• Haisera / Inicio
  • ¿Por qué este blog? / Zergatik hau?
  • Hemeroteka (de 2009 en adelante)
  • Liburutegia / Salita de lectura
  • Historia(s) del Casco / Bitxikeriak
  • Bideoteka
  • Auzoaren diagnostiko del Casco

Kutxiko txoko txikitxutik (KTT)

~ Por una Asamblea vecinal del Casco Viejo de Gasteiz

Kutxiko txoko txikitxutik (KTT)

Publicaciones de la categoría: Gomendioak / Recomendaciones

La casa como laboratorio: Finanzas, vivienda y trabajo esencial (Lucía Cavallero; Verónica Gago)

13 miércoles Jul 2022

Posted by KTT in Gomendioak / Recomendaciones, Irakurtzeko / Sugerencias de lectura, Sin categoría

≈ Deja un comentario

La-casa-laboratorio-1 (imagen)_pages-to-jpg-0001

 

 

La casa como laboratorio del capital

Queremos explicitar algunos puntos de lo que hemos venido argumentando. Explicar, de modo concreto, cómo la casa se ha convertido en campo de batalla, lugar de trabajos múltiples, espacio de nuevos usos de los que se beneficia la economía de plataformas, sitio de aterrizaje de deudas domésticas y de tecnología financiera. Es fundamental, como señalamos, que podamos problematizar lo que sucede allí, al ras de nuestra vida cotidiana, porque el feminismo ha desconfinado ese lugar que se quiso por mucho tiempo privado, familiar y superficie privilegiada del trabajo no pago.

Cuando decimos que la casa se ha transformado en un sitio predilecto para experimentaciones del capital no estamos afirmando que sea un proceso cerrado ni concluido. De allí la importancia de nuestra metodología feminista: vemos en ese espacio vital una disputa abierta y no unas modificaciones definitivas. Aun así, no podemos dejar de partir del cambio ya acontecido en muchas de las rutinas domésticas, en las dinámicas laborales, en las marcas mismas que ha impuesto la reorganización sensible y logística de la pandemia.

De esta forma, en este trabajo, postulamos que la casa –su espacialidad, funcionamiento y dinámicas– sufrió reconfiguraciones nodales durante estos dos años que no se terminan con el fin del período de medidas de restricción sanitaria.

 

Este párrafo de su apartado de conclusiones creemos que describe en buena medida uno de los aspectos centrales del contenido del librito (58 páginas) que hoy os acercamos: La casa como laboratorio: Finanzas, vivienda y trabajo esencial, escrito por Lucía Cavallero y Verónica Gago (Buenos Aires, 2022; Fundación Rosa Luxemburgo).

Aunque a esas conclusiones se llega de un trabajo previo que parte de las interrogantes que surgieron en su práctica política durante la pandemia:

Este trabajo resume y condensa los interrogantes que surgieron en nuestra práctica política durante la pandemia y es, al mismo tiempo, una continuidad de la investigación sobre los impactos del endeudamiento público y privado en la vida cotidiana de las mujeres, lesbianas, travestis y trans que realizamos en el marco del Grupo de Intervención e Investigación Feminista (GIIF).

(…) Por otro lado, como segunda línea, construimos una alianza política con la agrupación Inquilinos Agrupados para intersectar las agendas del movimiento feminista con las de lxs inquilinxs y, sobre todo, trabajar en conjunto deuda doméstica y vivienda en alquiler. Ambas dimensiones se conectaron de manera dramática durante la pandemia revelando, también, el ensamblaje de violencias machistas y abusos propietarios especialmente contra mujeres, lesbianas, travestis y trans, en lo que caracterizamos como “violencia propietaria” .

En la problemática de la vivienda entonces –y, en particular, en el modo en que el endeudamiento doméstico la reconfigura– hemos ubicado una zona clave de la investigación feminista. Allí también se reorganiza la dinámica de trabajo, remunerado y no remunerado, bajo nuevas coordenadas. Es en el hogar donde vemos concentrarse una serie de problemáticas que nos permiten seguir profundizando nuestra lectura feminista de la deuda y avanzar en lo que aquí nos interesa: ¿en qué sentido la casa se ha convertido en un laboratorio?, ¿cómo interviene esto en los reclamos y políticas que pueden articularse y demandarse?

(…) Son esas cuatro dinámicas en conjunto lo que nos interesa poner de relieve, analizar y conectar, porque desde allí podemos leer la casa, antes que como lugar de aislamiento, como terreno de batalla fundamental, tanto en el sentido de intrusión de nuevas tecnologías financieras como de reorganización de las jornadas laborales. En la casa también se acumulan disputas políticas que impactan incluso en la redefinición de las políticas públicas. La casa, vamos a sostener, es un espacio que condensa el aterrizaje de formas financieras novedosas (haciendo de la pandemia un laboratorio financiero) y de intensificación del trabajo (pago y no pago). Se anudan allí, donde históricamente el capital quiso mostrar un espacio “no productivo”, formas decisivas de la valorización actual.

No vamos a desgranar el contenido del librito, porque poco más os costará leerlo entero, pero para terminar de convencer a las más remisas, recojamos algunos párrafos-cebo más:

Una dimensión imprescindible en relación al estudio del endeudamiento doméstico es entender su relación con los trabajos no remunerados, mayoritariamente feminizados. Esta propuesta es una clave metodológica que agrega nuestra perspectiva feminista de la deuda, que resultó fundamental para comprender el impacto de la pandemia en la espacialidad doméstica. Es fundamental, también, para subrayar y cualificar la relación entre endeudamiento y trabajo, porque evidencia que la deuda no puede desprenderse de su dependencia del trabajo. Contra la abstracción financiera que pretende ser un número matemático o un índice en los mercados, la deuda se aterriza en cuerpos y territorios concretos de los que extrae valor, a los cuales explota de modo diferencial.

La necesidad de endeudarse para vivir se hace aún más fuerte en los hogares monomarentales, con mujeres a cargo de niños y niñas, convirtiendo al endeudamiento en otra de las formas de intensificación de las desigualdades de género y de particular explotación del trabajo no remunerado. La constatación de una capilarización del endeudamiento doméstico previo a la pandemia, evidencia que este período excepcional que aún transitamos encuentra a muchos hogares con deudas preexistentes a las cuales se sumarán nuevas.

A las condiciones de precarización en curso se agregó una mayor dificultad de las mujeres, lesbianas, travestis y trans de participar en el mercado laboral debido al incremento de tareas de cuidado en los hogares y en los barrios. De hecho, en el peor momento de la pandemia, hubo una caída del 14% de la tasa de actividad para las mujeres jefas de hogar con niñxs y adolescentes a cargo, casi 4 puntos más que la caída de la tasa de actividad general para el mismo período, estas situaciones funcionaron como motor para la aparición de nuevas deudas asociadas a la gestión de la vida cotidiana en el momento más duro de las medidas de aislamiento. Es decir: estamos frente a un engranaje en el cual a más trabajo no remunerado le corresponde más endeudamiento.

Por si alguna aún no lo viera claro, a ver qué piensa tras la lectura de este último párrafo que recogemos:

Si se hablaba de una triple jornada laboral para las mujeres, lesbianas, travestis y trans (trabajo asalariado, trabajo doméstico y trabajo comunitario), estamos hoy ante la imposibilidad casi de distinguir las horas en las que cada una de esas jornadas sucede. Por un lado porque hay una indistinción espacial que todo lo mezcla. Por otro, porque la jornada no sólo se extiende en cantidad de horas, sino que se intensifica al no tener distinciones y al asumir cada vez más tareas. Cada hora es triple jornada en sí misma. Mientras se teletrabaja, se cuida; mientras se hace trabajo comunitario, se atiende a la familia; a la vez que se trabaja a domicilio, se hacen trámites para acceder a beneficios sociales y se cocina.

Por todo esto, los hogares mismos se han convertido en espacios de experimentación para nuevas dinámicas del capital. Allí parece anclarse una suerte de continuum de labores que, incluso, desafía la división entre público y privado que estructura el mercado laboral..De hecho, nuestra hipótesis es que estamos ante una reestructuración de las relaciones de clase que toma como escena principal el ámbito de la reproducción.

Aquí lo dejamos, agradeciendo a las autoras su esfuerzo de reflexión, y desean que las lectoras le sepamos sacar todo el jugo a estos más que apetitosos frutos.

 

 

 

 

 

Anuncio publicitario

Tu voto:

Comparte esto:

  • Twitter
  • Facebook
  • Correo electrónico
  • Imprimir
  • Reddit

Me gusta esto:

Me gusta Cargando...

ENCUENTROS CON LO COMÚN DE UNA FORASTERA. Política y vida en el laberinto (Guiomar Rovira) ¡simplemente maravilloso!

23 jueves Jun 2022

Posted by KTT in Auzokoak / Gentes del barrio, Gomendioak / Recomendaciones, Irakurtzeko / Sugerencias de lectura, Sin categoría

≈ Deja un comentario

Fuente: https://www.absolum.org/img/proj_dedalo.jpg

Fuente foto: https://www.absolum.org/img/proj_dedalo.jpg

Porque salí de Chiapas desnuda y rota. No pude. No fue verdad lo que un día había pensado y sentido: que yo pertenecía. Que yo podía vivir como ellas, que yo podía luchar siempre y ser de las imprescindibles. Nunca he odiado tanto a Bertold Brecht y su frase de “hay quienes luchan un día…” Yo me creía de las imprescindibles. Lo que ocurrió es que constaté algo muy duro aunque favorable: la gran diferencia entre mis compañeras indígenas y yo, era que yo me podía ir. Yo sí podía elegir. Ahora puedo afirmar algo que quiero destacar: Ese es el Norte. Poder irse. Poder salir y entrar, pero sobre todo, no necesitar estar.

Ahí sí comprobé que yo era del Norte.

Hace ya un tiempo una buena amiga de este blog, que conoce nuestras inquietudes y nuestro interés en intentar conocer otras realidades, experiencias de rebeldía, de construcción de lo común, de reflexión colectiva (todo ello en el más amplio sentido de la palabra), no para copiarlas sino para intentar aprender de ellas e incorporar de esa sabiduría popular ajena acumulada lo que pueda ser útil en nuestro aquí y ahora, decíamos, esa buena amiga nos hizo llegar un texto titulado Más allá del feminismo: caminos para andar, (Red de Feminismos Descoloniales, México 2014). Es un texto colectivo, pero hoy queremos centrarnos exclusivamente en uno de ellos, que para nosotras ha supuesto un regalazo tremendo por muchas razones.

Se trata del texto cuyo título utilizamos para el de este post ENCUENTROS CON LO COMÚN DE UNA FORASTERA. Política y vida en el laberinto, escrito por Guiomar Rovira. Leído el párrafo del texto que encabeza esta entrada, habrá quien piense que Guiomar es una de las no pocas personas, habitualmente jóvenes, que bien aprovechando alguna brigada organizada, bien por otra vía menos habitual, se acercó a Chiapas un verano, o unas semanas o meses a hacer “labor internacionalista”, y se dio de bruces con una dura realidad, muy distinta a su idealización, que la superó. Nada más lejos de la realidad.

Guiomar es una mujer nacida en Barcelona en la década de los 60, quien ya desde muy joven tuvo experiencias de militancia política en diversos campos (ambiente libertario, okupación, punk, feminismo, antimilitarismo…) a quien el levantamiento zapatista de 1994 la pilló en Chiapas, y no precisamente de turismo (por aquel entonces trabajaba de periodista ‘free-lance’ para medios catalanes). Gracias a ella tuvimos por estas tierras el primer testimonio fiable de lo que suponía el nuevo Zapatismo, a través de su libro ¡Zapata Vive! (editado el mismo 1994) escrito en base a los testimonios directos de las mujeres y hombres que formaban las comunidades que integran el EZLN y el zapatismo. Sobre Guiomar ya comentamos en su día lo mucho que nos gustó su tesis doctoral(“La red transnacional de solidaridad con la rebelión indígena de Chiapas y el ciclo de protestas contra la globalización”).

Por eso, por venir de alguien con la experiencia del recorrido que tiene Guiomar (que bastantes años después dejó Chiapas, pero sigue afincada en México) nos ha impactado más aún el texto que hoy os acercamos. Hay varias razones de peso para ello.

En primer lugar, porque es terriblemente difícil encontrar alguien que esté dispuesta a mostrarnos la desnudez completa de su alma, su corazón, sus sentimientos, sus contradicciones y miedos en la experiencia de su compromiso político, como hace Guiomar de una forma sublime en el texto. Y esa franqueza rotunda abre de par en par puertas y ventanas a nuestra reflexión en aspectos fundamentales que casi nunca se abordan.

En segundo lugar, porque nos ofrece una perspectiva de la realidad de las comunidades zapatistas de alguien que, como reconoce la propia Guiomar, fue Sur, aunque no dejara totalmente de ser Norte. Y es que, como relata en la parte de su texto (en la que nos centramos en esta reseña) previa al párrafo con el que se inicia este post:

Yo fui y me sentí parte como nunca en la vida en Chiapas. Fue entre las insurgentes que yo encontré a mis hermanas. Fue en las comunidades más remotas donde conocí a mi abuela, la iaia Pepita. Nunca he pertenecido tanto a nada como a nosotras, a ellas. Recuerdo a la mayor Ana María y la manera en que me jalaba la chamarra: éramos amigas desde la primera vez en que nos miramos a los ojos en la catedral de San Cristóbal de las Casas durante el primer diálogo de paz. Nos reímos: ¿Cuántos años tienes? 26. Las dos teníamos 26. Identificación generacional. Identificación de género. Identificación de extranjería. Identificación al fin en la política, eso lo miré en sus ojos y ella en los míos. Algo profundo, algo que hermana. Hermanas de lucha. Nos dio una enorme risa.

Y luego, como nunca surgió lo común. De lo común surgieron nuestras voces que se enredaron en el relato que escribimos juntas y que se publicó como Mujeres de maíz, que yo firmé. Y que no me arrepiento de haber firmado porque es lo único que yo podía aportar. Ellas aportaban todo: sus vidas. Por eso me dieron sus palabras, para incluirme, para ser ellas. En las noches y con una grabadora, en las tardes en el sopor canicular. Mirando las estrellas. Y lo más bonito que me ha pasado en la vida fue el regalo de acogerme y de hacerme sentir, quizás por primera vez en mi vida, en casa.

Mi lucha es su lucha. Y cada quien hace lo que puede en su trinchera, la que tiene a mano.

Y, en tercer, y probablemente más importante lugar, porque pensamos que muchas de las reflexiones, sentimientos y vivencias que Guiomar nos traslada de su ser Norte en ese Sur de las comunidades chiapanecas, salvando todas las distancias, pueden tener su aplicación en el trabajo que muchas de nosotras realizamos en nuestros barrios. No somos pocas las que vivimos en el Casco porque lo hemos elegido, y por eso no debemos perder de vista nunca lo que Guiomar nos cuenta:

la gran diferencia entre mis compañeras indígenas y yo, era que yo me podía ir. Yo sí podía elegir. Ahora puedo afirmar algo que quiero destacar: Ese es el Norte. Poder irse. Poder salir y entrar, pero sobre todo, no necesitar estar.

Ahí sí comprobé que yo era del Norte.

Por eso también, para quien como nosotras apostamos por el impulso de la comunidad vecinal autogestionada del Casco, es todo un reto plantearnos cuestiones como éstas que nos acerca Guiomar refiriéndose a las mujeres indígenas (que en nuestro caso son esas personas vecinas del barrio, que ni tan siquiera han tenido o tienen la opción de esa elección):

¿Somos capaces de despojarnos de nuestras certezas, de esas identidades defensivas que nos aseguran un lugar privilegiado en el mundo, y compartir simplemente nuestra humanidad e intentar pensar en común? ¿O sólo saben hacerlo aquellas personas que no tienen más remedio, aquellas personas que ya están excluidas de todo? Nos conocen mejor ellas a nosotras que nosotras a ellas…

Entonces, ¿cómo le podemos hacer para intentar escuchar a las mujeres que no pueden elegir?

Testimonios, reflexiones, experiencias y preguntas de Guiomar que son el mejor de los regalos para algo tan necesario siempre como la interpelación y el autocuestionamiento de algunas o muchas de nuestras prácticas y perspectivas que, a menudo, desarrollamos por cierta inercia, sin demasiada consciencia. Y es que compartimos con Guiomar también una de sus últimas reflexiones:

Para concluir, creo que es un deber no rechazar lo que no encaja, no aplicar la lógica del tercer excluido propia del pensamiento occidental numérico. Hay que poder decir lo que duele, lo que rompe lo común. Sin ocultarlo, sino expresando la contradicción de lo desagradable, de lo inquietante.

Lo dicho, mucho que reflexionar, analizar, debatir, compartir y desmenuzar de este magnífico texto-testimonio regalo que nos llega de Guiomar. No dejemos ni una miga de este manjar, y acerquémoslo a nuestras mesas siempre que nos sea posible. Nos va mucho en ello.

 

Tu voto:

Comparte esto:

  • Twitter
  • Facebook
  • Correo electrónico
  • Imprimir
  • Reddit

Me gusta esto:

Me gusta Cargando...

RECUPERAR LA COMUNIDAD (Colectivo Malatextos)

13 lunes Jun 2022

Posted by KTT in Gomendioak / Recomendaciones, Goraipamenak / Reconocimientos, Irakurtzeko / Sugerencias de lectura, Sin categoría

≈ Deja un comentario

LOGO MALATEXTOS

¿Los movimientos sociales atraviesan una crisis de final de ciclo? Se ha convertido casi en un lugar común el comentario sobre su progresivo agotamiento y desaparición como agente significativo a nivel global. Las sensaciones de cansancio y repliegue, ensimismamiento y desunión y, finalmente, de fracaso e inutilidad se han ido agudizando en la última década. Y la irrupción de la pandemia de Covid-19 solo ha hecho más palpable, acelerándolo, un proceso de degradación que viene de lejos.

Más allá de las grandes transformaciones económicas y sociales de comienzo del siglo XXI, resulta determinante la implantación de las nuevas tecnologías comunicativas las cuales, pese a su utilidad en algunos aspectos, han provocado la virtualización de las relaciones sociales y cierta descomposición del tejido comunitario basado hasta ahora en lo presencial.

No obstante, existen razones previas, más profundas, como la crisis de los grandes relatos políticos emancipatorios, su fragmentación en capillas, su subordinación a la política de sindicatos y partidos y, en último término, su acomodamiento al marco capitalista. En cualquier caso, sea cual sea el análisis que hagamos, la realidad es que hoy no hay un movimiento social fuerte, no ya capaz de impulsar una improbable revolución sino apenas de resistir o revertir algunas de las políticas más lesivas para la mayoría.

Abandonada la lucha obrera y de clase como gran eje movilizador, a pesar de que el ecologismo y el feminismo han destacado por su empuje en los últimos tiempos, a día de hoy todavía no han sido capaces de generar un movimiento amplio, cohesionado y transversal que confronte con el mercado y el capital.

Cuando nos encontramos un texto con este título “Recuperar la comunidad” y unos primeros párrafos como estos se nos mezclan dos sensaciones contrapuestas. Primero un subidón, por ver cómo hay determinadas preocupaciones, análisis y apuestas que están más extendidas de lo que nuestra miopía nos permite conocer. Pero, al mismo tiempo, una cierta rabia por no haberlo conocido a tiempo y poder enriquecernos del debate abierto al que ha sido sometido. Porque como explica Malatexto, este es un:

Texto elaborado colectivamente para el encuentro “La comunidad en tiempos del colapso”, dentro del ciclo de actividades “Comuna, comunidad, común”, celebrado en Katakrak en lo meses de septiembre a noviembre de 2021, con motivo del 150 aniversario de la Comuna de París.

Además es un texto que tiene muy en cuenta el momento presente:

En nuestros países enriquecidos, si de alguna fuente pudiera surgir alguna conciencia común, quizá fuera frente a los graves peligros planetarios que nos acechan: ecológicos, climáticos, de agotamiento de recursos o pandémicos, todos ellos en una dinámica de agudización de la desigualdad social, lo cual nos está condenando a alguna forma de colapso más o menos desastroso, que afectaría de forma diversa a una amplísima mayoría social.

En este sentido, este colapso anunciado quizá no sirviera para hacer surgir de manera inmediata un nuevo tipo de comunidad, pero sí podría suscitar una conciencia común previa basada en la necesidad de alcanzar acuerdos de mínimos -una especie de denominador común-, que girara en torno a lo que hoy representan algunos planteamientos ecologistas , ecofeministas y antirracistas de nuevo cuño, que lograran hacer confluir, por ejemplo, al movimiento por el decrecimiento con el del reparto del trabajo. No obstante, no parece que, de momento, se avance en esa dirección; por el contrario, la pandemia de Covid 19, nos ha demostrado que las escasas reacciones positivas de perfil comunitario y solidario suscitadas son devoradas rápidamente por la perversa dinámica dominante del sistema, capaz de metabolizar hasta las críticas más severas.

Y que caracteriza su concepto de comunidad de una forma que nos es muy cercana y compartida:

Una comunidad de diferentes pero no de solitarios/as basada, en principio, en la amistad y la afinidad pero capaz de abrirse y proyectarse más allá, entre gente que no conocemos directamente. Para replicarse y tejerse en una red hospitalaria, transversal, posidentitaria. Una red comunitaria, diversa y libre en su orígenes, pero que comparta no tanto una ideología como un imaginario común, más allá del juego de la utopía y la distopía, centrada en el presente.

Una comunidad que, en este sentido, asumiría unos valores éticos y hasta espirituales, esto es, una cierta visión del mundo a la hora de abordar los problemas básicos de la existencia en torno a la igualdad, el reparto de la riqueza o la sostenibilidad del planeta. Estos valores primarios resultarán fundamentales a la hora de promover una forma de vida alternativa al individualista consumismo capitalista y al conformismo en el sistema político actual, no al margen de todo sino en el margen del todo, como privilegiada posición estratégica.

Si en una primera parte el texto define las coordenadas generales de la propuesta, en una segunda se esfuerza por dibujar las líneas de acción comunitarias posibles, aportando 8 planteamiento generales y otras 8 iniciativas prácticas. El final del texto es también una llamada a la acción:

Pero las formas de movilización actuales, reducidas a la protesta y la reivindicación, no alcanzan a romper el actual marco capitalista y anticomunitario, pues quedan dentro, como parte del sistema imperante y con una casi nula capacidad de presión, haciendo obsoletos nuestros viejos métodos. Formas de actuación que priorizan el enfoque de una confrontación aparente, pero que están ocultando que operan dentro de la realidad existente, y que acaban derivando generalmente todas las responsabilidades hacia fuera…

Son por ello necesarias otras formas de actuación que arranquen no de lo que reclamamos sino de los compromisos y posturas vitales asumidas en primera persona (que al realizarse efectivamente, sin esperar a que otros/as las lleven a cabo, ya se están ejerciendo y produciendo comunidad), así como de su propagación como invitación honesta al conjunto de la sociedad a recuperar la comunidad…

No os desmenuzamos más el texto (que no es muy largo, 6 páginas) pero, hemos estado indagando sobre cómo habrían salido esos encuentros de discusión colectiva y debates en Katakrak y hemos encontrado un texto de una persona del Colectivo Malatexto que nos sirve de referencia a ello, y cuyos últimos párrafos son:

No sabemos todavía si esta era del colapso del Antropoceno, la edad del ser humano, nos traerá un regreso al autoritarismo y la guerra entre pobres o, como aventuran pensadores como John Bellamy Foster y Brett Clark, el paso de la edad del Capitaliano, marcada por el capitalismo, a la Comuniana, derivada de la instauración del común, el comunal y la comunidad. Lo que sí tenemos cada vez más claro es que, pese a la dificultad a la hora de abordar una amenaza tan etérea y multifactorial, frente a la resignación y la desunión, debemos entender el momento actual como la oportunidad para transformar desde la vida cotidiana, tarea que empieza por alcanzar unos mínimos comunes básicos de carácter global. Y, ante todo, una certeza: solo en la lucha y desde el activismo social, podremos construir comunidad.

Si estas intuiciones han de resultar válidas será también porque estamos dispuestos/as a re-constituirnos, a nivel personal, como nuevos sujetos políticos; tarea exigente que requiere reflexión, escucha, creatividad, experiencia, resiliencia y generosidad y, para superar la desigualdad, salir de la comodidad de nuestro status social de clases privilegiadas. Son por ello necesarias otras formas de actuación que arranquen no de lo que reclamamos sino de los compromisos vitales asumidos en primera persona, así como de su propagación como invitación honesta al conjunto de la sociedad —en primera instancia a nuestra juventud precaria y sin futuro— a recuperar y reinventar la comunidad activista.

¿Nos creemos estas conclusiones tentativas y exploraremos estas líneas de acción? ¿Son meras reflexiones teóricas o estamos dispuestos/as a aplicarlas aquí y ahora? ¿Estamos esperando a que alguien mueva ficha o emprenderemos el camino de la comunidad activista ya mismo? ¿Cuál es el próximo paso que vamos a dar en nuestros grupos para comunalizarlos en red? ¿Y el qué voy a dar? Quizá aportar cara a cara, sin prisas, amistosamente, en una modesta reunión en una sala cualquiera sin calefacción sea la semilla que necesitamos para empezar…

Visto lo visto y leído lo leído, vamos a continuar intentando seguirle la pista a esta hermosa iniciativa, a ver si podemos estrechar lazos comunitarios.

Tu voto:

Comparte esto:

  • Twitter
  • Facebook
  • Correo electrónico
  • Imprimir
  • Reddit

Me gusta esto:

Me gusta Cargando...

ASAMBLEA VECINAL SOBRE LA SALUD EN EL BARRIO (2 de junio a las 18 en El Campillo)

29 domingo May 2022

Posted by KTT in Auzokoak / Gentes del barrio, Datos sobre el Casco, Gomendioak / Recomendaciones, Sin categoría

≈ Deja un comentario

ASAMBLEA VECINA SALUD

 

 

En KTT ya hemos comentado en varias ocasiones las iniciativas que está llevando a cabo la experiencia vecinal de la red Cuidándonos en Alde Zaharra Elkar Zainduz. Si la última vez era para devolver al barrio lo recogido de la iniciativa FotoVoz-AZ sobre cómo cuida el Casco a sus personas mayores, en esta ocasión van más allá, y nos convocan a todas para hablar no sólo del Centro de Salud que queremos (que también, ya sabéis los graves problemas y carencias que tiene el actual, y se viene reclamando uno nuevo desde 2008), sino sobre la SALUD en el barrio, un concepto que va mucho más allá de lo relacionado solo con las enfermedades, porque como ya hemos señalado en algún otro post, en los Centros de Salud, habitualmente, solo se tratan las enfermedades, y están muy lejos de utilizar enfoques, cuidados, métodos o terapias alternativas que se basen en la consideración de la persona como un todo (enfoque holístico), en interacción continua y cambio con el entorno, integrando aspectos físicos, genéticos, mentales, emocionales, espirituales, medioambientales y sociales.

 

Por si alguna le queréis dar un par de vueltas al asunto antes de ira a la Asamblea, quizá os puedan ser de utilidad tanto los datos del diagnóstico del barrio relacionados con la Salud (dentro de su limitación, y con un enfoque oficial), como la amplia y rica perspectiva sobre la salud comunitaria y la autogestión de la salud que ofrece el libro Autogestión Cotidiana de la Salud

 

Para quien quiera conocer todavía más puntos de vista, recomendamos también la lectura del texto de Xabier Jaso Nos sanamos, nos empoderamos. Discursos y prácticas de Salud colectiva y autogestión en un contexto urbano, así como el texto recopilación de experiencias de Osabizi NOS CUIDAMOS, NOS SANAMOS Resistencias populares hacia la salud colectiva. Sin olvidar que suele ser muy nutritivo aprender de experiencias que aunque lejanas en la realidad cotidiana, pueden aportarnos perspectiva, como en el texto peruano NUESTRA SALUD: recuperando saberes de las mujeres para el buen vivir

 

Son varias las ocasiones en las que hemos resaltado que esta red vecinal de Cuidándonos en Alde Zaharra Elkar Zainduz, en la que participan colectivos vecinales y personas, junto con personas concretas de varios servicios municipales y del propio Centro de Salud, precisa de la participación e impulso vecinal para no terminar quedándose en un “programa de actuación” más. Y conviene no olvidar que la SALUD con mayúsculas y todo su contenido, debe ser una de la cuestiones que toda comunidad vecinal debe abordar y desarrollar. De nuestra participación el día 2 de junio a las 18 horas en El Campillo, depende en buena parte.

Tu voto:

Comparte esto:

  • Twitter
  • Facebook
  • Correo electrónico
  • Imprimir
  • Reddit

Me gusta esto:

Me gusta Cargando...

Tan cerca y tan lejos de las alternativas al desarrollo. Planes, programas y pactos en tiempos de pandemia (Eduardo Gudynas)

19 jueves May 2022

Posted by KTT in Gomendioak / Recomendaciones, Irakurtzeko / Sugerencias de lectura, Sin categoría

≈ Deja un comentario

Tan cerca y tan lejos (imagen)

(…) el Foro Económico Mundial, que se reúne en Davos (Suiza), es una de las mecas de la elite del empresariado y la política que mantiene el capitalismo planetario. En sus encuentros están los CEOs y ejecutivos de las grandes corporaciones, presidentes, reyes, sultanes y ministros, académicos y hasta algunos artistas. Es obvio que la intencionalidad de su alternativa no es abandonar el capitalismo, sino reformularlo. (…) Pero al mismo tiempo, este ejercicio deja en claro una paradoja: hay muchas similitudes entre los contenidos del programa de Davos con unas cuantas de las alternativas que se discuten en la actualidad, incluidas aquellas desde la sociedad civil o que son apoyadas por organizaciones ciudadanas. Pueden existir las intenciones más radicales o los proponentes ser muy distintos, pero cuando el programa alternativo se enfoca en listados de acciones e instrumentos sin clarificar adecuadamente sus conceptos y propósitos, se corre el riesgo de que las propuestas ciudadanas se vuelvan similares a las de la elite política y corporativa globalizada. Proponer impuestos a los ricos o que se deben retirar los subsidios a los hidrocarburos, es importante, pero por sí solos no dejan en claro si son apoyos o rupturas con el capitalismo o el desarrollo. Si se enumeran medidas sin incluir un contexto conceptual, sin explicitar los horizontes de cambio a los que se aspira avanzar, sin atacar las estructuras y dinámicas de fondo, todo será incompleto. Cuando no se clarifican esas bases se debilitan las opciones de cambio.

Hay personas que tienen la capacidad o habilidad de explicar en términos comprensibles para la gran mayoría algunos de los conceptos oscuros que se mueven habitualmente en torno a los modelos económicos. Eso es lo que, a nuestro entender, lleva acabo en el texto el uruguayo Eduardo Gudynas titulado Tan cera y tan lejos de las alternativas al desarrollo. Planes, programas y pactos en tiempos de pandemia, quien analiza la situación en la que nos encontramos tras la pandemia, y las distintas alternativas que (especialmente desde América Latina, pero también en el resto) se están proponiendo. De hecho, el índice del documento es el siguiente:

  • INTRODUCCIÓN
  • LAS REACCIONES ANTE LA PANDEMIA
  • PROPÓSITOS, CORRESPONDENCIA Y COHERENCIA EN LAS ALTERNATIVAS
  • CRECIMIENTO Y REFORMAS DEL CAPITALISMO
  • ALTERNATIVAS MÁS ALLÁ DEL CAPITALISMO
  • IMAGINANDO FUTUROS, CONSTRUYENDO ALTERNATIVAS
  • ALTERNATIVAS, DESOBEDIENCIA Y TRANSICIONES

Para Gudynas, las alternativas no son universalizables, y por eso se esfuerza en dejar clara la necesidad de analizar la situación, características y posibilidades de cada zona:

No puedo dejar de sentir que en vez de buscar ejemplos dentro de la política de Estados Unidos o europea, serían ellos los que deberían inspirarse más en las experiencias de los progresismos y las izquierdas latinoamericanas tanto en sus aciertos como en sus errores. La insistencia en seguir esperando ejemplos desde el norte, considerar que la discusión privilegiada debe ser con ellos, y hasta la reutilización de las etiquetas en inglés de modo apresurado, nos coloca en el riesgo de seguir dentro de la colonialidad de saberes.

Los académicos, intelectuales o militantes de ese norte, especialmente europeos, responden con alternativas pensadas y elaboradas para sus realidades y urgencias. Eso explica, por ejemplo, que aborden de cierto modo las cuestiones del desarrollo, las urgencias sociales o los problemas ambientales.

Eso explica, por ejemplo, el cierto énfasis que se le da a la lucha contra el cambio climático o que discutan usando el paraguas del decrecimiento.

Nos parece que uno de esos aprendizajes que sería bueno llevar a cabo desde acá sería incorporar el cuestionamiento de todos los conceptos relacionados con el desarrollos, lo que supone, entre otras cosas cuestionar el concepto de valoración: Sigue leyendo →

Tu voto:

Comparte esto:

  • Twitter
  • Facebook
  • Correo electrónico
  • Imprimir
  • Reddit

Me gusta esto:

Me gusta Cargando...

AYUDA MUTUA: CONSTRUYENDO SOLIDARIDAD DURANTE ESTA CRISIS (Y LA PRÓXIMA). Por Dean Spade (traducción de Pamela Cappas-Toro)

09 lunes May 2022

Posted by KTT in Gomendioak / Recomendaciones, Irakurtzeko / Sugerencias de lectura, Salaketak / Denuncias y criticas, Sin categoría

≈ Deja un comentario

spade_mutual_aid-44caec870c5635e23bb87ffba0ad5d89

Las contradicciones de una crisis requieren tácticas audaces

El momento político contemporáneo es definido por la emergencia. Las crisis graves como la pandemia del COVID-19 y el cambio climático- que induce fuegos, inundaciones, y tormentas, así como las crisis de la criminalización racista, la ejecución brutal de inmigración, la violencia de género endémica, y la inequidad severa de riquezas amenazan la supervivencia de la gente alrededor del mundo. Las políticas gubernamentales producen y exacerban el daño, responden de manera inadecuada a la crisis y se aseguran de que ciertas poblaciones carguen la peor parte de la contaminación, la pobreza, la enfermedad y la violencia. Ante esta situación, más y más personas ordinarias se sienten llamadas a responder a sus comunidades, creando formas audaces e innovadoras de compartir recursos y respaldar a sus vecines. Este trabajo de supervivencia, cuando se hace en conjunto con los movimientos sociales que exigen cambios transformadores, se llama ayuda mutua.

La ayuda mutua ha sido parte de todos los grandes y poderosos movimientos sociales y tiene un rol particularmente importante que desempeñar en estos momentos, que enfrentamos peligros sin precedentes, así como oportunidades para la movilización. La ayuda mutua provee a las personas una forma de conectarse a los movimientos, basado en sus preocupaciones inmediatas y produce espacios sociales donde la gente cultiva nuevas solidaridades. En su mejor momento, la ayuda mutua produce nuevas formas de vivir donde las personas crean sistemas de cuido y generosidad que abordan el daño y fomentan el bienestar.

Este libro es sobre la ayuda mutua: explica el porqué de su importancia, cómo es, y cómo llevarla a cabo. Asimismo, provee una teoría de movimiento político comunitario de ayuda mutua así como herramientas concretas para abordar algunas de las interrogantes mas difíciles que enfrentan los grupos de ayuda mutua, tales como: cómo se trabaja en grupo y se toman decisiones juntes; cómo se previene y se aborda el conflicto, y cómo se maneja la fatiga para que podamos construir una movilización a largo plazo y victoriosa.

Estos son los párrafos iniciales de la introducción del libro Ayuda Mutua: Construyendo solidaridad durante esta crisis (y la próxima) (descargar aquí) escrito por Dean Spade, y que hemos de comenzar por decir que cumple los objetivos a los que se compromete en esos párrafos, constituyendo así una más que recomendable herramienta con la que ponerse manos a la obra en la construcción de redes de apoyo mutuo.

Pero, a diferencia de la mayoría de los textos que acercamos a KTT de personas autoras del otro lado del Atlántico, éste no está elaborado por alguien que viva en América Latina, sino en pleno Seattle. Tal y como describen brevemente en estos párrafos en la revista digital Ctxt, en una entrevista a Dean Spade (cuya lectura os recomendamos):

Dean Spade es profesor de Derecho en la Universidad de Seattle y fundador del Sylvia Rivera Law Project, que ofrece asesoría legal a personas trans, intersexuales o no binarias sin recursos económicos. También es activista contra la expansión del sistema penal y policial. 

La obra de Spade está centrada en desentrañar los principales problemas que tiene el activismo de base que, en los últimos años y con la pandemia, ha crecido enormemente en Estados Unidos.

Vamos, que Dean, de 45 años, no escribe de oídas, sino desde el conocimiento aportado por su experiencia en movimientos transformadores desde hace décadas. Esa experiencia no le ha llevado ni al conformismo, ni al escepticismo, ni al cansancio o acomodamiento. Por el contrario, y tras lo vivido durante la pandemia, su análisis es toda una invitación es una llamada urgente a la autoorganiación en redes de apoyo mutuo.

Los movimientos sociales de izquierda tienen dos grandes tareas en estos momentos. En primer lugar, necesitamos organizarnos para ayudar a la gente a sobrevivir las condiciones devastadoras que se suscitan a diario. Segundo, necesitamos movilizar a miles de millones de personas para la resistencia para que podamos enfrentar las causas subyacentes de la crisis. En este momento crítico, los movimientos pueden fortalecer y movilizar a nuevas personas a luchar contra les policías, las ejecuciones de inmigrantes, las autoridades del bienestar, propietaries, recortes de presupuesto, contaminadores, la industria de defensa, especuladores de las prisiones, y los grupos de derecha. La forma de encarar estos dos grandes deberes -abordar las necesidades de las personas y movilizarles para que resistan- es creando proyectos de ayuda mutua y reclutando muchas personas para que participen de estos. Los movimientos sociales que han construido poder y que han obtenido grandes cambios han incluido ayuda mutua, y no empero, esta ha sido una parte del trabajo de movilizaciones que ha sido invisibilizada y desvalorizada de manera frecuente. En este momento, nuestra habilidad de construir ayuda mutua determinará el que podamos tener un mundo donde sobrevivamos, o nos sumerjamos de manera más profunda en la crisis.

Pero el texto de Dean no es un texto teórico para la reflexión filosófica (aunque también sea válido para ello), sino como el propio Spade resume: Sigue leyendo →

Tu voto:

Comparte esto:

  • Twitter
  • Facebook
  • Correo electrónico
  • Imprimir
  • Reddit

Me gusta esto:

Me gusta Cargando...

NOS SANAMOS, NOS EMPODERAMOS. DISCURSOS Y PRÁCTICAS DE SALUD COLECTIVA Y AUTOGESTIÓN EN UN CONTEXTO URBANO (Xabier Jaso)

29 viernes Abr 2022

Posted by KTT in Gomendioak / Recomendaciones, Goraipamenak / Reconocimientos, Irakurtzeko / Sugerencias de lectura, Llamadas al auzolan Deialdiak, Sin categoría

≈ Deja un comentario

Xabier-Jaso-_para-imagen_

 

Elementos para desarrollar una salud colectiva

    • Intentar comprender la salud en su complejidad
    • Atender a los determinantes sociales (nos parece fundamental)
    • Practicar el apoyo mutuo: podemos recurrir a auzolan, batzarres, comunales, es decir, experiencias y conceptos que son muy conocidas y muy arraigadas en Euskal Herria
    • Una actitud de esperanza activa según Joanna Macy: identificar lo que se espera y tomar medidas hacia ello, es decir, no una esperanza sin más, sino una esperanza activa
    • Hablar de permacultura social nos parece interesante: participación activa en un movimiento solidario que restablezca valores humanos y medioambientales
    • Pasión por conocer(nos), y también pasión por amar que es un concepto que no sale en este tipo de eventos pero que creemos que es importantísimo a la hora de poder gestionar la salud colectiva en forma de iniciativas populares.
    • La comunidad: construir o reconstruir comunidad (ahora esto mismo estaría un poco en entredicho dado el proceso de desarticulación que ha habido desde el año pasado en alguna medida), porque sin comunidad es difícil recuperar o reconstruir el sentido de la salud colectiva

 

Sabemos que la salud colectiva es una cuestión imprescindible para cualquier comunidad vecinal (mucho más si aspira a comunidad popular autogestionada), y conocemos que en el barrio, desde los inicios de la pandemia hay iniciativas y debates para caracterizar cómo podría ser, cómo llevar a cabo, iniciativas de salud comunitaria que puedan encaminarnos a ese horizonte de salud colectiva.

Buscando experiencias y reflexiones ajenas que ayuden a las propias nos hemos encontrado con varias interesantísimas aportaciones de Xabier Jaso, un activista social estudioso de estas cuestiones. La primera, la que da título a este post, es Nos sanamos, nos empoderamos. Discursos y prácticas de salud colectiva y autogestión en un contexto urbano, la ponencia que escribió hace unos años para el congreso de antropología “Antropologías en transformación, sentidos, compromisos y utopias”. El marco del texto de Xabier lo define el propio autor con estas palabras:

La categoría de “autogestión de la salud” históricamente ha tenido dos conjuntos principales de acepciones. Por un lado, el que recoge el sentido de autocuidado personal del cuerpo. Por otro, el que hace referencia a la gestión autónoma y saludable de la vida de las personas en todas sus dimensiones, no solo en el plano individual sino también en el comunitario o colectivo.

Presentamos varias iniciativas colectivas de Barcelona que tienen como uno de sus ejes la propuesta de la “autogestión de la salud”. Se trata de un acercamiento etnográfico a los significados sobre gestión de la salud que encierran sus prácticas, así como a sus intersecciones con los planos de la economía y de la política.

En estas iniciativas, escasamente conocidas y asociadas a movimientos sociales y políticos marginales, la autogestión se presenta como un camino de responsabilidad y empoderamiento personal y colectivo de promoción, prevención y/o preservación de la salud inseparable de los procesos y circunstancias ambientales, sociales, económicas y políticas. En ellas es frecuente detectar una crítica global al Estado y al capitalismo, de la que se deriva un reto: la articulación de estas propuestas con la acción y organización política y económica hacia la construcción de una nueva sociedad.

La autogestión colectiva plantea propuestas basadas idealmente en la desmedicalización, la desmercantilización, la apuesta por la reciprocidad y la horizontalidad entre terapeuta / facilitador / acompañante y  la persona o usuario. En este caso se desarrollan en un contexto urbano y que adoptan diferentes modelos de gestión y participación.

Este trabajo de Xabier está basado en el análisis de unas cuantas experiencias concretas catalanas, y es parte del contenido de su Trabajo Fin de Grado, elaborado en 2015 que, desgraciadamente no hemos sido capaces de conseguir. Las experiencias que recoge son las siguientes:

El campo empírico de investigación lo constituyeron seis iniciativas (con sus respectivas formas de organización, discursos, espacios y prácticas) que tienen como eje de su trabajo o se adscriben de una u otra forma a la idea de autogestión de la salud. Todas han nacido en la última década, se encuentran ubicadas en el área metropolitana de la ciudad de Barcelona y son, por orden alfabético, las siguientes:

    • CIC (Cooperativa Integral Catalana), en la medida en que ha trabajado cuestiones relacionadas con la salud.
    • COS Cooperativa de Salut: cooperativa de trabajo formada por profesionales de la salud y personas asociadas.
    • GAM (Grups d’Ajuda Mútua) en el ámbito de la salud mental, centrando la mirada en los grupos de carácter autónomo no vinculados a asociaciones ni a otras entidades.
    • Ipomea: asociación que desde hace varios años se dedica a la “práctica y difusión de las terapias integrativas”.
    • Salut entre Totes: colectivo de personas –casi en su totalidad mujeres– que comparten una “visión de la salud transversal, integral, solidaria y autogestionada”.
    • UNIMED Consulting, empresa cooperativa de consultoría y asesoramiento en estrategia y gestión, especializada en salud.

Obviamente, acotar el trabajo a estas pocas experiencias no supone olvidar que el espectro y tejido asociativo de la salud colectiva y autogestionada en Barcelona y en toda Cataluña es mucho más amplio y complejo. En este sentido, resulta obligado citar el importante trabajo y alcance de iniciativas más antiguas y tal vez más conocidas como la de Radio Nikosia, así como los proyectos que están surgiendo en torno al Diploma de Posgrado en Salud Mental Colectiva impartido en Barcelona por la URV, entre otros.

 

Pero quizá se entienden mejor los planteamientos de Xabir y el grupo de gente con el que trabaja activamente en Nafarroa si escuchamos su intervención en las jornadas sobre Demokrazia komunal que tuvieron lugar el pasado año y de las que ya hemos hablado en varias ocasiones. La intervención (en castellano) de Xabier, va del minuto 29 al 45.

Además de ello, os invitamos a visitar el blog del Grupo de Antropología Popular Hazi Aroa, del que forma parte, y curiosas entre sus materiales, de forma especial el documento descargable Precalimentadas y alimentramados. Tejidos de solidaridad frente a la pobreza alimentaria en Pamplona y su comarca

 

Todo un nutritivo descubrimiento los trabajos de Xabier, de cuyas aportaciones, experiencias y estudios confiamos en poder seguir alimentándonos.

 

 

 

Tu voto:

Comparte esto:

  • Twitter
  • Facebook
  • Correo electrónico
  • Imprimir
  • Reddit

Me gusta esto:

Me gusta Cargando...

Nada resiste a la alegría de vivir. Libre discurso sobre la libertad soberana (Raoul Vaneigem)

29 viernes Abr 2022

Posted by KTT in Gomendioak / Recomendaciones, Irakurtzeko / Sugerencias de lectura, Sin categoría

≈ Deja un comentario

Nada resiste a la alegría de vivir

Los insurgentes internacionales que vienen a nuestro encuentro armados con su vivacidad festiva sientan las bases de una internacional del género humano a la vez informal y autoorganizada. Recuerdan, al repudiar la militancia sacrificial y victimaria, dónde está la verdadera lucha. Son guerrilleros pacíficos que hacen caso omiso de las facciones que la estrategia del caos y del chivo expiatorio levantan los unos contra los otros. Librémonos del maniqueísmo, del pensamiento binario que, al desviarnos de las verdaderas luchas, conduce a la emancipación a un callejón sin salida.

La libertad de vivir suprime las libertades de la economía.
El ser humano solo tiene derechos. Todo lo puede porque nada debe. Basta con que la voluntad de autonomía individual repudie el individualismo y su cálculo egoísta para que cada persona haga su vida como le parezca. No tiene que rendir cuentas a nadie ya que, al ponerle fin a la alienación gregaria, la ayuda mutua no se cobra ninguna contrapartida. La ayuda mutua no es un deber, es la manifestación espontánea de lo vivo.
No pretendo decir que el individuo en busca de autonomía dispone espontáneamente de la facultad de influenciar su vida y la de su entorno. Solo afirmo que abandonarse al placer de desear sin fin tiene más alicientes que la angosta existencia a que se reduce la sobrevivencia.

En el actual momento es difícil encontrar textos que, sin perder para nada la capacidad crítica, sepan aportar también miradas optimistas, como este párrafo que encabeza el post. Si, además, están escritos por una persona de 88 años con una amplia trayectoria de compromiso, como es el caso de Raoul Vaneigem (revolucionario belga, escritor y filósofo que participó activamente en la Internacional Situacionista, y cuyo pensamiento “ha tratado de romper los moldes de la izquierda proletaria apostando por una cooperación social sustentada en la autonomía y en la autogestión generalizada”), quien ya ha dejado en anteriores ocasiones testimonios claros de esa voluntad (por ejemplo, en su Tratado del saber vivir para uso de las jóvenes generaciones), pues ya casi, este de Nada resiste a la alegría de vivir. Libre discurso sobre la libertad soberana,  se convierte en un texto de lectura obligatoria.

Pero más aún, si a todo ello unimos el hecho de estar publicado dentro de la iniciativa Al Faro Zapatista, que se define a sí misma con las siguientes palabras:

Al Faro Zapatista es una iniciativa que responde al llamado de “organícense” que desde 1994 nos vienen haciendo lxs zapatistas. Es una forma autónoma de seguirle, de forma colectiva y en red, a la lucha por la vida. Es un homenaje a las mujeres, niñas(os), ancianas(os), otroas y hombres zapatistas en sus más de 500 años de resistencia y sus casi 28 años de vida pública rebelde. 

La iniciativa busca acuerpar la iniciativa zapatista llamada la Travesía por la Vida. Lo hacemos desde lo que somos: trabajadorxs de las Ciencias Sociales, activadas activistas. Lo hacemos porque el zapatismo ha sido el faro para muchas de nosotras y otrxs habitantes del planeta Tierra. El faro en medio de La Tormenta provocada por lo que en 2017 las mujeres zapatistas nombraron como el “sistema capitalista machista y patriarcal”, alimentada por el racismo y la “cisheteronormatividad”, como le llaman las diversidades sexuales en movimiento y re-existencia.

Los diferentes materiales que compartimos en este sitio cruzan los lenguajes escritos, visuales y orales y buscan resaltar la importancia de la actual iniciativa zapatista en el contexto de la geopolítica global contrahegemónica y los tiempos de colapso civilizatorio.

A la vez que abordan, desde diferentes modos, tiempos y geografías, los aportes teóricos, políticos y prácticos que ha hecho el zapatismo en las casi tres décadas de vida pública (1994-2021). Ya no se diga desde la clandestinidad y en la cuenta de larga duración. Finalmente, también damos cuenta de las formas en que el zapatismo nos ha inspirado para realizar iniciativas de modos otros de vida en los ámbitos en lo personal y colectivo.

La Travesía por la Vida se da en medio no solo de una pandemia sino de un colapso civilizatorio caracterizado por muerte, violencias, despojos, guerras, pero también por luchas, esperanzas y alternativas anticapitalistas, antipatriarcales y antirracistas, por decirlo de manera apretada y sucinta. Es en ese marco que esta propuesta nace y busca florecer, en medio de la guerra contra la humanidad…

No pretendemos comentar todo lo que contiene este texto de 45 páginas, pues es de los que con cada relectura seguro que aporta nuevas reflexiones, pero sí dejaros algunos ejemplos de lo que podéis encontrar. Por ejemplo en su análisis sobre la realidad actual:

(…) al mismo tiempo que la voluntad de emancipación prospera, los sobresaltos rabiosos del conservadurismo —derecha e izquierda confundidas— nos golpean de lleno. Nos toca comprender hasta qué punto nos falta audacia para anteponer nuestros deseos a la dictadura del poder y la ganancia. ¿Tendremos que morir de no vivir para darnos cuenta de que los que gestionan nuestras existencias las canceran?

Quemar los papeles de nuestras pseudoidentidades. ¿Qué esperamos para destruir, no a los hombres de un sistema opresivo, sino sus herramientas, buldóceres y excavadoras de la devastación lucrativa? ¿Qué esperamos para bloquear la gran trituradora de lo vivo creando y multiplicando zonas de resistencia y gratuidad? ¿Para cuándo el tiempo y la tierra serán libres donde, en homenaje a Albert Libertad, quemaremos los papeles de una identidad burocrática y estadística que para nada necesitamos? Luchar por una felicidad real, no por una felicidad ficticia.

Como marca de las ironías de la historia, ¿no vemos repetirse en nuestros días —de modo paródico— el entusiasmo que en vísperas de la revolución sintieron los filósofos de la Ilustración en su búsqueda de la felicidad natural y del buen salvaje que supuestamente debiera alcanzarla? Sigue leyendo →

Tu voto:

Comparte esto:

  • Twitter
  • Facebook
  • Correo electrónico
  • Imprimir
  • Reddit

Me gusta esto:

Me gusta Cargando...

SOLIDARIDADES DE PROXIMIDAD (Tangente) O cómo hacer, desde hoy, de la ayuda mutua y la reciprocidad herramientas para las crisis que están por llegar

19 martes Abr 2022

Posted by KTT in Auzokoak / Gentes del barrio, Gomendioak / Recomendaciones, Goraipamenak / Reconocimientos, Irakurtzeko / Sugerencias de lectura, Llamadas al auzolan Deialdiak, Sin categoría

≈ Deja un comentario

Solidaridades de proximidad (tangente)

La pandemia nos ha dejado un infierno de baja intensidad del que no nos van a sacar falsas soluciones mágicas, sino la proliferación de distintas fórmulas activismo y organización social. Las redes de ayuda mutua nos enseñan cómo, más que historias individuales excepcionales, los activismos que provocan un efecto imitación serían los de aquellas personas con las que nos podemos identificar. Más que sacrificios heroicos, necesitamos compromisos fuertes pero asumibles por cualquiera. Una participación que surja de donde estamos y desde lo que somos, que arraigue en lo cotidiano y pueda ser habitable, que permita a cualquiera poner sus habilidades y capacidades al servicio del bien común.

(…) Probablemente no baste con esto para lograr las transformaciones socioeconómicas y culturales que la emergencia ecosocial nos plantea, pero no es un mal punto de partida. Thoreau afirmaba que si has construido castillos en el aire, no has perdido el tiempo pues ahí es donde deben estar; posteriormente lo que toca es poner los cimientos. El movimiento protagonizado por las redes de ayuda mutua durante la pandemia es el suelo fértil donde instalar cimientos y sembrar las semillas de cambios más profundos y perdurables. Buena parte de nuestra esperanza a la hora de mirar al futuro reposa en esas minúsculas semillas, nuestra capacidad de cuidarlas y ver en ellas su potencialidad para desplegar las mejores versiones de lo que somos capaces como sociedad.

Estos párrafos pertenecen a uno de los últimos capítulos del texto que os acercamos hoy (Solidaridades de Proximidad. Ayuda mutua y cuidados ante la Covid19; Grupo cooperativo Tangente –descargar aquí-) 

un libro, a nuestro entender, de imprescindible lectura para cualquier persona o colectivo que, desde una realidad barrial, pretenda impulsar las bases para que la ayuda mutua y la reciprocidad se conviertan en engrasadas herramientas populares vecinales para hacer frente a las diversas crisis que va a traer consigo (algunas ya las tenemos encima) la descomposición del sistema capitalista tal y como lo conocemos.

El objetivo del texto, que está basado en un minucioso análisis sobre cerca de 120 experiencias concretas de apoyo mutuo llevadas a cabo en el Estado español durante la pandemia, se puede resumir en estas palabras publicadas a finales del pasado marzo por uno de sus autores:

A dos años de la declaración del estado de slarma conviene recordar como en una situación de emergencia, ante el fallo y la impotencia de los mecanismos de mercado (intercambio) y de las políticas públicas (redistribución) para resolver las necesidades básicas de miles de personas, se activó una lógica comunitaria basada en la reciprocidad. Esta movilizó una economía moral, que tenía más que ver con valores y normas culturales como la empatía, el altruismo, la solidaridad y la justicia, que con el cálculo en términos monetarios o la inmediatez en la devolución de favores.

(…) Las redes vecinales surgidas durante la pandemia vendrían a ratificar estas ideas, siendo una mezcla de las respuestas espontáneas de comunidades del desastre y de la experiencia acumulada durante décadas por los tejidos asociativos a la hora de establecer mecanismos de solidaridad colectiva.

(…) No se trata de pretender universalizar y hacer permanentes los patrones de comportamiento que acontecen en momentos extraordinarios, sino de ser capaces de identificar los aprendizajes que deberíamos sistematizar y protocolizar de cara al futuro.

Pandemia, desbastecimientos, Guerra en Europa, crisis energética, coaliciones de gobierno con extrema derecha… son las piezas que vistas como problemas aislados y coyunturales nos impiden ver el puzle de la emergencia ecosocial que las conecta. Ahora vamos siendo conscientes de que los fenómenos disruptivos y las situaciones de crisis van a volverse recurrentes, por lo que desperdiciar y desaprovechar las enseñanzas derivadas de la experiencia de las redes de ayuda mutua sería un error imperdonable.

Su análisis en conjunto de las experiencias de ayuda mutua durante la pandemia, se pueden ver en estos párrafos:

Resulta indudable la importancia que ha jugado la existencia previa de entidades o redes articuladas con antelación a la pandemia. Esta dimensión relacional y autoorganizada se ha sostenido de forma determinante sobre una red de infraestructuras físicas gestionada por los tejidos sociocomunitarios, que ha demostrado una enorme versatilidad y flexibilidad para reconvertir sus locales de forma que se volvieran funcionales para organizar la solidaridad comunitaria. Una diversa malla compuesta por centros sociales, locales vecinales, clubes deportivos, salas de teatro, espacios ocupados o huertos comunitarios; que se ha visto reforzada por restaurantes o escuelas de cocina que se usaban para alimentar comedores populares, panaderías y comercios locales que se convertían en epicentros barriales para la recogida y distribución de alimentos.

(…) Las redes de ayuda mutua serían una mezcla de espontáneas comunidades del desastre, con la experiencia acumulada durante décadas por los tejidos asociativos a la hora de establecer mecanismos de solidaridad colectiva. Las respuestas extraordinarias, lo sorpresivo y lo espontáneo ante la urgencia, se apoyan en ordinarios patrones organizativos aprendidos previamente por los activismos, que deben entenderse como una especie de retaguardia invisible. Todo ello, nos da una idea de lo fundamental que es contar con un tejido social fuerte con antelación a la llegada de las catástrofes. Resulta determinante disponer de personas que sean capaces de tomar decisiones de forma conjunta, organizar tareas y responsabilidades en grupo, definir sistemas de gobernanza organizacional democráticos y participativos, gestionar conflictos internos o dominar herramientas comunicativas eficaces. Se ha producido una simbiosis muy productiva entre las iniciativas que surgieron de forma espontánea y las que venían de organizaciones formalmente constituidas. Las primeras aportando nuevas formas organizativas, personas con menor experiencia asociativa y aproximaciones novedosas a la acción ciudadana. Las segundas, poniendo su experiencia e infraestructuras al servicio de las necesidades que se iban sucediendo. Dicha simbiosis, no exenta de conflictos, ha puesto en diálogo diversas tradiciones comunitarias y culturas organizacionales, evidenciando una característica de muchas innovaciones sociales a nivel local, que combinan “las profundas estrategias de los maestros del ajedrez con las tácticas rápidas de los acróbatas”.

 Pero su visión es a más largo plazo, más allá de lo sucedido en estos dos años: Sigue leyendo →

Tu voto:

Comparte esto:

  • Twitter
  • Facebook
  • Correo electrónico
  • Imprimir
  • Reddit

Me gusta esto:

Me gusta Cargando...

EL FRACASO DE LA IZQUIERDA EN EL COVID. Toby Green y Thomas Fazi

04 lunes Abr 2022

Posted by KTT in Gomendioak / Recomendaciones, Irakurtzeko / Sugerencias de lectura, Salaketak / Denuncias y criticas, Sin categoría

≈ 2 comentarios

Tomado de http://www.lacasademitia.es/articulo/economia/fracaso-covid-izquierda-toby-green-thomas-tazi-hunherd/20211231090800119951.html

Tomado de http://www.lacasademitia.es/articulo/economia/fracaso-covid-izquierda-toby-green-thomas-tazi-hunherd/20211231090800119951.html

Pero, ¿por qué la corriente principal de la izquierda ha acabado apoyando prácticamente todas las medidas de Covid? ¿Cómo surgió una visión tan simplista de la relación entre la salud y la economía, que se burla de décadas de investigación en ciencias sociales (de tendencia izquierdista) que demuestran lo estrechamente relacionados que están los resultados de la riqueza y la salud? ¿Por qué la izquierda ignora el aumento masivo de las desigualdades, el ataque a los pobres, a los países pobres, a las mujeres y a los niños, el trato cruel a los ancianos, y el enorme aumento de la riqueza de los individuos y las empresas más ricas resultante de estas políticas? ¿Cómo es posible que, en relación con el desarrollo y la puesta en marcha de las vacunas, la izquierda acabe ridiculizando la idea misma de que, teniendo en cuenta el dinero que está en juego, y cuando BioNTech, Moderna y Pfizer ganan actualmente entre todas más de 1.000 dólares por segundo con las vacunas Covid, pueda haber otras motivaciones por parte de los fabricantes de vacunas aparte del «bien público»? ¿Y cómo es posible que la izquierda, a menudo en el extremo receptor de la represión estatal, parezca hoy ajena a las preocupantes implicaciones éticas y políticas de los pasaportes Covid?

Siguiendo con la dinámica comenzada hace algunos post de intentar interrogarnos sobre muchas de las cosas que han sucedido durante los más de dos años de pandemia, con la vista puesta en aprender para próximas situaciones similares en algún aspecto, nos ha parecido oportuno traer a esta ventanuca un texto que, desde nuestro punto de vista, tiene la valía tanto de ser autocrítico con la izquierda (en sentido amplio), como de plantear dudas o preguntas que ayuden a reflexionar más que certezas, pues los dogmas y la imposición de verdades han sido precisamente algunas de las cuestiones que más se han reproducido durante estos años.

El texto, cuyo original en inglés fue publicado a finales del año pasado, lo hemos recogido de El blog de Juan Irigoyen (cuya introducción al texto también os recomendamos), quien a su vez cita como fuente al proyecto de desobediencia informativa La Haine, quien suponemos que se ha encargado de la traducción. Agradecemos a todas ellas la oportunidad que brindan de acceder a un texto/herramienta para la tan necesitada reflexión, que pueda llevarnos a una acción lúcida de la que, la izquierda en general, ha carecido desde el inicio de la pandemia.

EL FRACASO DE LA IZQUIERDA EN EL COVID

TOBY GREEN Y THOMAS FAZI

A lo largo de las distintas fases de la pandemia mundial, las preferencias de la gente en términos de estrategias epidemiológicas han tendido a coincidir estrechamente con su orientación política. Desde que Donald Trump y Jair Bolsonaro expresaron sus dudas sobre la conveniencia de una estrategia de bloqueo en marzo de 2020, los liberales y los de la izquierda del espectro político occidental, incluyendo la mayoría de los socialistas, se han adherido en público a la estrategia de bloqueo de la mitigación de la pandemia, y últimamente a la lógica de los pasaportes de vacunación. Ahora que los países de toda Europa experimentan con restricciones más estrictas para los no vacunados, los comentaristas de izquierdas -que suelen ser tan ruidosos en la defensa de las minorías que sufren discriminación- destacan por su silencio.

Como escritores que siempre nos hemos posicionado en la izquierda, nos inquieta este giro de los acontecimientos. ¿Realmente no se puede hacer una crítica progresista sobre la puesta en cuarentena de individuos sanos, cuando las últimas investigaciones sugieren que hay una diferencia insignificante en términos de transmisión entre los vacunados y los no vacunados? La respuesta de la izquierda a Covid aparece ahora como parte de una crisis más amplia en la política y el pensamiento de la izquierda, que ha estado sucediendo durante al menos tres décadas. Así que es importante identificar el proceso a través del cual esto ha tomado forma.

En la primera fase de la pandemia -la fase de los cierres- fueron los que se inclinaban hacia la derecha cultural y económica los que más enfatizaron el daño social, económico y psicológico resultante de los cierres. Mientras tanto, el escepticismo inicial de Donald Trump sobre los cierres hizo que esta posición fuera insostenible para la mayoría de los que se inclinan hacia la izquierda cultural y económica. Los algoritmos de las redes sociales alimentaron aún más esta polarización. Por lo tanto, los izquierdistas occidentales abrazaron rápidamente el cierre, visto como una opción «provida» y «pro-colectiva», una política que, en teoría, defendía la salud pública o el derecho colectivo a la salud. Mientras tanto, cualquier crítica a los cierres se tildó de «derechista», «proeconómica» y «proindividual», acusada de priorizar el «beneficio» y el «business as usual» sobre la vida de las personas.

En resumen, décadas de polarización política politizaron instantáneamente una cuestión de salud pública, sin permitir ningún debate sobre cuál sería una respuesta coherente de la izquierda. Al mismo tiempo, la posición de la izquierda la distanció de cualquier tipo de base de la clase trabajadora, ya que los trabajadores de bajos ingresos eran los más gravemente afectados por los impactos socioeconómicos de las políticas de bloqueo continuas, y también eran los más propensos a estar fuera trabajando mientras la clase portátil se beneficiaba del Zoom. Estas mismas líneas de fractura política surgieron durante la implantación de la vacuna, y ahora durante la fase de los pasaportes Covid. La resistencia se asocia con la derecha, mientras que los de la izquierda dominante apoyan en general ambas medidas. La oposición se demoniza como una mezcla confusa de irracionalismo anticientífico y libertinaje individualista.

Pero, ¿por qué la corriente principal de la izquierda ha acabado apoyando prácticamente todas las medidas de Covid? ¿Cómo surgió una visión tan simplista de la relación entre la salud y la economía, que se burla de décadas de investigación en ciencias sociales (de tendencia izquierdista) que demuestran lo estrechamente relacionados que están los resultados de la riqueza y la salud? ¿Por qué la izquierda ignora el aumento masivo de las desigualdades, el ataque a los pobres, a los países pobres, a las mujeres y a los niños, el trato cruel a los ancianos, y el enorme aumento de la riqueza de los individuos y las empresas más ricas resultante de estas políticas? ¿Cómo es posible que, en relación con el desarrollo y la puesta en marcha de las vacunas, la izquierda acabe ridiculizando la idea misma de que, teniendo en cuenta el dinero que está en juego, y cuando BioNTech, Moderna y Pfizer ganan actualmente entre todas más de 1.000 dólares por segundo con las vacunas Covid, pueda haber otras motivaciones por parte de los fabricantes de vacunas aparte del «bien público»? ¿Y cómo es posible que la izquierda, a menudo en el extremo receptor de la represión estatal, parezca hoy ajena a las preocupantes implicaciones éticas y políticas de los pasaportes Covid?

Mientras que la Guerra Fría coincidió con la era de la descolonización y el surgimiento de una política global antirracista, el final de la Guerra Fría -junto con el triunfo simbólico de la política de descolonización con el fin del apartheid- supuso una crisis existencial para la política de izquierdas. El auge de la hegemonía económica neoliberal, la globalización y el transnacionalismo empresarial han socavado la visión histórica de la izquierda sobre el Estado como motor de redistribución. A esto se suma la constatación de que, como ha argumentado el teórico brasileño Roberto Mangabeira Unger, la izquierda siempre ha prosperado más en tiempos de grandes crisis: la Revolución Rusa se benefició de la Primera Guerra Mundial, y el capitalismo del bienestar de las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial. Esta historia puede explicar en parte el posicionamiento actual de la izquierda: amplificar la crisis y prolongarla mediante restricciones interminables puede ser visto por algunos como una forma de reconstruir la política de la izquierda tras décadas de crisis existencial.

La comprensión errónea de la izquierda sobre la naturaleza del neoliberalismo también puede haber afectado a su respuesta a la crisis. La mayoría de la gente de la izquierda cree que el neoliberalismo ha supuesto una «retirada» o «vaciado» del Estado en favor del mercado. Así, interpretaron el activismo gubernamental a lo largo de la pandemia como un bienvenido «retorno del Estado», potencialmente capaz, en su opinión, de revertir el supuesto proyecto antiestatista del neoliberalismo. El problema de este argumento, incluso aceptando su dudosa lógica, es que el neoliberalismo no ha supuesto una desaparición del Estado. Por el contrario, el tamaño del Estado como porcentaje del PIB ha seguido aumentando durante toda la era neoliberal.

Esto no debería ser una sorpresa. El neoliberalismo se basa en una amplia intervención del Estado tanto como lo hizo el «keynesianismo», excepto que el Estado ahora interviene casi exclusivamente para promover los intereses del gran capital: para vigilar a las clases trabajadoras, rescatar a los grandes bancos y empresas que de otro modo quebrarían, etc. De hecho, en muchos aspectos, el capital depende hoy más que nunca del Estado. Como señalan Shimshon Bichler y Jonathan Nitzan: «A medida que se desarrolla el capitalismo, los gobiernos y las grandes empresas se entrelazan cada vez más. … El modo de poder capitalista y las coaliciones de capital dominante que lo rigen no requieren gobiernos pequeños. De hecho, en muchos aspectos, necesitan gobiernos más grandes». El neoliberalismo actual se asemeja más a una forma de capitalismo monopolista de Estado -o corporatocracia- que al tipo de capitalismo de libre mercado de pequeño Estado que a menudo pretende ser. Esto ayuda a explicar por qué ha producido aparatos estatales cada vez más poderosos, intervencionistas e incluso autoritarios.

Esto en sí mismo hace que los vítores de la izquierda por un inexistente «retorno del Estado» sean vergonzosamente ingenuos. Y lo peor es que ya ha cometido este error antes. Incluso tras la crisis financiera de 2008, muchos en la izquierda aclamaron los grandes déficits gubernamentales como «el regreso de Keynes» -cuando, de hecho, esas medidas tenían muy poco que ver con Keynes, que aconsejaba el uso del gasto gubernamental para alcanzar el pleno empleo, y en cambio estaban destinadas a reforzar a los culpables de la crisis, los grandes bancos. También fueron seguidas por un ataque sin precedentes a los sistemas de bienestar y a los derechos de los trabajadores en toda Europa.

Algo similar está ocurriendo hoy en día, ya que los contratos estatales para las pruebas Covid, los EPI, las vacunas y, ahora, las tecnologías de pasaportes de vacunas se reparten entre las empresas transnacionales (a menudo a través de acuerdos turbios que apestan a amiguismo). Mientras tanto, las vidas y los medios de vida de los ciudadanos se ven alterados por «la nueva normalidad». El hecho de que la izquierda parezca completamente ajena a esto es particularmente desconcertante. Después de todo, la idea de que los gobiernos tienden a explotar las crisis para afianzar la agenda neoliberal ha sido un elemento básico de gran parte de la literatura reciente de la izquierda. Pierre Dardot y Christian Laval, por ejemplo, han argumentado que, bajo el neoliberalismo, la crisis se ha convertido en un «método de gobierno». En su libro de 2007 La doctrina del shock, Naomi Klein exploró la idea del «capitalismo del desastre». Su tesis central es que en momentos de miedo y desorientación pública es más fácil rediseñar las sociedades: los cambios dramáticos en el orden económico existente, que normalmente serían políticamente imposibles, se imponen en rápida sucesión antes de que el público haya tenido tiempo de entender lo que está sucediendo.

Hoy en día se da una dinámica similar. Por ejemplo, las medidas de vigilancia de alta tecnología, las identificaciones digitales, la represión de las manifestaciones públicas y la aceleración de las leyes introducidas por los gobiernos para combatir el brote de coronavirus. Si la historia reciente sirve de algo, los gobiernos seguramente encontrarán la manera de hacer permanentes muchas de las normas de emergencia, tal como hicieron con gran parte de la legislación antiterrorista posterior al 11 de septiembre. Como señaló Edward Snowden: «Cuando vemos que se aprueban medidas de emergencia, sobre todo hoy, tienden a ser pegajosas. La emergencia tiende a ampliarse». Esto confirma también las ideas sobre el «estado de excepción» planteadas por el filósofo italiano Giorgio Agamben, que sin embargo ha sido vilipendiado por la corriente principal de la izquierda por su posición contraria al bloqueo.

En última instancia, cualquier forma de acción gubernamental debe ser juzgada por lo que realmente representa. Apoyamos la intervención gubernamental si sirve para promover los derechos de los trabajadores y las minorías, para crear pleno empleo, para proporcionar servicios públicos cruciales, para frenar el poder corporativo, para corregir las disfuncionalidades de los mercados, para tomar el control de industrias cruciales en el interés público. Pero en los últimos 18 meses hemos sido testigos de todo lo contrario: un fortalecimiento sin precedentes de los gigantes corporativos transnacionales y sus oligarcas a costa de los trabajadores y las empresas locales. Un informe del mes pasado, basado en datos de Forbes, mostró que sólo los multimillonarios estadounidenses han visto aumentar su riqueza en 2 billones de dólares durante la pandemia.

Otra fantasía de la izquierda que ha sido desmontada por la realidad es la noción de que la pandemia daría paso a un nuevo sentido de espíritu colectivo, capaz de superar décadas de individualismo neoliberal. Por el contrario, la pandemia ha fracturado aún más a las sociedades: entre los vacunados y los no vacunados, entre los que pueden aprovechar los beneficios del trabajo inteligente y los que no. Además, un demos formado por individuos traumatizados, separados de sus seres queridos, obligados a temerse unos a otros como potenciales vectores de la enfermedad, aterrorizados por el contacto físico, no es un buen caldo de cultivo para la solidaridad colectiva.

Pero quizá la respuesta de la izquierda pueda entenderse mejor en términos individuales que colectivos. La teoría psicoanalítica clásica ha postulado una clara conexión entre el placer y la autoridad: la experiencia de un gran placer (que sacia el principio de placer) puede ir seguida a menudo de un deseo de renovar la autoridad y el control manifestado por el ego o «principio de realidad». Esto puede producir una forma subvertida de placer. En las dos últimas décadas de globalización se ha producido una enorme expansión del «placer de la experiencia», compartido por la clase liberal global, cada vez más transnacional -muchos de los cuales, curiosamente en términos históricos, se identifican a sí mismos como de izquierdas (y, de hecho, usurpan cada vez más esta posición de los grupos tradicionales de la clase trabajadora de la izquierda). Este aumento masivo del placer y de la experiencia entre la clase liberal fue acompañado de un creciente secularismo y de la falta de cualquier restricción o autoridad moral reconocida. Desde la perspectiva del psicoanálisis, el apoyo de esta clase a las «medidas Covid» se explica fácilmente en estos términos: como la aparición deseada de un grupo de medidas restrictivas y autoritarias que pueden imponerse para restringir el placer, dentro de las restricciones de un código moral que interviene donde antes no había ninguno.

 Otro factor que explica la adhesión de la izquierda a las «medidas Covid» es su fe ciega en la «ciencia». Esto tiene sus raíces en la tradicional fe de la izquierda en el racionalismo. Sin embargo, una cosa es creer en las innegables virtudes del método científico y otra es ser completamente ajeno a la forma en que los que están en el poder explotan la «ciencia» para promover su agenda. La posibilidad de apelar a «datos científicos sólidos» para justificar las propias decisiones políticas es una herramienta increíblemente poderosa en manos de los gobiernos; es, de hecho, la esencia de la tecnocracia. Sin embargo, esto significa seleccionar cuidadosamente la «ciencia» que apoya su agenda – y marginar agresivamente cualquier punto de vista alternativo, independientemente de su valor científico.

Esto ha sucedido durante años en el ámbito de la economía. ¿Es realmente tan difícil de creer que tal captura corporativa está ocurriendo hoy en día con respecto a la ciencia médica? No, según John P. Ioannidis, profesor de medicina y epidemiología de la Universidad de Stanford. Ioannidis saltó a los titulares a principios de 2021 cuando publicó, junto con algunos colegas suyos, un artículo en el que afirmaba que no había ninguna diferencia práctica en términos epidemiológicos entre los países que se habían cerrado y los que no. La reacción contra el artículo -y contra Ioannidis en particular- fue feroz, especialmente entre sus colegas científicos.

Esto explica su reciente y mordaz denuncia de su propia profesión. En un artículo titulado «How the Pandemic Is Changing the Norms of Science» (Cómo la pandemia está cambiando las normas de la ciencia), Ioannidis señala que la mayoría de la gente -especialmente en la izquierda- parece pensar que la ciencia funciona sobre la base de «las normas mertonianas de comunalismo, universalismo, desinterés y escepticismo organizado». Pero, por desgracia, no es así como funciona realmente la comunidad científica, explica Ioannidis. Con la pandemia, los conflictos de intereses corporativos se dispararon y, sin embargo, hablar de ellos se convirtió en un anatema. Continúa: «Los consultores que ganaban millones de dólares gracias a las consultas de empresas y gobiernos recibían puestos de prestigio, poder y elogios públicos, mientras que los científicos sin conflictos que trabajaban gratuitamente, pero se atrevían a cuestionar las narrativas dominantes eran tachados de conflictivos. El escepticismo organizado se consideraba una amenaza para la salud pública. Hubo un enfrentamiento entre dos escuelas de pensamiento, la salud pública autoritaria contra la ciencia, y la ciencia perdió».

 En última instancia, el flagrante desprecio y la burla de la izquierda hacia las legítimas preocupaciones de la gente (sobre los bloqueos, las vacunas o los pasaportes Covid) es vergonzoso. Estas preocupaciones no sólo se basan en las dificultades reales, sino que también se derivan de una desconfianza comprensible hacia los gobiernos y las instituciones que han sido innegablemente capturados por los intereses corporativos. Cualquiera que esté a favor de un Estado verdaderamente progresista e intervencionista, como nosotros, tiene que abordar estas preocupaciones, no descartarlas.

 Pero donde la respuesta de la izquierda ha sido más deficiente es en el escenario mundial, en términos de la relación de las restricciones de Covid con la profundización de la pobreza en el Sur Global. ¿Realmente no tiene nada que decir sobre el enorme aumento del matrimonio infantil, el colapso de la escolarización y la destrucción del empleo formal en Nigeria, donde la agencia estatal de estadísticas sugiere que el 20% de las personas perdieron su trabajo durante los cierres? ¿Y qué hay de la realidad de que el país con las cifras más altas de mortalidad por Covid y la tasa de mortalidad excesiva para 2020 fue Perú, que tuvo uno de los cierres más estrictos del mundo? Sobre todo esto, ha guardado prácticamente silencio. Esta posición debe considerarse en relación con la preeminencia de la política nacionalista en el escenario mundial: el fracaso electoral de los internacionalistas de izquierda como Jeremy Corbyn significó que las cuestiones globales más amplias tuvieron poca tracción al considerar una respuesta más amplia de la izquierda occidental al Covid-19. Merece la pena mencionar que ha habido movimientos atípicos en la izquierda, de izquierda radical y socialista, que se han manifestado en contra de la gestión predominante de la pandemia. Entre ellos se encuentran Black Lives Matter en Nueva York, los escépticos de la izquierda en el Reino Unido, la izquierda urbana chilena, Wu Ming en Italia y la alianza socialdemócrataverde que gobierna actualmente Suecia. Pero todo el espectro de la opinión de la izquierda fue ignorado, en parte debido al pequeño número de medios de comunicación de izquierda, pero también debido a la marginación de las opiniones disidentes, en primer lugar, por la corriente principal de la izquierda. Pero, sobre todo, ha sido un fracaso histórico de la izquierda, que tendrá consecuencias desastrosas. Cualquier forma de disidencia popular es probable que sea hegemonizada de nuevo por la (extrema) derecha, poleaxizando cualquier posibilidad que tenga la izquierda de ganar los votantes que necesita para derrocar la hegemonía de la derecha. Mientras tanto, la izquierda se aferra a una tecnocracia de expertos gravemente socavada por lo que está resultando ser una gestión catastrófica de la pandemia en términos de progresismo social. A medida que cualquier tipo de izquierda elegible viable se desvanece en el pasado, el debate y la disidencia en el corazón de cualquier proceso democrático verdadero es probable que se desvanezca con él.

[Toby Green es profesor de historia en el Kings College de Londres. Su último libro es The Covid Consensus: The New Politics of Global Inequality (Hurst)]. [Thomas Fazi es escritor, periodista y traductor. Su último libro «Reclaiming the State» ha sido publicado por Pluto Press. @battleforeurope]

Tu voto:

Comparte esto:

  • Twitter
  • Facebook
  • Correo electrónico
  • Imprimir
  • Reddit

Me gusta esto:

Me gusta Cargando...
← Entradas anteriores

Kontaktua / Contacto

kutxikotxokotxikitxua@gmail.com

Categorías

  • Auzokoak / Gentes del barrio (139)
  • Bitxikeriak / Historias del Casco (33)
  • Datos sobre el Casco (63)
  • Dokumentuak (86)
  • El Casco en los medios (8)
  • El PGOU y el Casco (8)
  • Gomendioak / Recomendaciones (138)
  • Goraipamenak / Reconocimientos (118)
  • Irakurtzeko / Sugerencias de lectura (139)
  • Llamadas al auzolan Deialdiak (54)
  • Salaketak / Denuncias y criticas (111)
  • Sin categoría (294)

1. Iniciativas comunitarias populares del Casco Viejo gasteiztarra

  • Auzoan Bizi
  • Auzolana pilotalekua (Txapa Ahotsa)
  • Gasteizko Gaztetxea
  • Hala Bedi Irratia
  • La gente rula (Egin Ayllu)
  • Santo Domingo Bizirik!!
  • Zaharraz Harro!
  • ZAPateneo Kultur Elkartea

2. Otr@s agentes comunitarios del Casco

  • Basartea (AMPA del Ramón Bajo)
  • Berakah
  • Gasteiz Txiki (Auzo Elkartea
  • Goian
  • Plataforma de Mayores
  • Radix
  • Saregune

3. Experiencias comunitarias en Euskal Herria

  • Auzolan ekimena
  • Donostiako Piratak
  • Egiako Auzo Batzarra
  • Errekaleor Bizirik
  • Gardalain (Nafarroa)
  • NAHIMEN Teoria eta Estrategia
  • XJ Auzolanean

4. Experiencias comunitarias en el mundo

  • CECOSESOLA (Venezuela)
  • Chaski Clandestino (Bolivia)
  • CLAJADEP (América Latina)
  • Comunidad en lucha (Madrid)
  • Contrapunto. Debates en movimiento (Uruguay)
  • Enlace Zapatista (México y el mundo)
  • Grupo de Reflexión para la Autonomía (Catalunya)
  • Horizontes Comunitarios (América Latina y más)
  • Iniciativas Comunales (Estado español)
  • Investigadores Descalzos (Oaxaca, México)
  • Jóvenes en Resistencia Alternativa -JRA- (México)
  • Pueblos en camino (Colombia y el mundo)
  • Reconstruir el Comunal (Catalunya)
  • Revolución integral (Catalunya y el mundo)
  • Rus Redire (el campo)
  • Solidaridad Económica, Buen Vivir y Descolonialidad del Poder
  • Territorios en disputa (América Latina)

5. Luchas vecinales populares

  • Asamblea de Gamonal 2014
  • Asamblea Popular de Lavapiés (TOMA LOS BARRIOS)
  • Auzoenea (Iruñeko Alde Zaharran)
  • Comunidad La Esperanza (Gran Canaria)
  • Errekaleor Bizirik
  • recuperem Can Batlló (Catalunya)
  • Xentrificación en Vigo

6. Voces de vecinas del barrio

  • Amancay Colibrí
  • Ane Zelaia
  • Basurde (Dani "Basurde")
  • Iban Zaldua
  • Kinka (Amelia Barquínen bloga)
  • Ruben Sanchez Bakaikoa
  • Sonia Estevez
  • Tania Cañas
  • Zeruenea (Idoia Agirre)

Archivos

Estadísticas del blog

  • 117.242 visitas

Introduce tu dirección de correo electrónico para seguir este Blog y recibir las notificaciones de las nuevas publicaciones en tu buzón de correo electrónico.

Crea un blog o un sitio web gratuitos con WordPress.com.

Privacidad y cookies: este sitio utiliza cookies. Al continuar utilizando esta web, aceptas su uso.
Para obtener más información, incluido cómo controlar las cookies, consulta aquí: Política de cookies
  • Seguir Siguiendo
    • Kutxiko txoko txikitxutik (KTT)
    • Únete a 43 seguidores más
    • ¿Ya tienes una cuenta de WordPress.com? Accede ahora.
    • Kutxiko txoko txikitxutik (KTT)
    • Personalizar
    • Seguir Siguiendo
    • Regístrate
    • Acceder
    • Denunciar este contenido
    • Ver sitio web en el Lector
    • Gestionar las suscripciones
    • Contraer esta barra
 

Cargando comentarios...
 

    A %d blogueros les gusta esto: