Por los años 1938-30 se realizaron las obras de las nuevas escaleras interiores por las que se sube directamente de la calle Moraza a la iglesia de San Miguel, para lo cual fue preciso la inutilización de algunas plantas bajas y primeros pisos. Del mismo tiempo es también la escalera que, casi enfrente, se abrió desde la plaza de España a la antigua plazoleta de las Olleras, en el rincón entre la referida plaza y la de la Virgen Blanca, con el fin de desviar el tránsito de los ciudadanos de las escaleras principales del Ayuntamiento.

El nombre de la plazoleta de las Olleras se debió a que en dicho lugar solían situarse las vendedoras de ollas y cacharros, junto con los de cestas cuando se estableció el mercado en la entonces Plaza Vieja. En el medio de la plazoleta existió hasta hace todavía no muchos años una de las fuentes públicas que se veían por las calles de Vitoria. Ha solido tener esta calle su fiesta el día de San Mateo.

Con esta referencia a la fiesta de la calle por San Mateo, del Val nos da pié para comentar otra cuestión curiosa en relación a la calle. Nos referimos a lo relacionado con la Vecindad a la que pertenecía. Inicialmente, la entonces aún calle de San Francisco, pertenecía a la Vecindad del mismo nombre, que se habría creado a principios del siglo XIX, pues no aparecen datos sobre ella hasta 1828. Sabemos que en 1855 estaba formada por la mencionada calle de San Francisco, Los Arquillos, el Callejón y la Cuesta del Teatro la Vecindad de San Francisco, y que su patrono era San Francisco de Asís, celebrando su fiesta de Vecindad el 4 de octubre.

Posteriormente, en 1887, además de la recién creada Mateo Moraza, a la Vecindad se unirían los números 3, 4 y 5 de la entonces Plaza de Bilbao (hoy Plaza de los Celedones de Oro, o popularmente Plaza de Correos), la Escalera de Los Arquillos, la Escalera del Machete, la Plaza del Machete, la Cuesta de San Francisco, la Plazuela de San Francisco, la Escalera de San Miguel y el Callejón de Santa María del Cabello.

Sin embargo, hay datos como para pensar que en algún momento de finales del XIX o inicios del XX la Vecindad de San Francisco se pudo desdoblar en dos, estando compuesta una de las dos partes por las calles Mateo Moraza, Cuesta de San Francisco, Cuesta del Banco de España y Paseo de los Arquillos, las cuales tendrían como patrono a San Mateo. Esto al menos se infiere de la siguiente carta dirigida al Alcalde el 17 de septiembre de 1928:

“Excmo. Sr.:

José L. Goicolea, Presidente de la Comisión Organizadora de los festejos religiosos y profanos que se celebrarán el día 21 del actual, para solemnizar la fiesta de San Mateo, Patrón de la vecindad de las calles de Mateo B. de Moraza, Cuesta de San Francisco, Cuesta del Banco de España y Paseo de los Arquillos a V.E. respetuosamente expone:

Que por la vecindad citada, se ha confeccionado un programa de festejos a base de disparo de cohetes, alegres dianas que darán comienzo a las ocho de la mañana, solemne misa cantada en la Iglesia de San Miguel a las nueve y medía de dicho día 21, concierto musical de 12 a 1 de la tarde y sesiones de bailables de 7 a 9 y de 10 a 12 de la noche del referido día, para cuya celebración así como para el disparo de cohetes, solicita el oportuno permiso de V.E. complaciéndose en significarle que vería con sumo agrado se sirviera designar una Comisión de su seno que honrase con sus asistencia el acto religioso ante citado ya que las Casas Consistoriales radican en la vecindad mencionada y el Sr. Alcalde Presidente en funciones es Presidente Honorario de la misma.

Es gracia que no duda alcanzar del bondadoso corazón de V.E. cuya vida Dios guarde muchos años.”

A. M. V-G. Signatura LI/12/11 Festejos en la Vecindad de don M. B. de Moraza.

Ello viene confirmado también por Venancio del Val cuando en su Calles Vitorianas de 1979 dice sobre Matero Benigno de Moraza que “ha solido tener esta calle su fiesta el día de San Mateo”. Es el mismo autor el que recoge un curioso hecho que de haber cristalizado hubiera cambiado la imagen de la calle Mateo Moraza:

Con motivo de la guerra carlista el año 1873, entre las obras de fortificación en varios edificios, se llegó a proyectar la construcción de un puente o pasarela entre la Casa Consistorial y Los Arquillos.

De la importante vida comercial y social que tuvo Mateo Moraza en la primera mitad del XX nos da cuenta también este detallado relato del cronista alavés:

En la plazoleta opuesta, o sea la que se encuentra frente a la cuesta del Banco de España, estuvo, con acceso por la plaza de España, la farmacia de Rovira, a la que sucedió Ormazábal, trasladado asimismo hace unos años a la calle General Alava. Primitivamente la regentaba Pedro Nolasco.

A principios de siglo estuvo el titulado «Café Europa», que luego lo adquirió en traspaso Francisco Valdecantos, quien había tenido el de Gobeo en la calle de la Paz. Como quiera que en el café solían reunirse los republicanos Valdecantos le mudó el título por «El Imparcial», para significar su alejamiento de toda idea política. Al abandonar los locales los republicanos para trasladarse a la calle de los Fueros pretendió Valdecantos instalar un hotel, pero se limitó a alquilar las habitaciones como hospedaje.

En los mismos locales se reunían en la primera década del siglo los que formaban el «Vitoria Esperantista Grupo». También solían hacerlo las noches de los sábados los tallistas de la Catedral nueva, entre los que se encontraban excelentes artistas. Un día, en aquellos inviernos vitorianos de grandes nevadas, uno de ellos consiguió hacer una admirada talla de nieve en la que se reproducía a una de las hijas del dueño del café: Pilar Valdecantos.

Así como en «El Imparcial» se reunían los republicanos, posteriormente, por los años veinte, lo hacían los carlistas en el piso superior de la «Casa Paco», casi enfrente, con entrada por los Arquillos. Hubo en esta calle algunas otras farmacias. Muy famosa fue el siglo pasado la de Zabala, que estaba frente al Ayuntamiento. En ella tenían lugar muy animadas tertulias y de la misma salieron tantos hechos ocurrentes y humorísticos que caracterizaron aquella época. Era su titular Pedro-Vicente Zabala, uno de los principales humoristas de entonces. Fue concejal en 1850 y 1865. En su tienda y trastienda tenía disecados algunos animales, con los que adornaba los escaparates; procedían de capturas hechas por los también famosos cazadores vitorianos.

En el mismo n. 0 15 estuvo la Farmacia Municipal, que regentaba José Sánchez Pons, donde luego el establecimiento de licores de Ciriaco Ortiz de Anda -antes Lorenzo Benito-, y ahora se encuentra uno de los varios restaurantes de la calle.

En la calle Moraza estuvieron dos importantes imprentas vitorianas, una de las cuales subsiste en otro lugar próximo. Una de ellas, la de Sarasqueta, que estaba donde ahora la zapatería de Landaluce y que anteriormente había estado en el 31 de la Correría y en el 9 de la calle Dato. El fundador de la otra imprenta fue Ignacio Egaña, contemporáneo de !turbe, al que le sucedió su hijo Cecilio, y luego, el nieto, Francisco, padre de quienes actualmente sostienen la industria en otro emplazamiento. Primeramente se instaló con el nombre de «Egaña y Manteli» en la calle de San Francisco. Luego pasó al 14 de Postas desde Moraza. Al propio tiempo tenían imprenta en la calle Castilla, al final de ésta, donde hasta hace unos años conocimos la fábrica de purpurinas. De la imprenta de Egaña salieron a fines del siglo pasado, entre otras publicaciones, «El mosaico», «El escudo católico», «La buena causa», «El Porvenir alavés», «La trompeta», «El Lirio» y «Vitoria alegre».

En el n.0 9 estuvo en principio la confitería de Goya, a la que sucedió la ebanistería de Rodríguez. En el 23, José Aresti, donde luego José Alvarez, que desapareció en 1974. y en cuya planta superior fue entonces instalada la Sociedad Recreativa de reciente fundación, «Aldapa».

En el n.0 3 estaba en 1897 la «Tintorería Moderna»; en el 5, la droguería de Feliciano Merino y el establecimiento de mercería y efectos militares de Pedro Cobas. Donde ahora la entrada a San Miguel conocimos hasta el segundo cuarto de siglo la librería casa Flores o Herrero, junto a la cual había una tienda dond~ se alquilaban disfraces por Carnaval. En el 21 estuvo la tienda de telas de Valle, luego, confecciones Urrutia. Antes, «La Betoñesa», que se dedicaba a la compra de ropas o chatarra. La Cooperativa de Funcionarios «La Esperanza» estuvo en el mismo sitio, al fundarse, hasta que se trasladó al 2 de Olaguíbel. Al principio de la calle tuvo su zapatería Amescua. Más adelante ha estado la carnicería de Eugenio Sagarna, que fue antes del tío de éste Gregorio y también de Domingo Barrutia.

La imagen que reproducimos ahora de Enrique Guinea de 1940 (AMV) refleja no solo la curiosidad de ver el grandísimo cartel anunciador de “Las B.B.B”, sino el comprobar cómo entre sus productos estrella aparece el tapabocas, aunque no hace referencia a lo que también se ha conocido como mascarilla estos últimos años, sino a una prenda que se utilizaba para proteger la boca del frío, bastante parecido a lo que hoy se denomina braga de cuello o buff.

Mateo Moraza Enrique Guinea abril 1940 AMV VitoriaRecuerdo

En cuanto a documentos municipales sobre calles y casas, es en el “Cuaderno de rotulación de calles y numeración de casas” de 1887, cuando aparece por primera vez la”calle de Mateo B. de Moraza” de la que dice que tiene 11 edificios y 99 habitantes.

Sobre la calle dice que se le dio ese título el 12 de octubre de 1887, “y antes era parte de la calle de San Francisco, comprendiendo del 1 al 23 y del 2 al 20 de sus edificios”.

La descripción que da de la calle es:

Principia en la escalinata de San Miguel, y concluye entre las Cuestas del Teatro y San Francisco. Linda al Norte con Los Arquillos; Sur, con la Plaza Nueva; Este, con la Escalera de San Miguel; y Oeste, con la Cuesta del Teatro.

De la acera izquierda (impares) que va del 1 al 23 remarca que Todas estas casas están situadas debajo de la monumental obra de “Los Arquillos”, aunque advierte que el número 23 en realidad es la puerta accesoria del nº 1 de la Escalera de los Arquillos.

Por lo que respecta a la acera derecha (pares) que va del 2 al 20, reseña que todas son puertas accesorias de casas de la Plaza Nueva. En posteriores documentos e aclarará también que el número 1 en realidad era el accesorio del número 2 de la Escalera de Sn Miguel.

Aunque el número de edificios no varía, el de población va disminuyendo. Así, pasamos de las 99 personas vecinas de 1887 a 79 en 1893, que se vuelven a incrementar hasta las 85 en 1910. Para 1940 tenía ya una población de derecho de 113 personas (62 mujeres y 51 hombres)

Hemos querido consultar cómo habían variado estos datos sobre viviendas y habitantes en los últimos tiempos, teniendo que recurrir para ello a los que ofrecen las fichas urbanísticas realizadas por el Ayuntamiento de cara a la revisión del PERI, que aportan datos en torno al año 2000, y que se resumen en:

  • En la calle había 12 números, todos en la acera izquierda (impares), numerados del 1 al 23, pero existiendo un número 5bis.

  • El número 3 es en realidad el paso de las escaleras cubiertas que conducen a la entrada de San Miguel.

  • Todos los edificios están construidos entre 1796 y 1797, salvo el número 21, que está construido en 1787.

Entre todos los edificios solo suman 4 viviendas, en las que están empadronadas 5 personas. Para tres de esas cuatro viviendas el PERI propone la supresión de su uso como vivienda:

  • Una vivienda en la planta primera del número 1, con 102 m2, en los que vivía (o estaba empadronada) una mujer menor de 65 años. El PERI determina la tolerancia de vivienda en este edificio.

  • Dos viviendas en el número 11, una en la planta baja con nada más y nada menos que 217 metros cuadrados, y en la que vivía (o estaba empadronada) una mujer menor de 65 años. La otra vivienda de ese edificio está en la planta 1ª, que tiene 181 m2, y donde no había empadronada ninguna persona. El PERI marca como objetivo suprimir el uso de vivienda en ambas.

  • Una vivienda en el número 15, planta baja, de 228 m2, donde vivían 2 mujeres y hombre menores de 65 años.

La vivienda del número 1 estuvo a la venta hasta hace pocos meses por nada más y nada menos que 442.00 euros, lo que, desgraciadamente, no nos extraña sabiendo que esta calle forma parte del que llamamos Cinturón de oro del Casco, la única zona en la que el Ayuntamiento está poniendo empeño en dar ayudas y facilidades para su total rehabilitación (que va desde Siervas, subiendo por la Virgen Blanca, siguiendo por Mateo Moraza, Cuesta de San Francisco, calle San Francisco, y posteriormente Portal del Rey, hasta empalmar con Francia), potenciando en él viviendas de lujo, o al menos tan sólo accesibles económicamente a clases sociales muy pudientes.

Algo parecido está sucediendo desde hace tiempo con los establecimientos de hostelería ubicados en esta calle, tanto los restaurantes como los llamados “bares de copas”, de unos precios muy selectivos, es decir muy prohibitivos para las clases populares, y el vecindario medio del Casco. Cómo no echar de menos esas tascas y tabernas populares que había en esta calle, de forma muy especial la que llevaba (junto con su esposa Bego, y su amama) un querido vecino del Casco recientemente fallecido, Txusta (José Agustín Iriondo), lugar de refugio y reunión para muchos movimientos populares durante los tiempos más duros (represivamente hablando). Pero entre todos los colectivos “refugiados” en Txusta, destaca la Bertso Eskola de Gasteiz. Así que no se nos ocurre mejor manera de acabar esta reseña sobre Mateo Moraza, que recogiendo algunos de los bertsos que Juan Mari Juaristi les dedicó a las personas del Txusta en 2002 y que se recogen en Araba bertso histori ezberdin bat:

Jull Roc; @jull2000, tomado de https://pbs.twimg.com/media/FDI8xRkXoAIoCp3?format=jpg&name=small

Jull Roc; @jull2000, tomado de https://pbs.twimg.com/media/FDI8xRkXoAIoCp3?format=jpg&name=small

Bi mila ta bigarren
urtean gaudenez
orain hogei beteta
denon zorionez,
galaz ospa dezagun
txanpaina edanez
han sortu ta hazi ginen
habi izan denez
bertsoak jarri ditut
Txustaren omenez.


Bi lagun barra ondoan
Txusta zerbitzari
inor azaldu al da?
galdetu berari,
purua ezpainetan
keinua goiari,
hogei urtez gabiltza
tabernan kantari
bertso onenak boteaz
erratz-kirtenari

(…)

Afaritan menua
betiko sorpresa
patata ta txorizoz
betetako pertza,

solomoa, piperrak
asmatzen erraza,
postre aukera zabala
gazta edo “kontesa”
errematatuz bertso
saio aldrebesa.

(…)

Hegan hasi aurreko
guztion habia
zalea zena soilik,
han bertsolaria,
Txustan astindu gendun
beldurren nagia
zurekin dugun zorra
ez al da handia?
inork ez baitu ahazten
bere “lehen aldia”.

Txustak goibel eman zun
ixteko ordena
izan ere izan duzu
jaberik onena,
biak hartu bihotzez
guztion omena
biak zarete eta
lehena ta ondorena,
zuei eskerrak gara
gaur egun garena.

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ESCALERAS Y PLAZA DEL MACHETE (La Plaza de la Asamblea Vecinal)

16 miércoles Mar 2022

Posted by KTT in Auzokoak / Gentes del barrio, Bitxikeriak / Historias del Casco, Datos sobre el Casco, Sin categoría

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MACHETE (Escaleras del) / AIHOTZ PLAZAKO eskailerak

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Habrá quien piense que poco se puede contar de las Escaleras del Machete, pero sí tienen su historia. Para empezar, comencemos por aclarar que de los tres tramos de escaleras que dan a la plaza del Machete, las conocidas como Escaleras del Machete son las que comunican esa plaza con la meseta que hay en la entrada de la iglesia de San Miguel. Ese nombre oficial lo recibieron en 1887. Bueno, a decir verdad el que recibieron fue el de Escalera, en singular, denominación que mantuvo al menos hasta 1940.

Hoy en día cuentan con 20 escalones, aunque desde 1887 ha abarcado también el pequeño espacio que hay al final de la subida, pegando a la Iglesia de San Miguel, pero sin llegar a la zona donde se ubica la réplica del machete. Y es precisamente en ese espacio donde las escaleras cuentan con su propia historia, en general, poco conocida.

Empecemos no obstante por lo menos desconocido. Venancio del Val en la edición de 1944 de su Calles de Vitoria dice:

También lleva el nombre del Machete la escalera que baja de la plazuela que tiene la misma denominación a la entrada de San Miguel.

En la parte de esta iglesia que da a la escalera es donde debió estar primitivamente tras de una reja y alumbrada con faroles, la imagen de la Virgen Blanca

Más información añade al respecto el siempre bien informado José María Bastida Txapi, en su Recordando Vitoria:

La imagen de la Virgen Blanca fue colocada en su actual ubicación en 1788. Anteriormente había estado colocada en un machón que da a las escaleras que suben a la plaza del Machete. En 1822 el Ayuntamiento la nombró Patrona de la ciudad. Al menos hasta 1925 a la izquierda de donde se encontraba antiguamente el machete, había una casucha que disimulaba el gran rincón donde estaba expuesta la Virgen Blanca antes de su traslado al sitio actual. Esta casa, con numeración de las Escaleras del Machete, no figura ya en el nomemclátor elaborado según el censo de 31 de diciembre de 1940

Pero estas versiones se cuestionan en parte con lo que aporta este texto de la Cofradía de la Virgen Blanca y, sobre todo, con la imagen del grabado que le acompaña y a la que hace referencia:

No se sabe a ciencia cierta cuándo la imagen de la Virgen Blanca del s. XIV fue colocada en el exterior del templo, lo que sí podemos afirmar es que se emplazó en un lugar estratégico dado que se hallaba en el muro exterior del ábside de la Iglesia de San Miguel, junto a la puerta de la muralla llamada de San Bartolomé, a la vera mismo del camino real de Castilla que a su paso por Vitoria se dirigía a Francia.

Se hallaba junto al mercado y plaza del Machete, lugar emblemático por ser donde juraban los cargos municipales. Parece probable que cuando en el s.XVI, se construyó la cabecera del templo fuera colocada la imagen en uno de los contrafuertes a espaldas de la capilla llamada de «la Cruz o de la Virgen Blanca» (hoy Sacristía).

Lo que sí es seguro que la imagen se colocó sobre un sencillo pedestal con pilastras sin protección alguna y, por tanto, muy poco resguardada de las inclemencias del tiempo.

Sólo a partir de 1616 se puede acreditar documentalmente la construcción de una nueva hornacina para cobijarla y que fue mandada hacer por los cereros de la recién creada Cofradía de la Virgen Blanca, tres años antes.

https://cofradiavirgenblanca.com/wp-content/uploads/2016/06/Plaza-del-Machete.jpg

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Decimos que cuestiona lo dicho por del Val y Bastida porque, según el grabado, la imagen está delante de la casa baja, y no el “gran rincón donde estaba expuesta”, que, además, visto en la distancia, más que protegida por una hornacina parece encerrada en una jaula. Es curioso que en aquellos tiempos tuviera que estar protegida tras una reja, pues este no parece un método para ayudar a hacer frente a las inclemencias del tiempo ¿Cuál sería entonces sus objetivo? ¿Protegerla de quién o qué? ¿Había entre el vecindario de la entonces Gasteiz y hoy Alde Zaharra personas opuestas a lo que representaba la imagen de la Virgen Blanca? Cómo nos gustaría conocer las respuestas a esas preguntas.

En cualquier caso, y volviendo a ese espacio de la Escalera del Machete, más que lo referente a la imagen en cuestión, nos interesa lo relativo a las personas, y en ese mismo rincón, y en concreto en esa casucha, vivieron personas. Así, sabemos por el nomenclátor de 1887 (que desliga esta casa de la numeración de la Plaza del Machete, donde hasta entonces figuraba con el número 1, para darle también el número 1, pero ahora de la Escalera del Machete) que en ella vivían dos personas. Las labores de investigación de Txapi y del Val nos proporcionan información sobre ellas:

Coinciden las fechas con los testimonios de dos sacerdotes mayores consultados sobre el tema. Uno de ellos, nacido en la Zapatería, pasaba en la década de los treinta todos los días por delante de esa casa para ir a la escuela que hoy conocemos como de Ramón Bajo. Allí coincidía con el nieto de sus habitantes: un matrimonio ciego. Por un artículo de Venancio del Val, sabemos que eran los padres de los hermanos Castaños, conocidos músicos locales en su época.

 No sería fácil la vida para esa pareja ciega tener su hogar en una vivienda ubicada al borde de unas escaleras, y al lado de una plaza que, como veremos ahora al hablar de la plaza del machete, en 1880 tenía, en conceptos actuales, muy pocas condiciones de accesibilidad.

No sabemos si con el paso del tiempo la pareja ciega se mudó, o si cuando en 1910 se datan 5 personas viviendo en esa misma casa se estén refiriendo a los hijos del matrimonio a los que alude Venancio del Val, apreciados guitarristas. Sea como fuere, la casa ya no aparece en el nomenclátor de 1940, según el propio del Val se debió derribar en la década de los 30.

MACHETE (Plaza del) / AIHOTZ plaza (o Plaza de la Asamblea)

Fuente: www.vitoriaayeryhoy.blogspot.com - Hilario G.T

Fuente: http://www.vitoriaayeryhoy.blogspot.com – Hilario G.T

Este espacio singular del Casco Viejo gasteiztarra es otro de los lugares que ha tenido muy diversas denominaciones a lo largo de los siglos. Entre los nombres con los que oficial o popularmente se ha conocido a este espacio (en tiempos, muy distinto al actual) están los de Plaza de los Bueyes, Plazuela de la Blanca, Plazoleta de los Juicios. Aunque hace un par de años un twitt del Instituto Alavés de Arqueología ponía en boca de Elena Martínez de Madina otros dos: Mercado de Lana y Plaza de las Vacas (¿será una confusión con Plaza de los Bueyes?, no lo sabemos, pero creemos que sí, porque en su minucioso libro con Henrike Knörr (Toponimia de Vitoria I) no aparece reseña alguna sobre esa tal Plaza de las Vacas.

Antes de entrar en lo que consideramos la parte con más enjundia de la historia de este espacio, hoy en día plaza, veamos algunos datos de esos que se suelen señalar poco.

Por ejemplo, los que recogen los documentos sobre numeración de casas y posteriores nomenclátores. Así, en el documento propuesta para “metodizar la numeración de las casas” de 1855, no se propone ningún cambio para la Plaza del Machete, que tiene los números 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8 y 9 todos en la acera de la izquierda. Se especifica además que pertenece a la Vecindad de San Francisco. En los posteriores documentos no hay cambios (aunque en 1867 se plantearon reformas para todos los números), al menos hasta 1887, que es cuando el anterior nº 1 de la plaza se convierte en el número uno de la Escalera del Machete. Ese documento de 1887 también señala que entre el anterior número 1 y el actual número 1 existía un Sin nº, que era el nicho detrás del ábside de la Iglesia de San Miguel, donde se guardaba “el famoso Machete Vitoriano”. También indicaba que donde el que pasaba a ser ahora nuevo número 1 había estado el Retén de Serenos.

Estos documentos nos cuentan también que en 1880 tenía, situadas debajo de la Cuesta de San Vicente, 9 casas habitables (todas de un solo piso) con 39 habitantes. Este número de habitantes va disminuyendo paulatinamente, siendo 24 en 1887, y tan sólo 20 en 1910. Más cambios hubo entre 1920 y 1940, ya que los anteriores números 4 y 5 pasaron a ser un solo edificios (aun manteniendo los números), lo mismo que ocurría con los 6 y 7. Para ese 1940 la población de las casas de la Plaza del Machete había vuelto a crecer, siendo entonces de 34 (19 mujeres y 15 hombres).

Colchonero en la plaza del Machete (1900?) AF0000171/index.djvu; Signatura AZP-120

Colchonero en la plaza del Machete (1900?) AF0000171/index.djvu; Signatura AZP-120

Entre otros datos curiosos que encontramos está la explicación que nos da Ismael García-Gómez (Vitoria-Gasteiz y su Hinterland. Evolución de un sistema urbano entre los siglos XI y XV) para la ubicación del mercado en la plaza del Machete:

En esta ocasión son los vecinos y comerciantes del bloque B3 [Cuchillería, Pintorería y Judería] los que en 1484 protestan porque los puestos de venta suelen montarse ante los portales meridionales del bloque B2 [Correría, Zapatería y Herrería], lo que afecta negativamente a la actividad comercial de sus calles. La solución se hará esperar hasta 1488, año en que –según apunta Fray Juan de Victoria- después de barajarse otras posibilidades, se adoptó la solución “salomónica”; situar el mercado en un punto intermedio entre los portales meridionales de los bloques B2 y B3, a saber, en la zona donde actualmente se encuentra la plaza del Machete.

También nos parece de resaltar el hecho de que para algunos autores, junto a la actual ubicación del palacio de Villasuso pudo existir en tiempos una “Ermita de San Bartolomé”, lo que explicaría también el nombre de las escaleras. Así, Peli Martín Latorre (La ermita humilladero del Santo Cristo de la Buena Dicha. Esa pequeña historia de Vitoria que se nos escapa… que se nos va…), observando un plano de 1811, elaborado por los Capitanes franceses André Mailliart y George de Bois St. Ilys:

 De ahí el gran interés que ha despertado en nosotros conocer por ejemplo, dentro del casco urbano, la configuración de la primitiva muralla y encaste de la Villa de Suso, tras la iglesia de San Miguel y lo que puede ser, de no estar equivocados, el lugar donde estaba situada la ermita de San Bartolomé señalada con una cruz, tal y como se identifican en el mismo plano todos los edificios religiosos de la ciudad, ésta junto al Palacio de Villa-Suso, en su parte superior, así como el tramo de escaleras denominadas con el nombre de este Santo, que ascendían y todavía ascienden hasta dicho lugar desde la hoy Plaza del Machete. Podría ello explicar el peculiar aspecto que hoy se nos ofrece, conformando dentro de ese local una especie de ábside al fondo del llamado Salón de Actos que se utiliza como tal en el Palacio de Villa-Suso

Para acabar con este apartado de curiosidades comentemos que en esa plaza pero en un ubicación muy distinta a la actual, existió lo que Cola y Goiti calificaba de “asqueroso meadero (…) foco de miasmas que suben a infeccionar las escuelas del viejo palacio de Villasuso”. Meadero que, como podéis observar en la foto, tiene una exagerada forma fálica.

Fuente: https://recordandovitoria.files.wordpress.com/2009/05/sae-9x12-122-plaza-del-machete-autor-d-saenz-amvg.jpg?w=221&h=300 que cita a: sae-9x12-122-plaza-del-machete-autor-d-saenz-amvg

Fuente: https://recordandovitoria.files.wordpress.com/2009/05/sae-9×12-122-plaza-del-machete-autor-d-saenz-amvg.jpg?w=221&h=300 que cita a: sae-9×12-122-plaza-del-machete-autor-d-saenz-amvg

LA PLAZA DE LA ASAMBLEA VECINAL

Pero más que en sus nombres, en la historia del Machete vitoriano, en los pormenores de su Palacio de Villasuso, en sus covachas o restaurantes, o incluso en su uso como “txoko folklóriko” (que algo de eso hay, aunque disfrutemos mucho de no pocas de las actuaciones que en él tienen lugar), cuestiones todas ellas que se tratan de forma abundante en cualquier guía turística o blog de viajantes, queremos centrarnos en otros aspectos bastante menos conocidos que para nosotras resulta fundamental no olvidar, y dotan de un carácter propio a esta plaza, como para sentir por ella un cariño especial.

Pero empecemos por su antigua “configuración” en poco parecida a la actual. Para hacernos una idea, valga esta descripción del espacio en 1291 que recoge Manuel M.ª Uriarte Zulueta en “Vitoria y sus barrios en 1291” ( Landazuri, n. 3, junio 1994):

en 1291 la Plazuela del Mercado se extendía más allá de lo que hoy conocemos como la Plaza de la Virgen Blanca:

“…mercado, que entonces comprendía toda la extensión que hoy ocupan las tres plazas, de la Virgen Blanca, de España y del Machete”

Pero en ese mismo espacio de la hoy plaza del Machete, existió también, y desde bastante antes, el llamado Cementerio de San Miguel, tal y como se ha ido confirmando en diversos controles arqueológicos, según expone Paquita Sáenz de Urturi Rodríguez en Palacio Villasuso. Mejora de accesibilidad, Arkeoikuska 2015:

(…)  Otra buena razón era la cerca­nía al templo de San Miguel y el conocimiento previo que se tenía de la existencia de su cementerio en la zona colindante con este palacio. Todo ello obligaba a un control riguroso de las obras proyectadas.

Enterramientos medievales

En el exterior del palacio, en la zona trasera de San Miguel, estaba prevista una apertura para la co­locación de una zapata con unas medidas de 80 x 80 cm de lado y la misma profundidad. Pese a estas es­casas dimensiones existía la posibilidad de que se lo­calizaran enterramientos como ya había ocurrido en el siglo XIX,

(…) El resultado fue el hallazgo de un enterramiento en fosa simple excavada en la roca, sin cubierta y con el lateral derecho alterado por la reciente instalación de una tubería en la zona. En su interior se recuperaron los restos de dos individuos superpuestos uno sobre otro,

(…) La cronología precisa sobre esta sepultura queda a la espera de una posible datación por carbono, y de los estudios del cercano entorno espacial donde se encuentra la primitiva muralla, considerada como pre­fundacional para poder establecer las correctas rela­ciones estratigráficas. No dudamos de su relación con la necrópolis medieval de San Miguel.

Esta sepultura doble no ha sido la única hallada en el entorno del Palacio de Villasuso. En la reforma de 1982 se localizó un enterramiento en el rellano de la escalera que comunica la primera planta con la se­gunda, en el límite con la escalera de San Bartolomé, y junto al paño exterior de la primera muralla. (…) A priori también se relaciona esta se­pultura con la misma necrópolis de S. Miguel como los anteriores, aunque se plantean dudas sobre esto, dada su ubicación.

A modo de conclusión, destacar que los resultados obtenidos en la realización de este control han permitido corroborar algunos de los datos contenidos en la docu­mentación generada en el siglo XVI, entre Martín de Sali­nas y el ayuntamiento, y localizar los restos de una parte del cementerio de San Miguel, cuyos inicios se podrían remontar a un periodo anterior a la concesión del fuero por parte de Sancho VI de Navarra en 1181.

Lugar de reunión del Concejo Abierto

Vais a entender rápido el porqué nos interesa tanto saber si, como parece, este espacio que hoy ocupa la plaza del Machete fue el que en su día acogía al cementerio de San Miguel. La cuestión es que, siendo esto así, ese fue también el lugar donde hace siglos las gentes vitorianas practicaban el asamblearismo vecinal, pues era ahí donde se reunía el Concejo Abierto, Batzarre o Asamblea Vecinal de Gasteiz. Así lo recoge, por ejemplo Ladislao de Velasco y Fdez. de la Cuesta en Memorias del Vitoria de antaño:

El pueblo, esto es el comun de vecinos reconocidos como tales, se reunía á voz de pregón en el Cementerio de San Miguel, siempre que alguna cuestión ó asunto importante lo aconsejaba.

Son varias fuentes más las que señalan este hecho. Es el caso de Santiago Pérez Hernández (en su Poder y sociabilidad local en el País Vasco del Antiguo Régimen: del cobijo eclesiástico a la tardía aparición de las casas consistoriales; Vasconia n.º 33, 2003), quien recogiendo la información de Díaz de Durana, sostiene que ahí se celebró el concejo vitoriano hasta comienzos del siglo XV:

las reuniones del concejo vitoriano a comienzos del siglo XV y llegaba a la conclusión de los lugares de reunión eran principalmente dos: el cementerio de San Miguel y el Palacionuevo de San Francisco.

El hecho de que hubiera dos lugares parece directamente relacionado con la climatología, tal y como indica el blog Conociendo Álava:

El sistema de gobierno más antiguo por el que se rigieron los vitorianos fue el Concejo Abierto. Éste fue una asamblea o reunión de todos los vecinos.
(…) La asamblea de vecinos se reunía en el cementerio de San Miguel y con el mal tiempo en el portal de la iglesia de San Francisco

Esta costumbre del uso de este tipo de espacios para la celebración de la asamblea vecinal parece que era costumbre en Euskal Herria, tal y como señala Juan Madariaga Orbea en El uso laico tradicional de las iglesias y ermitas:

En toda Euskal Herria, el listado de las poblaciones en las que el Concejo Abierto (e incluso Cerrado) se hacía en las iglesias es dilatadísimo: Hondarribia en la iglesia de Santa María; Lekeitio en el pórtico parroquial, debajo del tejadillo del cementerio; Markina en la iglesia de San Pedro, Rentería en el coro de la parroquia; Vitoria en el cementerio de San Miguel; Bilbao en la iglesia de Santiago

Pintura de Mintxo Cemillán, reproducida en Sedes históricas de las Juntas Generales de Álava en Vitoria y Tierras Esparsas, S. XVI-XIX; M. Camino Urdiain Martínez.

Pintura de Mintxo Cemillán, reproducida en Sedes históricas de las Juntas Generales de Álava en Vitoria y Tierras Esparsas, S. XVI-XIX; M. Camino Urdiain Martínez.

El lugar para el medianeto o asamblea de justicia popular

Pero parece que este espacio no sólo era utilizado para la celebración de la asamblea vecinal que denominaban Consejo Abierto, sino que en ella también tenía lugar una forma de justicia comunal que se denominaba medianeto, medianedo o medianetum. En qué consistía esta figura nos lo explica el miembro de la Real Academia de la Historia Martín Almagro-Gorbea (“El “medianeto”, una institución de origen celta en los fueros de Extremadura”):

La opinión más general en la actualidad es que el medianedo era un concilium comunal con función de asamblea judicial para dirimir litigios de cualquier índole que afectaban a gentes de distintas poblaciones o comunidades en un lugar intermedio o limítrofe entre ambos, lugar al que también se denominaba medianetum

El mismo autor, en otro trabajo (La Serranía de Albarracín. Análisis etno-arqueológico de la ganadería en la Celtiberia meridional), nos da más pistas sobre su origen:

Esta institución consuetudinaria parece ser una tradición céltica, pues medianetum ο medianedo debe proceder del término céltico *medium nemetum > medionemeton, término atestiguado en Escocia y que significa «santuario central», ya que en el mundo céltico nemeton era el centro onfálico sagrado donde se celebraba la oenach ο asamblea jurídica, elemento documentado en la Península Ibérica

No hay dudas en lo relativo a que el medianetum o medianeto en Gasteiz se ubicaba en ese espacio del antiguo cementerio de San Miguel, hoy parte de la plaza del Machete. La descripción ahora es de José Javier López de Ocáriz Alzola (Un trazado regular sucesivo: oval y envolvente la villa medieval de Vitoria):

En Villa Suso, la puerta principal desde la antigüedad fue la de San Bartolomé, en la proa del navío o espolón sur de la colina, junto a San Miguel, donde debe situarse el medianetum o lugar neutral para los juicios, tal y como se indicaba en el fuero de población de 1.181

(…) En el siglo XII pudo iniciarse junto al antiguo cementerio de San Miguel, bajo la puerta principal de San Bartolomé, el lugar mágico del medianetum.

Igualmente lo describe Ladislao de Velasco en la obra ya citada anteriormente;

En la parte exterior de la Iglesia al Este inmediata á la puerta principal de la villa llamada de San Bartolomé, (hoy escalinata ó subida al Campillo), á espaldas del altar mayor y Sacramento, se estableció el llamado Medianeto ó Medianero, lugar de hacer los juicios que se habla en el convenio celebrado entre los de Victoria y los Caballeros de la Cofradía de Alava en 18 de Agosto de 1258

Machete 1880

El lugar para el juicio popular al Procurador General

Fue la tradición asamblearia de este lugar la que llevó, siglos después, ya a finales del XV, a que fuera el espacio elegido también para que en él se sometiera a juicio popular ante toda la población el recién nombrado Procurador General. Así lo recoge José Luis de Vidaurrazaga e Inchausti en su detalladísimo Nobiliario Alavés:

Acabado de hacer este juramento, lo llevan a las espaldas de la dicha iglesia, donde ahora la ciudad tiene cerrado con puerta de hierro y reja el machete terciado o alfanje, que solía (estar) antiguamente en la pared del cementerio de la dicha iglesia, en lugar alto, donde solía ser el lugar ordinario de concejo y ayuntamiento y consistorio, y extendiendo la mano y poniendo la mano sobre él jura

Pero no bastaba sólo con el juramento, el pueblo reunido en la plaza debía dar su consentimiento, algo que se mantuvo hasta el último juramento de un Síndico Procurador ante el Machete Vitoriano en 1841, tal y como recoge el Diario Constitucional de Palma del 2 de enero de 1841:

Concluido el juramento, hay todavía otra fórmula. El secretario lee en voz alta el poder que el pueblo otorga al procurador general, y en seguirla y antes de firmarlo pregunta al pueblo allí congregado, si en efecto quiere conferirle tal poder…. Escusado es decir, que ayer respondió que sí. Es lo regular. La tradición sin embargo conserva la memoria de un mal ciudadano a quien el pueblo desechó y que no pudiendo resistir a tan grande castigo moral, murió a los pocos días de sentimiento. ¡Lástima que algunos hijos degenerados de este país, no pudieran venir a sufrir la prueba del pueblo, del verdadero pueblo!.,

Los orígenes y pormenores de este importante acto popular los podemos seguir a través de las palabras de Rosario Porres Marijuán en su Oligarquías y poder municipal en las villas vascas en tiempos de los Austrias, Revista de Historia Moderna; Anales de la Universidad de Alicante nº 19 – 2001):

En algunas villas vascas existieron también dos figuras emblemáticas, tal vez el mejor exponente de la representatividad del comunitarismo popular que, en palabras de Pedro Lorenzo, no sólo exigía gobiernos municipales sin otro objetivo que proteger los intereses colectivos sino que también imponía el precepto de la representatividad como también el control de los oficiales designados: los procuradores generales (también llamados síndicos) y los diputados municipales. Fueron los ayuntamientos de influencia del modelo vitoriano los que incorporaron estas figuras

(…) este personaje asumía la responsabilidad de hacer cumplir en el Regimiento las leyes de la comunidad, así como de fiscalizar la labor de todos los oficiales del Ayuntamiento

(…) el procurador de Vitoria ponía en juego nada menos que su cabeza, en medio de una ceremonia que tenía lugar al día siguiente de las elecciones ante el «machete vitoriano» con el cual le sería cortada si no cumplía fielmente con su cometido. Una ceremonia mediante la cual el pueblo confirmaba su nombramiento confiriéndole poderes especiales para desempeñar su más importante misión: la de ejercer como defensor de los usos, costumbres y privilegios de la ciudad ante cualquier instancia, ya fuese provincial, real, eclesiástica, etc. Erigido como garante los derechos de la comunidad vitoriana, esta figura, creada en tiempos de los Reyes Católicos, actuaba como interlocutor válido entre el Regimiento y el Común, cuyos derechos debía preservar, aunque muy pronto pasó a incorporarse al selecto círculo de los oficios mayores junto al alcalde y los regidores y acabó por oligarquizarse al mismo ritmo que éstos (…) su concurso era imprescindible para que los ayuntamientos pudieran celebrarse, regla ésta que sin duda debió nacer para preservar los derechos del Común. Y aún más si atendemos a las premisas de Juan de Vitoria, según el cual este cargo disfrutaba de un verdadero derecho de veto porque “sólo que esté negativo basta para que no se haga lo que todos votan” (…) Con semejantes prerrogativas no es de extrañar que se convirtiera al mismo tiempo en uno de los principales y más habituales objetivos de la contestación popular, como tampoco que se utilizara la ceremonia de su juramento en la Plaza del Machete como marco de sus expresiones más virulentas.

Plaza del Machete (Fernando Echeverría 1980)

Plaza del Machete (Fernando Echeverría 1980)

Vemos pues que su origen está en el comunitarismo popular. Pero el hecho de que fuera creado en tiempos de los Reyes Católicos nos puede hacer pensar que era producto de un espíritu comunitarista que ellos impulsaran. Todo lo contrario, las distintas ordenanzas (municipales, de vecindades…) que en Vitoria se establecieron en aquel entonces a impulso de Isabel y Fernando lo que intentaban era todo lo contrario, obligar a abandonar las formas de autogobierno que la población tenía (Consejo Abierto y Vecindades Vitorianas) para “encarrilarlas” hacia un gobierno centralizado y oligárquico. El paso intermedio para ello fue el de ir moldeando esas figuras a través de las mencionadas ordenanzas, vaciándolas de contenido, como paso previo a incorporarlas al gobierno oligárquico. A pesar de ello, como señala Porres, no lograron impedir que en ocasiones la oposición popular quedara claramente manifestada.

Tanto el diario que narra la última jura como la propia Rosario Porres hacen referencia a la contestación popular mostrada en alguno de esos actos en la que hoy es la plaza del Machete. Es la propia Porres la que en un texto con un título significativo Un episodio de insurrección popular en la “Plaza del Machete” nos cuenta lo sucedido en dos de esas juras:

En las elecciones de 1677, por ejemplo, en similar ceremonia llegaron algunos vecinos a «perturbar el acto con grita y palabras concitantes a sedición», aunque las cosas no pasaron de ahí. Mucho peor fue en las elecciones de septiembre de 1738.

(…) Antes de las elecciones, parte del público asistente protestó contra el personaje que se perfilaba como procurador general, José Joaquín del corral, a quien tenían declarado como opresor del pueblo: «mal podría el común esperar su defensa y protección de quien se oponía a sus llantos y deseaba su opresión», decían. No en vano, se le conocía por su mal hacer mientras ejerció como alcalde en años anteriores. Paradójicamente, un amañado ritual de bolas y cántaro le seleccionó como procurador y los asistentes lo tomaron como una provocación.

Cuenta la documentación oficial que al día siguiente, en el acto de juramento en la Plaza del Machete y cuando el escribano Tomás ángel de Velasco preguntó si se le otorgaba el poder para defender los derechos de los vitorianos, «respondieron unos con modestia, que si, y otros con voz alta, y mucha grita, que no». Ante el alboroto, el juez dio orden de prender a quienes diesen motivo a la discordia, dando por finalizado el conflicto. Sin embargo, la relación que de los hechos hicieron las Vecindades tenía un tinte más heroico, pues venían a decir que ante la pregunta del escribano, «… se oyó una voz universal, que decía: no Señor. Y otros: no otorgamos tal poder; sin que se hubiese oído que persona alguna, ni aun los capitulares, dijesen que si lo otorgaban. A cuyo tiempo el juez levantó la voz diciendo: ¿Qué es esto? Y habiendo callado todos, continuó diciendo y mostrando grande enojo de que se negasen a su otorgamiento, que callasen, porque si alguno respirase, o levantase su voz, haría un castigo ejemplar, que se acordaría de él, con otras expresiones de amenaza, y llamando a los Ministros de Vara, dijo con el mismo ardor prendiesen luego a cualquiera que señalase, o echase la mano».

Dicen que entonces el propio escribano don Tomás ángel de Velasco, que estaba cerca del juez, se le presentó diciéndole con gran modestia y atención: «… aquí estoy yo, Señor, que no otorgo ese poder, mande Vuestra Merced prenderme, si es delito. Con lo que el Juez se sosegó». Las elecciones quedaron en el aire, y aunque apenas un mes después la nueva corporación trató de regularizarlas, el asunto tuvo que dirimirse finalmente en los tribunales.

Visto lo visto, empezamos a entender el porqué se eliminó la referencia de la plaza al poder de la asamblea vecinal, limitándola solo al manido machete. ¿Os imagináis que hoy en día el alcalde o alcaldesa tuviera que pasar por el trance de la aprobación popular en la plaza?

No es que tengamos nada en contra de la denominación del lugar como Plaza del Machete, pero nos parece mucho más importante recobrar la memoria popular del espacio del autogobierno popular, su Consejo Abierto o Batzarre, y donde la población se juntaba a debatir y decidir cuestiones. Por eso nos parecería mucho más apropiada nombrarla como Plaza de la Asamblea popular… y no digáis que no es casualidad que justo al borde de esta plaza, según se sube por las Escaleras de San Bartolomé nos encontremos con la escuela de asamblearismo de buena parte de la juventud gasteiztarra de las últimas 4 décadas: el Gaztetxe de Gasteiz.

¿Será ésta una foto de la asamblea del Gazte de mediados del siglo pasado bajando a la Plaza de la Asamblea a celebrar Consejo Abierto? Más de una cara nos parece reconocer…

Archivo Municipal de Vitoria-Gasteiz

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AUZOAN BIZI EXTEBIZITZA SAREA. La red de vivienda del Casco Viejo de Gasteiz.

25 viernes Feb 2022

Posted by KTT in Auzokoak / Gentes del barrio, Datos sobre el Casco, Llamadas al auzolan Deialdiak, Salaketak / Denuncias y criticas, Sin categoría

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  • Creemos que la vivienda no puede ser un negocio y que todas las personas deberían tener garantizado el derecho a una vivienda, y con este objetivo nos organizamos.
  • No entendemos la lucha por la vivienda sin la lucha contra todo tipo de opresiones.
  • Vamos a organizarnos nosotras también para luchar y defender lo nuestro con determinación y dignidad. Porque ¡solo el barrio salva al barrio!

Estas son algunas de las ideas fuerza y objetivos con los que AUZOAN BIZI, la red de vivienda de Alde Zaharra de Gasteiz, retomó su trabajo hace ya unos meses.

Decimos que retomó porque sus primeras intervenciones en la lucha vecinal y comunitaria del barrio se dieron hace ya algo más de dos años cuando, respondiendo a una llamada de Gasteiz Txiki a todo el vecindario para que se organizara en torno a los graves problemas habitacionales, de habitabilidad de la vivienda y de acceso a las mismas, personas y colectivos diversos del barrio, con experiencia y sin ella en la lucha en defensa de la comunidad vecinal del Casco, pusieron en marcha esta iniciativa (su nacimiento está recogido en este documento).

Comenzaron con movilizaciones de denuncia como la que se recoge aquí, pero, al mismo tiempo, decidieron también abrir un espacio de reflexión y debate para, más allá de las necesarias denuncias puntuales, hacer un planteamiento de lucha vecinal al barrio.

Ese momento de trabajo interno fue aprovechado también para la autoformación, repensar objetivos, reestructurar la organización interna u organizar jornadas en las que, con el testimonio de otras experiencias, aprender de aciertos y errores.

Con las mochilas cargadas se disponían a presentarse públicamente al barrio y hacerle llegar sus propuestas, cuando estalló la pandemia. Las consecuencias de las medidas de control y aislamiento social que impusieron las diversas administraciones, afectaron de lleno a la vida y dinámica de Auzoan Bizi y sus planes iniciales. Aunque bastante de la gente que formaba parte de Auzoan Bizi colaboró de forma activa en la red propia del barrio en torno a la iniciativa Batera para cuidarse entre el vecindario, la vida de la plataforma/colectivo entró en una especie de hibernación.

Poco a poco fueron consiguiendo salir de esa situación, y emprendieron un nuevo tiempo de reflexión para ajustar lo hasta entonces planteado a la realidad del momento. Desde entonces llevan ya muchos meses trabajando en y por el barrio.

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JUICIO A ZURRUMBON / ZURRUNBONEN EPAIKETA

16 miércoles Feb 2022

Posted by KTT in Auzokoak / Gentes del barrio, Bitxikeriak / Historias del Casco, Datos sobre el Casco, Gomendioak / Recomendaciones, Goraipamenak / Reconocimientos, Salaketak / Denuncias y criticas, Sin categoría

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cartel-carnaval-1

Por quinto año se van a celebrar los carnavales del Casco (aquí puedes leer su historia y propuesta para este año), pero entre los actos que se van a llevar a cabo que podéis ver en el cartel que encabeza el post, las organizadoras quien remarcar o el contenido de uno de ellos: el Juicio a Zurrumbon:

En el año 2019 aparece la figura de Zurrunbon, al igual que Markitos en Zalduondo o Miel Ontxin en Lantz, representan las adversidades y los males, con las que es atacada nuestra comunidad: racismo, machismo, especulación en vivienda, políticos/as, situación de los comercios, etc… Este curso queremos centrarnos en explicar la historia de Zurrunbon y que los más pequeños y pequeñas entiendan qué es, qué representa y cómo a través de la denuncia y el fuego, primero las nombramos, las hacemos visibles y luego las quemamos, para, de esta manera, deshacernos y librarnos de ellas de una manera simbólica y en comunidad.

 Este año el Juicio a Zurrumbon tendrá lugar el viernes 25 de febrero a partir de las 18 horas en la Plaza de Santa María (habrá también castañas y txokolate, para lo que cada cuál tendremos que llevar nuestro vaso).

 Si con este post nos sumamos a darle contenidos a este acto es porque nos parecen sanos y estimulantes momentos como este de denuncia popular espontánea y festiva. Aunque quizá mucha gente no lo sepa, el juicio o quema de un monigote es una tradición carnavalesca bastante más arraigada de lo que pueda parecer, y de forma especial en Araba. Así lo recoge Juan Garmendia en Carnaval en Álava:

La costumbre, bastante extendida en Alava, de preparar con motivo del Carnaval un monigote, que luego se destruye, también queda sometida al gusto local: llamáronle «Judas» en Amurrio y Azáceta; «El Criminal» en Arriola; «El Hombre de Paja» en Eguino y Ocáriz; «Gutiérrez » en Berantevilla y Galarreta; «Toribio» en Campezo; «Don Felipe» en Lermanda; «La Vieja» en Munain y en San Román; «La Abuela» Gn Vicuña; «Marquitos» en Oreitia y Zalduendo; o, simplemente, «El Muñecode Santa Agueda» en Maestu.

Una de las formas de llevar a cabo el acto era parecida a la actual del carnaval del Casco, aunque se celebraba el martes:

El Martes de Carnaval era festivo y por la tarde, desde aproximadamente las cuatro hasta el anochecer, recorrían los “porreros” las calles, entre músicas y carreras. La cumbre del festejo era la muerte de un monigote, indistintamente hombre o mujer, preparado con palos, ropas y paja, relleno de petardos, que en medio de pública algarabía era paseado por las calles en un carro o empalado como si se tratase de un estandarte, para ser juzgado y condenado a muerte en la plaza, durante el sermón ridículo y cómico de un “predicador”, subido a un carro tirado por “porreros” enyugados. Tras la sentencia, el monigote era ajusticiado a golpes, a escopetazos, era ahogado o quemado, más comúnmente, en una gran hoguera de aulagas, que los enmascarados saltaban gritando.

Pero esta tradición tiene su traslado a otras muchas geografías y con muy diversas representaciones. Hay quienes le dan un toque menos reivindicativo y más curativo (¿tendrá que ver que el Ayuntamiento participe en ello?), como en este caso de Purchena (Almería):

La quema del muñeco es una de las tradiciones más típicas de Purchena. Mientras que en otros lugares, el fin del Carnaval lo representa el entierro de la sardina, en Purchena el final del mismo está representado por esta ancestral y original tradición.

Tiene lugar el miércoles de ceniza. Es una fiesta de origen pagano, que pone fin a esos días de diversión y algarabía que son el carnaval, previos al ayuno y la privación de la carne que supone la cuaresma para los cristianos.

El día previo al miércoles de ceniza, con ropas viejas y usadas rellenas de serrín o paja y petardos, se fabrican los muñecos, protagonistas imprescindibles de esta fiesta y que, según la tradición, representan los excesos cometidos durante la fiesta carnavalesca. Estos muñecos se distribuyen entre las diferentes calles del pueblo para ser colgados en las mismas. Al anochecer del miércoles y después de que todo aquel que lo desee sea “señalado” religiosamente con la ceniza, se va procediendo a la quema de los muñecos por los diferentes barrios, quemando así los excesos cometidos durante esos días y preparando al cuerpo y al espíritu para iniciar la cuaresma.

Esta fiesta en los últimos años, ha sido recuperada con fuerza por diferentes asociaciones de jóvenes (Illipula, Ifitos…) y mujeres (Montecarmelo) de la localidad, contando para ello con el apoyo del ayuntamiento.

Mientras que en otros su carácter es mucho más subversivo y de denuncia, como éste de Ribes de Freser (Girona):

Ribes de Freser (Girona) ha cerrado la semana del Carnaval con la tradicional quema del monumento diseñado para la ocasión en la Plaça del Mercat. Este año el protagonista ha sido un muñeco del paracaidista del ejército que se accidentó con una farola el 12 de octubre en el tradicional desfile de las fuerzas armadas. Al militar le acompañaban un policía nacional y un guardia civil con porra y un Mosso disparando un proyectil de foam. Los tres situados dentro de un contenedor donde se podía leer “mesa de diálogo”. El director del Carnaval de Ribes, Eudald Casals, explica que eligen la temática en función de la actualidad y que esperan a la última semana para decidir el tema. “La decisión se toma a partir de una lluvia de ideas después de una comida que se alarga”, ironiza.

La quema del monumento, sin embargo, es el último acto de una serie de actividades que comienzan una semana antes. Al día siguiente es cuando se descubre y se inaugura el monumento que después acabará quemando una semana más tarde.

Algo igualmente habitual en muchas zonas de Galicia, donde al muñeco se le llama meco:

El meco representa a un personaje público. Se trata de una representación satírica de alguien vinculado al mundo de la política o la Iglesia y, en muchas ocasiones, es transformado en un cerdo con forma humana. Con los mecos se busca denunciar ciertas situaciones que perturban a una localidad de una manera visualmente impactante durante un período pagano como es el carnaval.

La quema del meco va acompañada de un sermón en el que se exaltan los pecados del personaje en cuestión. Esta tradición varía mucho según la localidad gallega donde se celebre el carnaval, pero su simbolismo supone un cierre apoteósico a la época previa a la cuaresma, donde tradicionalmente se imponían restricciones muy severas a la población. Precisamente las restricciones por el coronavirus, o el rechazo a leyes sobre la libertad sexual, han motivado que este año personajes como Pedro Sánchez, Feijóo o Carmen Calvo hayan sido mecos. Por lo tanto, esta figura no está directamente asociada a la violencia ni tiene una intención intimidatoria, solo se trata de una denuncia satírica. Muy visual y llamativa, eso sí.

En algunas zonas de México también es reivindicativo, pero se realiza al inicio de los carnavales:

En México el carnaval da comienzo con una tradición muy querida: la Quema del Mal Humor. El ritual empieza con un muñeco enorme de papel maché que representa a un político o un famoso al cual la gente aborrece –como una gigantesca y caricaturesca piñata– y que cuelga sobre la multitud. Se le prende fuego mientras la gente vitorea y celebra el momento. Se trata de una tradición simbólica: mientras arde el muñeco, la gente se desprende de sus problemas cotidianos y disfruta del inicio de las fiestas.

La Quema del Mal Humor está presente en los carnavales de todo México, pero sobre todo en Veracruz y Mazatlán, donde los muñecos a veces representan personajes: el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha estado muy presente los últimos años.

Así mismo son curiosas la distintas interpretaciones que sobre esta costumbre se suelen dar. Por ejemplo, esta interpretación argentina sobre la quema del Momo:

Por qué lo queman a Momo

Desde las tradicionales fiestas paganas de hace más de 5.000 años, la aparición de Momo, considerado el dios de la burla, amo de la sátira y la ironía y rey de los carnavales, significa el comienzo de ese festejo. Y su quema simboliza el cierre de carnaval.

Una de las varias versiones en torno a la tradicional quema señala que su origen tiene que ver con la historia de Baco, el Dios del Vino en la mitología romana (basado, a su vez, en el Dioniso de la mitología griega). Y era presentado con las características propias del bufón: gorro con cascabeles, cetro y máscaras.

Otra versión, ubicada en el mismo tiempo y también en el Imperio Romano, relata que los romanos 30 días antes de finalizar las fiestas saturnales (donde le rendían culto a Saturno) elegían como rey al más bello de los soldados, el cual durante esos 30 días tenía poder absoluto, y en el último día era obligado a matarse en el altar del dios Saturno.

A través del tiempo la Iglesia Católica intentó cooptar estas celebraciones populares, las cuales fueron incorporadas al calendario cristiano y concebidas como un período de excesos permitidos antes de la Cuaresma.

 Igualmente llamativa esta otra explicación, que une además la quema con el entierro de la sardina:

El hábito de quemar la sardina tiene origen en Madrid, de donde se dice que el miércoles de ceniza, gente disfrazada de mendigos y religiosos en tono burlesco recorrían las calles portando escobas, jeringas y orinales. En el centro, sobre una camilla, llevaban un pellejo de vino con una careta, de cuya boca colgaba una sardina. Al atardecer, la sardina era enterrada y el vino repartido entre la gente.
¿Y por qué una sardina? Todo parece indicar que se trata de una deformación fonética. En la antigüedad se enterraba carne, que era lo que verdaderamente representaba el pecado de gula que tanto rechazaba la iglesia con la Cuaresma. Se trataba de un cerdo abierto en canal o una ‘cerdina’, que ha acabado convirtiéndose en sardina.
Como se puede ver, el fuego está muy presente en los ritos carnavalescos no sólo de la comarca, sino también de casi todo el mundo occidental.

Terminemos con otro ejemplo de una zona cercana, y cuyo carnaval tiene bastante prestigio. Nos referimos al carnaval de Lantz:

El carnaval de Lantz es el más multitudinario de Navarra y una de las fiestas más importantes que se celebran en la villa. Cada martes de carnaval se vive el apresamiento, juicio y muerte en la hoguera del mítico y malvado bandido Miel Otxin.

Un carnaval rural y lleno de color el que se vive estos días en Lantz. Durante estos días, las fuerzas del mal y del bien salen a las calles de la villa para enfrentarse en una batalla donde la justicia mueve las rabias populares. Uno de los momentos más esperados  cada carnaval es la aparición del maligno Miel Otxin. Se trata de un malvado bandido que representa a los malos espíritus y cuyo nombre viene de la antigüedad por el robo de mil otxines (moneda usada antaño en Navarra).

Este muñeco, de tres metros de altura, porta los brazos en cruz, viste blusa estampada, pantalón azul y faja roja, y corona su cabeza un gorro cónico cuyos adornos y colores llaman especialmente la atención.

El lunes es capturado y paseado por el pueblo a ritmo de txistu y tamboril mientras que el martes de carnaval, tras recorrer las calles del pueblo, es ejecutado y quemado en la hoguera, mientras sus vecinos bailan el zortziko alrededor de la misma.

Volviendo a las organizadoras del juicio al Zurrumbón en nuestro Casco Viejo, aquí quedan las indicaciones que nos dejan para que nos animemos:

Quienes queráis tomar parte tendréis que escribir un pequeño texto explicando por qué queréis quemar a Zurrunbon. El texto no tiene que ser muy largo, 2-3 líneas y pueden utilizarse diferentes idiomas.

Buf, si por deméritos hacia el Casco fuera, mucho nos tememos que la Plaza Santa María iba a quedarse pequeña para tanto Zurrumbon a juzgar y quemar. 999 eZker atolatzailei tradizio bat errekuperatzeagatik, mamiz beterik!!

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¿Cómo cuida el Casco a sus vecinas más mayores? Compartiendo los resultados de la dinámica FOTOVOZ!

06 domingo Feb 2022

Posted by KTT in Auzokoak / Gentes del barrio, Datos sobre el Casco, Gomendioak / Recomendaciones, Sin categoría

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Foto Voz febrero 2022_page-0001

Vamos primero con lo inmediato. El martes 15 de febrero desde las 18 horas en el CC El Campillo, la red Cuidándonos en Alde Zaharra Elkar Zainduz, a través de la asamblea que convoca, devolverá al barrio sus aportaciones, compartiendo los resultados de la dinámica FOTOVOZ que, en palabras de sus organizadoras, se trata de una actividad de participación y diagnóstico comunitaria con el objetivo de explorar aspectos del entorno/del barrio considerados por el vecindario como importantes para facilitar o no, el cuidado y la convivencia de las personas mayores.

Lo que van a devolvernos al barrio (compromiso que adquirieron desde el inicio de la dinámica, basada en la participación vecinal) es, fundamentalmente, la exposición de los resultados de los diversos talleres, encuentros, dinámicas, debates y recopilación de opiniones. Pero con especial hincapié en las propuestas y recomendaciones que de todo ello surgen. Además, entre las personas asistentes a la asamblea que ahora convocan se elegirán las propuestas y acciones más prioritarias.

Esta dinámica partió de la siguiente reflexión:

¿CÓMO ALDE ZAHARRA CUIDA SUS MAYORES? 

Envejecer, en la actualidad, es muy diferente a como se vivía no hace mucho tiempo. En la sociedad líquida actual, con procesos de individualización y urbanización tan marcados, cambios a nivel cultural y tecnológico, o transformaciones en el ámbito familiar y social, van a influir mucho en cómo vivimos la última etapa de nuestra vida. Por otra parte, el aumento de la longevidad esboza un escenario desconocido hasta el momento que nos lleva a un nuevo paradigma, y nuevos desafíos como barrio. 

(…) Para poder seguir viviendo en el mismo entorno a lo largo de la vida, no cabe duda que el entorno, la comunidad ha de ofrecer oportunidades y posibilitar la permanencia con una calidad de vida aceptable, tanto en elementos físicos, como humanos, ante las continuas demandas o necesidades que surjan con el paso de la edad. 

Por eso pretendía preguntarse sobra la Comunidad, Lugares o Personas que cuidan… o no a las personas mayores de Alde Zaharra, con el objetivo de:

 explorar aspectos del entorno/del barrio considerados por el vecindario como importantes para facilitar el cuidado a las personas mayores y el envejecimiento en el lugar.

 

Pero, aprovechando el llamado a la participación, al que nos sumamos, quisiéramos añadir unas breves reflexiones sobre la  red Cuidándonos en Alde Zaharra Elkar Zainduz.

En este blog ya hemos comentado en dos ocasiones anteriores esta iniciativa que sobre la salud comunitarias lleva ya un tiempo desarrollándose en el barrio. Hoy en día se la conoce como Cuidándonos en Alde Zaharra Elkar Zainduz. Hace 7 meses la definíamos así:

He aquí una iniciativa curiosa por varias razones. En primer lugar, porque es consecuencia directa de la pandemia de COVID… o mejor dicho, de las consecuencias que sobre la salud (en su sentido más amplio) de parte de la población del barrio están teniendo algunas de las medidas impuestas por las autoridades.

En segundo lugar, por la heterogeneidad y diversidad de los colectivos y agentes que en ella están tomando parte, y que en la mayoría de los casos se juntaron inicialmente con la preocupación compartida de las consecuencias que para parte del vecindario estaban teniendo las comentadas medidas impuestas (aislamiento y/o pérdida de lazos relacionales; deterioro físico y cognitivo; angustias, temores y fobias; carencia de afectos y dificultad de compartir sentimientos y emociones… Esos colectivos y personas son, por un lado, gentes que desde hace tiempo vienen trabajando por reforzar lazos comunitarios en el barrio, como personas vecinas del Casco, la asociación vecinal Gasteiz Txiki, o Cáritas del Casco Viejo. Pero, dada la gravedad del panorama, decidieron ya hace bastantes meses (ha habido iniciativas anteriores, aunque aún no se denominaran como “Cuidándonos en Alde Zaharra”, como la mesa redonda que ya recogimos en KTT: “Conviviendo con la Covid 19 Alde Zaharrean: el barrio cuida al barrio”), se pusieron en contacto con el Centro de Salud del barrio, con los Servicios Sociales de Base y con la Red Bizan que agrupa lo que antes eran los Centros Socio Culturales de Mayores y, gracias, en buena parte de los casos, a la enorme implicación de personas concretas de estos entornos institucionales, que compartían su preocupación por el estado de salud de buena parte del vecindario, comenzaron a trabajar de forma continua y coordinada hasta, en la actualidad, ofrecer tres actividades diversas, que son las que se recogen en su cartel.

Y en el texto La autogestión colectiva de la comunidad vecinal del Casco Viejo de Gasteiz. Desarrollo, estado actual y perspectivas, que presentamos algunas semanas después, sobre ella decíamos:

La experiencia en marcha muestra algunas potencialidades. Aunque también evidentes riesgos. Entre las potencialidades, descubrir que en el ámbito publico hay personas que pueden (y quieren, porque en muchos casos lo hacen mas allá de su jornada laboral) aportar en la construcción de la comunidad vecinal. Y disponen de conocimientos sobre el vecindario que el movimiento vecinal hoy en día no tiene. Entre los riesgos evidentes, el control que las instituciones quieren mantener sobre este tipo de iniciativas mixtas, las limitaciones que imponen, y el deseo poco disimulado de incorporarlas a su programa de actividades. Pero si el movimiento vecinal autogestivo tiene claro estos riesgos, y permanece alerta, si se abre una oportunidad de plantearse otra forma de impulsar la comunidad vecinal, no solo llegando a personas vecinas a través de los nuevos canales sino, sobre todo, poniendo sobre la mesa la necesidad de abordar otra de las cuestiones pendientes, la salud comunitaria, por supuesto entendida mucho mas allá de lo simplemente sanitario, y abordándola en su integridad. Por lo visto hasta ahora, la mayor dinámica del movimiento vecinal tiene su peso a la hora de plantear las cuestiones a abordar, pues de el surgen buena parte de las propuestas. Esta dinámica abierta que podríamos calificar de expropiación popular de conocimientos, datos y canales de interlocucion vecinal, puede ser una herramienta vecinal valida mas.

Desde entonces la red ha seguido caminando, y sabemos que además de la dinámica FotoVoz, sigue impulsando otras iniciativas, y que entre las propuestas que tienen sobre la mesa para seguir desarrollándose, está como elemento central la salud comunitaria. Pero con el paso del tiempo, nos da la sensación de que se está produciendo una dinámica que, a nuestro entender, hay que vigilar. Las inercias del funcionamiento de las personas y entes ligados a la administración, sin mala voluntad, parecen estar centrando demasiado el interés en pequeños aspectos concretos con una impronta resultadista, por ser la que les resulta conocida, pero ello mismo dificulta que sean el movimiento vecinal y popular quienes, con el objetivo de impulsar la salud comunitaria con el objeto de fortalecer la comunidad vecinal, hagan planteamientos más de fondo, y se atrevan a intentar caminos nuevos, basados en el protagonismo vecinal. Eso incluye, de una forma principal, el definir los contenidos y tareas de esa comunidad en la elaboración y puesta en marcha de un programa de salud comunitaria. Y la responsabilidad de esa situación creemos que no es, principalmente, de las personas ligadas a la administración, sino del vecindario, especialmente de los movimientos vecinales y populares.

Sabemos que en el barrio hay muchas necesidades, problemas y reivindicaciones urgentes que ocupan buena parte de las energías de un movimiento popular y vecinal que aún está recuperándose de los efectos de las medidas adoptadas en torno a la pandemia que, a ellos también, les han debilitado (parece que ese era y es uno de los objetivos de esas medidas), pero aun así se nos hace muy difícil entender la poca presencia del movimiento vecinal y popular en esta iniciativa. Desde nuestro punto de vista, el reto de intentar sentar las bases para la salud comunitaria en el barrio, aunque igual menos urgente que ciertas situaciones cotidianas que se dan en el barrio (en torno al estado de las viviendas, o el acceso a ellas, por ejemplo) es bastante más prioritario, pues afecta a un amplísimo abanico de cuestiones, entre las que, lógicamente, también están el estado de las viviendas, y el de la salud física, psíquica, emocional y comunitaria del vecindario que no puede vivir o acceder a un hogar digno. Por eso echamos en falta una mayor implicación de los colectivos vecinales y sociales en esta dinámica, lo que, además, ayudaría a que la impronta administrativa no termine por generar la esclerosis que suele provocar cuando se aproxima a iniciativas populares.

Una primera buena oportunidad para revertir esa situación es acudir a la asamblea a la que ahora nos convocan para el próximo 15 de febrero, pues, entre otras cosas, en ella se van a decidir las prioridades de actuación, así como la asunción o reparto de responsabilidades a la hora de tomar las iniciativa que el vecindario participante en el FotoVoz ha planteado.

El futuro de la salud comunitaria del barrio precisa de la implicación directa del vecindario. Porque no debemos olvidar que la salud comunitaria también puede ser autogestionaria, propiciando que las personas y grupos humanos se conviertan en protagonistas de la gestión de su propia salud (en el sentido más amplio), como individuos/as dentro de una comunidad. Hala bedi!!

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EL CASCO EN LA PRENSA 2021: El retrato de la brecha que se agrava entre dos realidades opuestas en el barrio

17 lunes Ene 2022

Posted by KTT in Auzokoak / Gentes del barrio, Datos sobre el Casco, El Casco en los medios, Salaketak / Denuncias y criticas, Sin categoría

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Brecha social

Si tuviéramos que resumir en una idea lo que reflejan las noticias de los medios sobre el Casco en 2021, sin duda que sería esa de la brecha social que se agrava. Como vamos a comprobar a través de la selección de noticias recogidas del Casco Viejo en los medios durante 2021, cuando se observa con la perspectiva de un año, se aprecian claramente dos realidades muy distintas.

Por un lado, cómo los poderes económicos y políticos impulsan en zonas muy determinadas del barrio un desarrollo urbanístico e inmobiliario pensado para economías, cuando menos pudientes. Por otro lado, y al mismo tiempo, esos poderes se desentienden de una parte del barrio, la mayoría, que padece una situación habitacional cada vez más grave, lo que pone en riesgo ya no solo su derecho a vivir dignamente, sino incluso sus propias vidas, como ya ha sucedido el año pasado, y como va a suceder de nuevo cualquier día ante la situación de varias familias o núcleos familiares (con menores y personas ancianas) en situación de grave vulnerabilidad socioeconómica, que habitan viviendas en riesgo de colapso inminente, y cuya situación conocen perfectamente desde hace muchos años tanto el Ayuntamiento como la Diputación, sin dignarse ninguna de las dos instituciones a poner fin a la situación. Luego, cuando suceda lo que va a suceder, dirán que no sabían nada, pero ya os aseguramos que lo conocen perfectamente, pues el vecindario se lo hemos contado en múltiples reuniones que no han conducido a nada. Parece que sólo les importa cuando sale en los medios. Y solo sale en los medios cuando ya se ha transformado en tragedia.

Aunque el problema habitacional es el más grave, no es el único que padece esta brecha. Un nuevo año tenemos que ver con qué facilidad se consiguen millones y edificios para instalar en el barrio nuevos museos o contenedores de ofertas para atraer al turismo, al mismo tiempo que parece convertirse en tarea irresoluble la de dotar al barrio del Centro de Salud digno y sin riesgos que desde el barrio y el propio Centro se viene demandando desde hace años.

O se practica otra dinámica viciada y ya enquistada, la de tomar iniciativas a espaldas del barrio y sus intereses. Valga el ejemplo de haber decidido hacer desaparecer la hace tantos años vaciada de contenido Escuela Taller del barrio. Para una idea que podía servir para que buena parte del barrio adquiriera destrezas que les facilitaran la (re)incorporación al mercado laboral, tras sacarle el jugo de su proyecto e inauguración, ninguna institución se ha comprometido a dotarle de contenido, lo que ahora ya se ha convertido en un cierre definitivo, al decidir dedicar esos locales a otro objetivo.

Eso sí, siempre hay algunas rácanas partidas para las “pequeñas cosas”, esas que sirven para disfrazar cosméticamente la realidad del barrio, distraer la mirada del turismo y, sobre todo, conseguir buenos titulares en los medios (antes de hacerlo, mientras se llevan a cabo, y cuando se inauguran), que reporten suculentos beneficios políticos. Algo a lo que, por cierto, contribuye de forma notabilísima el hecho de que cada vez más medios locales elaboren sus noticias en base a las notas de prensa que les suministra la oficina de prensa municipal (o de la institución de turno), sin practicar el mínimo contraste entre lo que esa nota de prensa dice y la realidad que el vecindario afronta en su día a día. Por eso este año, en varias ocasiones, en vez de recoger como noticia la que nos ofrecían algunos medios, hemos decidido incluir el original, es decir, la propia nota de prensa institucional, por la que al menos no hay que pagar.

También hemos de señalar que el volumen de estos resúmenes va siendo cada año menor, por dos principales cuestiones. Una, que algunos han decidido que para ellos el Casco “no está de moda” (instituciones y medios seguidistas) y sus noticias ya no interesan. La otra, buena parte del barrio, esa que se mueve y que sabe que en los medios no se recoge la verdadera vida del barrio, cada vez tiene más claro que el canal de comunicación no pueden ser esos propios medios “mandados”, y desde hace tiempo utiliza cada vez más sus propias vías de comunicación. Porque la vida fluye y las iniciativas también, aunque los “medios de información” no se enteren.

No nos alargamos más, os dejamos a continuación la selección de noticias agrupadas en cuatro bloques y un epílogo, presentadas en cada uno de ellos de forma cronológica, y que, como en años anteriores, podréis encontrar también en la pestaña de «hemeroteca» con el nombre de El Casco Viejo en los medios 2021 (descargar aquí)

  • 1.- MIENTRAS UNA PARTE DEL BARRIO PADECE UNA DURÍSIMA REALIDAD COTIDIANA, IGNORADA POR LAS INSTITUCIONES… 
  • 2.- … SE MULTIPLICAN EN EL BARRIO INVERSIONES PARA ESPECULADORES, “CLASES ACOMODADAS” Y TURISTAS
  • 3.- CUANDO NO LES IMPORTA NI QUE EL CENTRO DE SALUD COLAPSE
  • 4.- MIENTRAS TANTO, BOMBO Y PLATILLO A LAS “PEQUEÑAS COSAS”, A LAS GRANDES PROMESAS, Y A DAR LA ESPALDA AL VECINDARIO
  • EPÍLOGO: CUANDO EL VECINDARIO SE ORGANIZA Y MOVILIZA, TERMINAN PASANDO COSAS

El resumen de este 2021 tenía que empezar por recoger la tragedia de Koldo Arribillaga, la muerte de un vecino que por sí sola retrata, con toda la crudeza real del hecho, mucho de lo que hemos dicho hasta ahora. Por ella comenzamos esta recopilación.

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