Cerrar la ventana de KTT (Kutxiko Txoko Txikitxutik) para dejar paso libre

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En febrero de 2015 KTT publicaba su primer post en el que, al explicar las razones del porqué de su puesta en marcha, decía:

Ongi etorriak a un blog que nace con el deseo expreso de practicarse la eutanasia lo antes posible. Porque quien lo escribe es sólo una persona vecina del Casco Viejo gasteiztarra que apuesta decididamente por una comunidad vecinal del barrio, y por lo tanto desea y espera que una voz más colectiva (más plural, rica y comunitaria) ocupe pronto su lugar.

Ese deseo de eutanasia ha tardado bastante más de lo previsto, pero finalmente llega. Son varias las razones que ahora me llevan a ello, y que paso a detallar:

Razones para el cierre de KTT

Primera: dejar paso a una web/blog vecinal colectiva

La primera, y fundamental, es dejar paso para que otras iniciativas blogueras sean las que se encarguen de hablarnos del barrio. En la actualidad sé que existe la posibilidad real (así se lo están planteando) de que surja una web o blog impulsado por un colectivo del barrio, y no se me ocurre mejor forma de ayudar a ello que dejar paso a ese proyecto (que sería mucho más rico y plural) que cerrando KTT, . Me parece imprescindible que ese relevo se dé, porque desde mi punto de vista el barrio vive en la actualidad una nueva situación delicada.

Por un lado, en lo que se refiere a la esfera institucional/administrativa, hay una amplia batería de iniciativas que se van a tomar (se están tomando ya), siendo gran parte de ellas decisiones de mucha trascendencia para el futuro del barrio (la nueva revisión del PERI; las decisiones sobre cómo abordar la inaplazable remodelación de los muchísimos edificios en mal estado; la implantación de cámaras en todo el barrio; las tentativas para impulsar las viviendas de uso turístico…)

Pero, además, y en lo que se refiere a la vida cotidiana del vecindario, se vislumbra un periodo de fuertes recortes del gasto social, lo que unido a un importante incremento del precio y acceso a elementos básicos en la vida cotidiana (desde fuentes de energía hasta productos básicos) va a suponer (está suponiendo ya) un gravísimo problema para la subsistencia de la población más precarizada, que en nuestra ciudad tiene una amplia presencia en el barrio.

Parece pues que se aproximan tiempos aún más difíciles para buena parte de la población del Casco, por lo que sería deseable que el movimiento vecinal y el vecindario en general estuviera previamente organizado para desarrollar todo su potencial. En esa línea, desde nuestro punto de vista, sería necesario y urgente poner en marcha (o revitalizar las que en su día exisitieron) muchas de las iniciativas de denuncia, comunicación, información y coordinación con las que no cuenta en la actualidad. Entre ellas una web o blog propio del movimiento vecinal.

Segunda: facilitar que se planteen nuevas propuestas para el barrio

Pero, siendo la principal razón para el cierre de KTT dejar paso a nuevas iniciativas vecinales colectivas, no es la única, hay varias más. Una segunda tiene que ver con el hecho de que la persona que alimenta este blog lleva unas dos décadas defendiendo la necesidad del impulso en el barrio de una comunidad vecinal autoorganizada en Asamblea popular del Casco y, como con la mejor de las intenciones me dijo hace tiempo una buena amiga (hemos sido cómplices en multitud de peleas vecinales), visto que esa apuesta está lejos de consolidarse (es decir, de tener apoyo entre el vecindario) igual es tiempo de que deje de dar la matraca, por ver si así se facilita el paso a que surjan propuestas distintas.

En esa línea, no puede ser que el único blog conocido que hable del barrio en general (existe unos cuantos más relacionados con iniciativas concretas, pero era KTT la única posible referencia para quien quisiera acercarse a las problemáticas vecinales del Casco) siga machacando a quien a él acude con la pedrada de su impulsor (yo), esto es, venga y venga a colgar textos y más textos sobre análisis, iniciativas y experiencias comunitarias autogestionadas en diferentes partes del planeta.

Añadamos a ello que esa teórica referencialidad sobrevenida (por falta de otro espacio en internet en el que se informara y opinara desde el vecindario) no era el objetivo de KTT, que lo que pretendía era ser una herramienta para la comunidad vecinal en ciernes, y no una referencia vecinal, ni mucho menos que se le contemplara como portavoz no oficial.

Tercera: no convertir KTT en la “atalaya” de un critición cascarrabias

Hay otra razón más delicada, que tiene que ver con el hecho de que, quien esto escribe, en los últimos tiempos se siente lejano de buena parte de los análisis, elección de prioridades, enfoques o estrategias que están desarrollando bastantes de los colectivos vecinales del barrio (principalmente, porque creo que desde hace tiempo las energías del barrio deberían estar dedicándose, de forma conjunta, a crear redes vecinales de apoyo mutuo, pequeñas, pero coordinadas, así como infraestructuras populares básicas -comedor popular, red de abastecimiento, centro social…- que sirvan para hacer frente a las graves situaciones que se avecinan) . Ello coincide además con una etapa en que mi actividad vecinal es bastante menor (porque, tal y como expliqué en un post, creo que para que se incorpore nueva gente hace falta que los hombres blancos, de edad madura, situación socioeconómica estable y años de militancia abandonemos la “primera línea” de la actividad militante), por lo que mucho menor es también mi conocimiento sobre las razones profundas de esas decisiones, y aunque la autocrítica pública siempre me ha parecido un tesoro para los colectivos populares, teniendo en cuenta que soy de quienes les cuesta callarse lo que piensa, mejor evitar convertir a KTT en la atalaya de un cascarrabias criticón. Y a ese lejanía en la complicidad es probable que en un futuro no muy lejano se le una la lejanía física, pues los problemas de accesibilidad y movilidad van a impedir que pueda seguir escribiendo desde el pequeño txoko de la kutxi donde mayormente tomaban vida los post de KTT.

Cuarta: intentar desarrollar una mirada más amplia

Añadamos una última razón, también de peso. Creo que la actual coyuntura político social, a escala planetaria, no es cualquiera, y en los muy próximos tiempos vamos a asistir aquí también (en algunas zonas del planeta llevan así desde hace más de una década) a situaciones y escenarios que van a exigir del movimiento popular (y de todas aquellas que aspiramos a transformar radicalmente la realidad) una mirada más larga y profunda que la simplemente barrial o vecinal. Comparto la idea de quienes opinan que el capitalismo ha entrado en una fase terminal y que su forma de proceder se va a basar (se está basando) en aumentar de forma frenética la expropiación, la desposesión, el expolio, el despojo y la explotación (de la Naturaleza en su conjunto, seres humanos incluídos), con el consiguiente recrudecimiento de las medidas de control y disciplinamiento necesarias para reprimir la contestación social (el “disciplinamiento” de las fuerzas de la Naturaleza lo tienen bastante más complicado, afortunadamente).

Para hacer frente a ello creo que es imprescindible prestar mucha atención a las formas en que en otras zonas del planeta las clases populares, las gentes de “abajo y a la izquierda”, están luchando en defensa de la Naturaleza y las comunidades, pues hay mucho que aprender y reflexionar de sus experiencias. Todo ello, a mi entender, hace necesario abordar cuestiones que trascienden con mucho el ámbito de la perspectiva con la que fue pensado KTT, y que no son las que esperan encontrar quienes se asoman a esta “ventana”, y por lo tanto habrán de abordarse desde otro espacio.

Abriendo otra ventana desde el txoko txikitxua

En consecuencia con todo lo anterior, he decidido poner en marcha otro blog con el título de IRAULTZAK LAGUNDUZ (Desde abajo y a la izquierda); https://iraultzaklagunduz.blogspot.com/), desde el que, con todas mis limitaciones e incoherencias, intentar acompañar esos procesos que me parecen necesarios, propuestas revolucionarias y revoluciones cotidianas principalmente.

Datos finales de KTT y alguna cuestión pendiente

En estos 7 años y medio de existencia han sido 320 entradas, que han acercado a KTT, y eso es lo realmente importante, a más de 73.000 visitantes que en sus 110.000 visitas al blog han aguantado con paciencia los muchos errores cometidos (tipográficos, ortográficos, semánticos, de maquetación, con las ilustraciones y los enlaces…), pero que, asomándose a esta ventana, han sido quienes han dado verdadero sentido a su existencia. En la liburutegia / salita de lectura quedan en descarga libre más de 300 pdfs con textos de muy diversas personas autoras. En hemeroteka, las recopilaciones de noticas sobre el Casco recogidas en medios desde 2009 a 2021. En auzoaren diagnostiko del Casco los 15 documentos que analizan los datos que perfilan las características del Casco y su vecindario (de forma conjunta o por secciones censales, quedando pendiente -ya advertimos de que esa no iba a ser nuestra tarea- hacer un análisis vecinal de conjunto sobre esos datos).

Y hablando de cosas pendientes, en la pestaña de historia(s) del Casco / bitxikeriak queda la historia de 25 calles del barrio, comprometiéndonos desde aquí a intentar completarla con el resto de las calles (pero sin poder asegurar en qué plazo), y añadiéndolas no como post principal de KTT, sino directamente a la pestaña de historia(s) del Casco / bitxikeriak.

Aunque algunas de vosotras sé que pensáis lo contrario, estos siete años de KTT en ningún momento han supuesto gran esfuerzo, los he vivido como parte de mi contribución personal a las lucha popular vecinal y colectiva, y el saber que para algunas de vosotras eran una herramientas útil en esa tarea, suponía para mí un aporte de energía mucho mayor que las necesarias para elaborar los “duros totxos” de los post y documentos con los que “os he atormentado”. Sois vosotras, esas que habéis visitado el blog en más de 110.000 ocasiones, las que habéis dado sentido a su existencia, y aunque igual seáis poco conscientes de ello, quienes con vuestros comentarios privados habéis marcado buena parte de su devenir. Bihotz-bihotzez 999 eZker guztioi, besarkada bana, eta suerte on helburu izugarri horri eusten: Alde Zaharra Bizirik!!

Nada resiste a la alegría de vivir. Libre discurso sobre la libertad soberana (Raoul Vaneigem)

Nada resiste a la alegría de vivir

Los insurgentes internacionales que vienen a nuestro encuentro armados con su vivacidad festiva sientan las bases de una internacional del género humano a la vez informal y autoorganizada. Recuerdan, al repudiar la militancia sacrificial y victimaria, dónde está la verdadera lucha. Son guerrilleros pacíficos que hacen caso omiso de las facciones que la estrategia del caos y del chivo expiatorio levantan los unos contra los otros. Librémonos del maniqueísmo, del pensamiento binario que, al desviarnos de las verdaderas luchas, conduce a la emancipación a un callejón sin salida.

La libertad de vivir suprime las libertades de la economía.
El ser humano solo tiene derechos. Todo lo puede porque nada debe. Basta con que la voluntad de autonomía individual repudie el individualismo y su cálculo egoísta para que cada persona haga su vida como le parezca. No tiene que rendir cuentas a nadie ya que, al ponerle fin a la alienación gregaria, la ayuda mutua no se cobra ninguna contrapartida. La ayuda mutua no es un deber, es la manifestación espontánea de lo vivo.
No pretendo decir que el individuo en busca de autonomía dispone espontáneamente de la facultad de influenciar su vida y la de su entorno. Solo afirmo que abandonarse al placer de desear sin fin tiene más alicientes que la angosta existencia a que se reduce la sobrevivencia.

En el actual momento es difícil encontrar textos que, sin perder para nada la capacidad crítica, sepan aportar también miradas optimistas, como este párrafo que encabeza el post. Si, además, están escritos por una persona de 88 años con una amplia trayectoria de compromiso, como es el caso de Raoul Vaneigem (revolucionario belga, escritor y filósofo que participó activamente en la Internacional Situacionista, y cuyo pensamiento “ha tratado de romper los moldes de la izquierda proletaria apostando por una cooperación social sustentada en la autonomía y en la autogestión generalizada”), quien ya ha dejado en anteriores ocasiones testimonios claros de esa voluntad (por ejemplo, en su Tratado del saber vivir para uso de las jóvenes generaciones), pues ya casi, este de Nada resiste a la alegría de vivir. Libre discurso sobre la libertad soberana,  se convierte en un texto de lectura obligatoria.

Pero más aún, si a todo ello unimos el hecho de estar publicado dentro de la iniciativa Al Faro Zapatista, que se define a sí misma con las siguientes palabras:

Al Faro Zapatista es una iniciativa que responde al llamado de “organícense” que desde 1994 nos vienen haciendo lxs zapatistas. Es una forma autónoma de seguirle, de forma colectiva y en red, a la lucha por la vida. Es un homenaje a las mujeres, niñas(os), ancianas(os), otroas y hombres zapatistas en sus más de 500 años de resistencia y sus casi 28 años de vida pública rebelde. 

La iniciativa busca acuerpar la iniciativa zapatista llamada la Travesía por la Vida. Lo hacemos desde lo que somos: trabajadorxs de las Ciencias Sociales, activadas activistas. Lo hacemos porque el zapatismo ha sido el faro para muchas de nosotras y otrxs habitantes del planeta Tierra. El faro en medio de La Tormenta provocada por lo que en 2017 las mujeres zapatistas nombraron como el “sistema capitalista machista y patriarcal”, alimentada por el racismo y la “cisheteronormatividad”, como le llaman las diversidades sexuales en movimiento y re-existencia.

Los diferentes materiales que compartimos en este sitio cruzan los lenguajes escritos, visuales y orales y buscan resaltar la importancia de la actual iniciativa zapatista en el contexto de la geopolítica global contrahegemónica y los tiempos de colapso civilizatorio.

A la vez que abordan, desde diferentes modos, tiempos y geografías, los aportes teóricos, políticos y prácticos que ha hecho el zapatismo en las casi tres décadas de vida pública (1994-2021). Ya no se diga desde la clandestinidad y en la cuenta de larga duración. Finalmente, también damos cuenta de las formas en que el zapatismo nos ha inspirado para realizar iniciativas de modos otros de vida en los ámbitos en lo personal y colectivo.

La Travesía por la Vida se da en medio no solo de una pandemia sino de un colapso civilizatorio caracterizado por muerte, violencias, despojos, guerras, pero también por luchas, esperanzas y alternativas anticapitalistas, antipatriarcales y antirracistas, por decirlo de manera apretada y sucinta. Es en ese marco que esta propuesta nace y busca florecer, en medio de la guerra contra la humanidad…

No pretendemos comentar todo lo que contiene este texto de 45 páginas, pues es de los que con cada relectura seguro que aporta nuevas reflexiones, pero sí dejaros algunos ejemplos de lo que podéis encontrar. Por ejemplo en su análisis sobre la realidad actual:

(…) al mismo tiempo que la voluntad de emancipación prospera, los sobresaltos rabiosos del conservadurismo —derecha e izquierda confundidas— nos golpean de lleno. Nos toca comprender hasta qué punto nos falta audacia para anteponer nuestros deseos a la dictadura del poder y la ganancia. ¿Tendremos que morir de no vivir para darnos cuenta de que los que gestionan nuestras existencias las canceran?

Quemar los papeles de nuestras pseudoidentidades. ¿Qué esperamos para destruir, no a los hombres de un sistema opresivo, sino sus herramientas, buldóceres y excavadoras de la devastación lucrativa? ¿Qué esperamos para bloquear la gran trituradora de lo vivo creando y multiplicando zonas de resistencia y gratuidad? ¿Para cuándo el tiempo y la tierra serán libres donde, en homenaje a Albert Libertad, quemaremos los papeles de una identidad burocrática y estadística que para nada necesitamos? Luchar por una felicidad real, no por una felicidad ficticia.

Como marca de las ironías de la historia, ¿no vemos repetirse en nuestros días —de modo paródico— el entusiasmo que en vísperas de la revolución sintieron los filósofos de la Ilustración en su búsqueda de la felicidad natural y del buen salvaje que supuestamente debiera alcanzarla?

O cuando acomete algunas de las consecuencias del tratamiento que han dado a la pandemia:

La estrategia del caos, a la que recurre el capitalismo para realizar impunemente sus operaciones de destrucción de la tierra, del agua, del aire, de lo vivo, da lugar al pánico organizado bajo el pretexto de una epidemia real y ficticia a la vez.

En vano buscaríamos en la historia una época donde la deficiencia mental se haya erigido tan gloriosamente en principio de gobierno. Nunca tanta razón y sinrazón alcanzaron este pico de aberración: renunciar a vivir para no morir.

So pretexto de un virus —menos peligroso por sus incuestionables estragos que por su ampliación mediática—, los gobiernos han convertido a hombres, mujeres y niños en criaturas temerosas que corren a arrinconarse en las casetas de su miserable existencia.

¡Ahora, imagínense que un gigantesco reflujo invierte la reacción de pánico que ha cegado las conciencias, pisoteado el sentido común y agotado la paciencia de las cobayas amenazadas de vacunación permanente! ¿Hablarán de delirio infantil, ustedes que se tragan sin más el comedero de la sentenciosa chochez de sus amos? ¡Pero, oigan! ¡Cuidado con lo maravilloso de la infancia, cuidado conel renacimiento que se asoma y con las voces que llaman a la irrupción de una nueva inocencia!
El cretinismo de los hombrecillos en el poder es, a pesar de sus esfuerzos, menos contagioso que la inteligencia sensible de algunos marginales.

(…)¿Qué medidas de interés público podrían decretar juiciosamente los gestores de la miseria rentabilizada? Vean con qué celo publicitario escenifican la presunta lealtad universal a sus caprichos —con máscaras, sin máscaras, confinados, no confinados, con peligro en los bares y restaurantes, sin peligro en los trenes, autobuses y metros.

Dicen y se desdicen sin escrúpulos, sin tan siquiera disimular bajo una apariencia humana sus mecánicas trápalas. Estamos ante una inhumanidad sin subterfugios, ante una glaciación burocrática en estado bruto.

(…) Llevar a cabo medidas de prevención y lucha contra las pandemias presentes y por venir implica priorizar la ayuda mutua, una generosidad que refuerza la salud e inmuniza contra las enfermedades con que un entorno mórbido nos acosa.
Nuestra autodefensa sanitaria tiene sobradas razones para ignorar las razones de Estado. ¿Acaso no tenemos derecho de estimar nulos y sin efecto los decretos dictados por el afán de propagar el pavor ciudadano, de confinar a cada persona a su nicho, donde el enojo se convertirá en instrumento de delación?

Cualquier relación con el Estado es tóxica.

 

Tampoco rehúye entrar en algunas cuestiones de actualidad con un punto de vista más que polémico, tan provocador como, a nuestro entender, errado. Por ejemplo, en lo relativo al feminismo y el género, en el que pensamos que, como poco, pierde la perspectiva (o desconoce la realidad o vive anclado en su generación, recordemos su edad: casi 90 años), pues incluye a todo el feminismo militante en un mismo saco, y le acusa de vengativo y evocador de guerra de sexos:

Expresión del poder del hombre, el patriarcado sufre de lleno el hundimiento de la pirámide jerárquica, el derrumbe de la autoridad de la que el padre de familia era depositario. Con el ánimo de aplastar los últimos sobresaltos de la tiranía masculina, un feminismo militante ha edificado su ciudad en un terreno ocupado por la misoginia del macho desesperado, que busca combatir. Pero el espíritu de desahogo vengativo del que da muestras evoca una guerra de sexos cuyo objetivo tácito o manifiesto sería que un matriarcado sucediera a la tiranía patriarcal dominante por demasiado tiempo.

En este caso, la pregunta que desborda al feminismo es esta: ¿qué ser libre desea que un poder sea reemplazado por otro?

El feminismo es una ideología. La mujer renuncia con ello a la emancipación que el hombre reivindica no como macho, sino como ser humano. La barbarie —cínica o solapada— de una mujer de negocios, asesina, militar o burócrata, no me repugna menos que en el hombre que asume funciones similares.

La emancipación del hombre y la mujer es inseparable de una alianza con un entorno natural liberado de la explotación que lo contamina y devasta. Estamos en el corazón de todas las libertades y este corazón nos será arrancado mientras no pongamos en la lucha toda la potencia de nuestras fuerzas vitales.

Es de lo que poco a poco van tomando conciencia las insurrecciones episódicas que incendian el viejo mundo.

(…) Mientras no respondan a la depredación, la violencia, la violación y la subordinación, el amor fusional, el mariposeo libertino, la heterosexualidad, la homosexualidad y la gama pletórica de fantasías eróticas forman parte de nuestro patrimonio inamovible: las libertades del deseo. Entonces, lo que hay de masculino en la mujer y de femenino en el hombre permite escoger entre las variaciones cuyas modulaciones no tienen límites ni necesidad alguna de encasillarse en los cajones categóricos del “género”.

Pero, como indica el título, también rebosa de esperanza y futuro:

¡Cuando los vivos del mundo vienen a nuestro encuentro, a lo que nos están invitando es a un encuentro con nosotros mismos! Nada mejor para fortalecer el impulso de vida que solo pide brillar en nosotros y a nuestro alrededor.

Ser conscientes y despreocuparnos del peligro le retira al enemigo sus más temibles armas, las que le proporcionan el miedo y la resignación de los explotados.

Nuestra existencia, a cada instante fragilizada y revitalizada, necesita superar los contrarios antes de que se vuelvan una contrariedad. La conciencia de lo vivido enseña la dialéctica sin necesidad de leer a Hegel.

(…) Sean cuales sean nuestras dudas, desesperos y desengaños, los gritos de la inocencia insurrecta provienen de todas partes: “¡Nunca renuncies!”, “Sacrificar nuestra vida es correr hacia una muerte prematura”.

Asegurar la preeminencia de la ayuda mutua. ¿No es una audacia al alcance de todos hacer de nuestro presente el eterno Mediodía de la vida? Pero esta fórmula solo tiene sentido si la trae una ola de solidaridad cuya realidad reparada no deje filtrarse más la espuma.

La ayuda mutua es una marejada; ignora la obligación.

La atracción pasional es el secreto de su irresistible expansión. Sin embargo, como cualquier manifestación de vida, es propensa a invertirse y es rápida convirtiendo en celebración de la muerte una vitalidad descuidada, languidecida en el aburrimiento, y de repente se enfurece por ese vacío que colma a la manera hitlero-estaliniana.

(…) Nos ponemos a soñar con la alegre hoguera de las vanidades en que se celebraría el fin de los teléfonos móviles, aun sabiendo que semejante eventualidad solo se tendrá en cuenta una vez redescubierto el placer de encontrarnos, una vez revocado el espíritu mercantil donde lo humano se pierde en meandros técnicos que lo parasitan y le quitan su sustancia.

Ahora bien, mientras el tiempo mercadea valorizando la apariencia prestigiosa a expensas de lo útil, vemos rehabilitarse entre el pueblo antiguas técnicas artesanales. Se aplican para arreglar a bajo costo los productos decretados obsoletos, a los que el programa transhumanista sustituirá por productos fácilmente accesibles al espionaje de datos personales.

Finalmente, también aporta reflexiones-pistas para los caminos a emprender:

Vivir humanamente es una experiencia a la vez atemporal e, históricamente hablando, radicalmente nueva. Basta apegarse a ella y seguirla para que cualquier obstáculo caprichoso contra su libertad choque con su sobreseimiento.

Así, estamos en lo cierto al hacer caso omiso de cualquier decreto liberticida.

La desobediencia civil es uno de los efluvios poéticos de este sobreseimiento. No tolera ninguna forma de depredación, ninguna forma de poder. Es el no-actuar que se afirma resplandeciendo, es el impulso vital que va un paso adelante y que, eslabón tras eslabón, quiebra, como por descuido, la totalidad de sus cadenas.

La guerra civil es un juego de muerte donde todas y todos se enfrentan, la desobediencia civil es el juego de la vida solidaria donde las pasiones se viven afinándose.

Hagámonos a cada instante la pregunta: ¿a quién beneficia esto?

(…) La apacible exuberancia de los zapatistas y los chalecos amarillos ofrece, sin duda, por primera vez en la historia, el ejemplo de una insurrección que sigue sonriendo mientras avanza de frente —a través de la sangre, el ruido, el furor y el horror del viejo mundo—.

Sean cuales sean nuestras dudas, desesperos y desengaños, los gritos de la inocencia insurrecta provienen de todas partes: “¡Nunca renuncies!”, “Sacrificar nuestra vida es correr hacia una muerte prematura”.

(…) El individuo autónomo recibe su fuerza de sí mismo y de la solidaridad de sus semejantes. El individualista es un incondicional del cálculo egoísta, un depredador vulgar, un puro producto del capitalismo.

Abandonando la palestra de las luchas facticias, los pueblos han aprendido en el sufrimiento que solo los comerciantes de armas ganan en una guerra. Nuestra lucha no es competitiva, se resume en vivir según nuestros deseos, reivindicando para todos y todas un derecho idéntico a la felicidad.

La alegría de vivir es una inclinación natural. Para su soberanía, la naturaleza deberá ser liberada del hombre depredador. Solo la libertad absoluta aniquilará el absolutismo que nos mata.

 

 

La casa como laboratorio: Finanzas, vivienda y trabajo esencial (Lucía Cavallero; Verónica Gago)

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La casa como laboratorio del capital

Queremos explicitar algunos puntos de lo que hemos venido argumentando. Explicar, de modo concreto, cómo la casa se ha convertido en campo de batalla, lugar de trabajos múltiples, espacio de nuevos usos de los que se beneficia la economía de plataformas, sitio de aterrizaje de deudas domésticas y de tecnología financiera. Es fundamental, como señalamos, que podamos problematizar lo que sucede allí, al ras de nuestra vida cotidiana, porque el feminismo ha desconfinado ese lugar que se quiso por mucho tiempo privado, familiar y superficie privilegiada del trabajo no pago.

Cuando decimos que la casa se ha transformado en un sitio predilecto para experimentaciones del capital no estamos afirmando que sea un proceso cerrado ni concluido. De allí la importancia de nuestra metodología feminista: vemos en ese espacio vital una disputa abierta y no unas modificaciones definitivas. Aun así, no podemos dejar de partir del cambio ya acontecido en muchas de las rutinas domésticas, en las dinámicas laborales, en las marcas mismas que ha impuesto la reorganización sensible y logística de la pandemia.

De esta forma, en este trabajo, postulamos que la casa –su espacialidad, funcionamiento y dinámicas– sufrió reconfiguraciones nodales durante estos dos años que no se terminan con el fin del período de medidas de restricción sanitaria.

 

Este párrafo de su apartado de conclusiones creemos que describe en buena medida uno de los aspectos centrales del contenido del librito (58 páginas) que hoy os acercamos: La casa como laboratorio: Finanzas, vivienda y trabajo esencial, escrito por Lucía Cavallero y Verónica Gago (Buenos Aires, 2022; Fundación Rosa Luxemburgo).

Aunque a esas conclusiones se llega de un trabajo previo que parte de las interrogantes que surgieron en su práctica política durante la pandemia:

Este trabajo resume y condensa los interrogantes que surgieron en nuestra práctica política durante la pandemia y es, al mismo tiempo, una continuidad de la investigación sobre los impactos del endeudamiento público y privado en la vida cotidiana de las mujeres, lesbianas, travestis y trans que realizamos en el marco del Grupo de Intervención e Investigación Feminista (GIIF).

(…) Por otro lado, como segunda línea, construimos una alianza política con la agrupación Inquilinos Agrupados para intersectar las agendas del movimiento feminista con las de lxs inquilinxs y, sobre todo, trabajar en conjunto deuda doméstica y vivienda en alquiler. Ambas dimensiones se conectaron de manera dramática durante la pandemia revelando, también, el ensamblaje de violencias machistas y abusos propietarios especialmente contra mujeres, lesbianas, travestis y trans, en lo que caracterizamos como “violencia propietaria” .

En la problemática de la vivienda entonces –y, en particular, en el modo en que el endeudamiento doméstico la reconfigura– hemos ubicado una zona clave de la investigación feminista. Allí también se reorganiza la dinámica de trabajo, remunerado y no remunerado, bajo nuevas coordenadas. Es en el hogar donde vemos concentrarse una serie de problemáticas que nos permiten seguir profundizando nuestra lectura feminista de la deuda y avanzar en lo que aquí nos interesa: ¿en qué sentido la casa se ha convertido en un laboratorio?, ¿cómo interviene esto en los reclamos y políticas que pueden articularse y demandarse?

(…) Son esas cuatro dinámicas en conjunto lo que nos interesa poner de relieve, analizar y conectar, porque desde allí podemos leer la casa, antes que como lugar de aislamiento, como terreno de batalla fundamental, tanto en el sentido de intrusión de nuevas tecnologías financieras como de reorganización de las jornadas laborales. En la casa también se acumulan disputas políticas que impactan incluso en la redefinición de las políticas públicas. La casa, vamos a sostener, es un espacio que condensa el aterrizaje de formas financieras novedosas (haciendo de la pandemia un laboratorio financiero) y de intensificación del trabajo (pago y no pago). Se anudan allí, donde históricamente el capital quiso mostrar un espacio “no productivo”, formas decisivas de la valorización actual.

No vamos a desgranar el contenido del librito, porque poco más os costará leerlo entero, pero para terminar de convencer a las más remisas, recojamos algunos párrafos-cebo más:

Una dimensión imprescindible en relación al estudio del endeudamiento doméstico es entender su relación con los trabajos no remunerados, mayoritariamente feminizados. Esta propuesta es una clave metodológica que agrega nuestra perspectiva feminista de la deuda, que resultó fundamental para comprender el impacto de la pandemia en la espacialidad doméstica. Es fundamental, también, para subrayar y cualificar la relación entre endeudamiento y trabajo, porque evidencia que la deuda no puede desprenderse de su dependencia del trabajo. Contra la abstracción financiera que pretende ser un número matemático o un índice en los mercados, la deuda se aterriza en cuerpos y territorios concretos de los que extrae valor, a los cuales explota de modo diferencial.

La necesidad de endeudarse para vivir se hace aún más fuerte en los hogares monomarentales, con mujeres a cargo de niños y niñas, convirtiendo al endeudamiento en otra de las formas de intensificación de las desigualdades de género y de particular explotación del trabajo no remunerado. La constatación de una capilarización del endeudamiento doméstico previo a la pandemia, evidencia que este período excepcional que aún transitamos encuentra a muchos hogares con deudas preexistentes a las cuales se sumarán nuevas.

A las condiciones de precarización en curso se agregó una mayor dificultad de las mujeres, lesbianas, travestis y trans de participar en el mercado laboral debido al incremento de tareas de cuidado en los hogares y en los barrios. De hecho, en el peor momento de la pandemia, hubo una caída del 14% de la tasa de actividad para las mujeres jefas de hogar con niñxs y adolescentes a cargo, casi 4 puntos más que la caída de la tasa de actividad general para el mismo período, estas situaciones funcionaron como motor para la aparición de nuevas deudas asociadas a la gestión de la vida cotidiana en el momento más duro de las medidas de aislamiento. Es decir: estamos frente a un engranaje en el cual a más trabajo no remunerado le corresponde más endeudamiento.

Por si alguna aún no lo viera claro, a ver qué piensa tras la lectura de este último párrafo que recogemos:

Si se hablaba de una triple jornada laboral para las mujeres, lesbianas, travestis y trans (trabajo asalariado, trabajo doméstico y trabajo comunitario), estamos hoy ante la imposibilidad casi de distinguir las horas en las que cada una de esas jornadas sucede. Por un lado porque hay una indistinción espacial que todo lo mezcla. Por otro, porque la jornada no sólo se extiende en cantidad de horas, sino que se intensifica al no tener distinciones y al asumir cada vez más tareas. Cada hora es triple jornada en sí misma. Mientras se teletrabaja, se cuida; mientras se hace trabajo comunitario, se atiende a la familia; a la vez que se trabaja a domicilio, se hacen trámites para acceder a beneficios sociales y se cocina.

Por todo esto, los hogares mismos se han convertido en espacios de experimentación para nuevas dinámicas del capital. Allí parece anclarse una suerte de continuum de labores que, incluso, desafía la división entre público y privado que estructura el mercado laboral..De hecho, nuestra hipótesis es que estamos ante una reestructuración de las relaciones de clase que toma como escena principal el ámbito de la reproducción.

Aquí lo dejamos, agradeciendo a las autoras su esfuerzo de reflexión, y desean que las lectoras le sepamos sacar todo el jugo a estos más que apetitosos frutos.

 

 

 

 

 

Calle NUEVA DENTRO-JUDERÍA/ BARNEKALE BERRIA—JUDUTEGIA kalea (una calle de la que aprender de nuestros errores)

En referencia a esta calle creemos necesario conocer, más allá de visiones edulcoradas, la historia de judeofobia que nos cuenta, pues creemos que solo siendo conscientes de los errores cometidos en otros momentos de nuestra historia podremos aprender para intentar no repetirlos. Por eso le dedicaremos al final un largo capítulo. Pero vayamos antes con algunas de las cuestiones que caracterizan a esta calle.

Algunos datos iniciales sobre la calle

El resumen sucintodel origen de la calle y sus diversas denominaciones lo recogemos de Henrike Knörr y Elena Martínez de Madina en su Toponimia de Vitoria:

Recibió su nombre por encontrarse murallas adentro. Dichas murallas correspondían con el límite del ensanche de 1256 que incluía además las calles Cuchillería, Pintorería y la propia de la Judería, actual Nueva Dentro.

El 17 de agosto de 1492, época en la que se verificó la expulsión de los judíos en esta ciudad, que hasta entonces habían formado una comunidad distinta a la cristiana, se cambió el nombre de Calle de la Judería por el de Calle Nueva. Al principio esta calle se llamó Calle Nueva a solas, pero al existir otra Calle Nueva, paralela a la primera fuera de las murallas, se les otorgó el nombre de Nueva Dentro y Nueva Fuera, respectivamente.

En 1887 absorbió la Calle del Hospicio, hasta que en 1962 esta última calle se convirtió en la Calle de San Vicente de Paúl. El 12 de mayo de 1992, el Ayuntamiento aprobó y elevó a decreto la propuesta de adoptar la denominación de Calle Nueva Dentro-Judería para la denominada, en esos momentos, Calle Nueva Dentro.

Sin embargo, Ismael García-Gómez (Vitoria-Gasteiz y su Hinterland. Evolución de un sistema urbano entre los siglos XI y SV) en base al padrón fiscal de 1489 sostiene que la que ya entonces aparece como Judería sería la misma calle que anteriormente aparecía como “puebla bajera”, “calle bajera” o “Barrenkale”, por lo que “coincide con el tramo final de la misma donde aún hoy en día la calle conserva la denominación de “Barrancal” (“Barrencal” según el listado de cofrades)”. Según esto cabría preguntarse si la luego Judería habrá sido inicialmente parte de Barrenkale.

Hay una cierta confusión sobre la extensión de la calle a lo largo de los tiempos, porque nos encontramos estudios que dicen que la calle Nueva Dentro o Judería llegaba solo hasta el cantón de San Francisco Javier, y que la Sinagoga estaba en ella… pero al mismo tiempo señalan que la Sinagoga ocupaba el espacio que luego pasó a acoger al Hospicio, que está más allá del cantón de San Francisco.

Calle San Vicente de Paúl, cuando todavía era Nueva Dentro. 1940 a 1960, de Gerardo López de Guereñu Galarraga, quien estudió las primeras letras en Nueva Dentro. ATHA-DAF-GUE-14389

Calle San Vicente de Paúl, cuando todavía era Nueva Dentro. 1940 a 1960, de Gerardo López de Guereñu Galarraga, quien estudió las primeras letras en Nueva Dentro. ATHA-DAF-GUE-14389

Y es que ese entorno en tiempos era bastante distinto a como lo vemos hoy, no sólo por el cambio en el nombre de sus calles, sino por la propia apariencia de ellas. Así lo describía en 1798 José Joaquín Landázuri (HISTORIA civil, eclesiástica, política y legislativa DE VICTORIA, sus privilegios, esenciones, franquezas, y libertades. -Tomo III-) Sigue leyendo

ENCUENTROS CON LO COMÚN DE UNA FORASTERA. Política y vida en el laberinto (Guiomar Rovira) ¡simplemente maravilloso!

Porque salí de Chiapas desnuda y rota. No pude. No fue verdad lo que un día había pensado y sentido: que yo pertenecía. Que yo podía vivir como ellas, que yo podía luchar siempre y ser de las imprescindibles. Nunca he odiado tanto a Bertold Brecht y su frase de “hay quienes luchan un día…” Yo me creía de las imprescindibles. Lo que ocurrió es que constaté algo muy duro aunque favorable: la gran diferencia entre mis compañeras indígenas y yo, era que yo me podía ir. Yo sí podía elegir. Ahora puedo afirmar algo que quiero destacar: Ese es el Norte. Poder irse. Poder salir y entrar, pero sobre todo, no necesitar estar.

Ahí sí comprobé que yo era del Norte.

Hace ya un tiempo una buena amiga de este blog, que conoce nuestras inquietudes y nuestro interés en intentar conocer otras realidades, experiencias de rebeldía, de construcción de lo común, de reflexión colectiva (todo ello en el más amplio sentido de la palabra), no para copiarlas sino para intentar aprender de ellas e incorporar de esa sabiduría popular ajena acumulada lo que pueda ser útil en nuestro aquí y ahora, decíamos, esa buena amiga nos hizo llegar un texto titulado Más allá del feminismo: caminos para andar, (Red de Feminismos Descoloniales, México 2014). Es un texto colectivo, pero hoy queremos centrarnos exclusivamente en uno de ellos, que para nosotras ha supuesto un regalazo tremendo por muchas razones.

Se trata del texto cuyo título utilizamos para el de este post ENCUENTROS CON LO COMÚN DE UNA FORASTERA. Política y vida en el laberinto, escrito por Guiomar Rovira. Leído el párrafo del texto que encabeza esta entrada, habrá quien piense que Guiomar es una de las no pocas personas, habitualmente jóvenes, que bien aprovechando alguna brigada organizada, bien por otra vía menos habitual, se acercó a Chiapas un verano, o unas semanas o meses a hacer “labor internacionalista”, y se dio de bruces con una dura realidad, muy distinta a su idealización, que la superó. Nada más lejos de la realidad.

Guiomar es una mujer nacida en Barcelona en la década de los 60, quien ya desde muy joven tuvo experiencias de militancia política en diversos campos (ambiente libertario, okupación, punk, feminismo, antimilitarismo…) a quien el levantamiento zapatista de 1994 la pilló en Chiapas, y no precisamente de turismo (por aquel entonces trabajaba de periodista ‘free-lance’ para medios catalanes). Gracias a ella tuvimos por estas tierras el primer testimonio fiable de lo que suponía el nuevo Zapatismo, a través de su libro ¡Zapata Vive! (editado el mismo 1994) escrito en base a los testimonios directos de las mujeres y hombres que formaban las comunidades que integran el EZLN y el zapatismo. Sobre Guiomar ya comentamos en su día lo mucho que nos gustó su tesis doctoral(“La red transnacional de solidaridad con la rebelión indígena de Chiapas y el ciclo de protestas contra la globalización”).

Por eso, por venir de alguien con la experiencia del recorrido que tiene Guiomar (que bastantes años después dejó Chiapas, pero sigue afincada en México) nos ha impactado más aún el texto que hoy os acercamos. Hay varias razones de peso para ello.

En primer lugar, porque es terriblemente difícil encontrar alguien que esté dispuesta a mostrarnos la desnudez completa de su alma, su corazón, sus sentimientos, sus contradicciones y miedos en la experiencia de su compromiso político, como hace Guiomar de una forma sublime en el texto. Y esa franqueza rotunda abre de par en par puertas y ventanas a nuestra reflexión en aspectos fundamentales que casi nunca se abordan.

En segundo lugar, porque nos ofrece una perspectiva de la realidad de las comunidades zapatistas de alguien que, como reconoce la propia Guiomar, fue Sur, aunque no dejara totalmente de ser Norte. Y es que, como relata en la parte de su texto (en la que nos centramos en esta reseña) previa al párrafo con el que se inicia este post:

Yo fui y me sentí parte como nunca en la vida en Chiapas. Fue entre las insurgentes que yo encontré a mis hermanas. Fue en las comunidades más remotas donde conocí a mi abuela, la iaia Pepita. Nunca he pertenecido tanto a nada como a nosotras, a ellas. Recuerdo a la mayor Ana María y la manera en que me jalaba la chamarra: éramos amigas desde la primera vez en que nos miramos a los ojos en la catedral de San Cristóbal de las Casas durante el primer diálogo de paz. Nos reímos: ¿Cuántos años tienes? 26. Las dos teníamos 26. Identificación generacional. Identificación de género. Identificación de extranjería. Identificación al fin en la política, eso lo miré en sus ojos y ella en los míos. Algo profundo, algo que hermana. Hermanas de lucha. Nos dio una enorme risa.

Y luego, como nunca surgió lo común. De lo común surgieron nuestras voces que se enredaron en el relato que escribimos juntas y que se publicó como Mujeres de maíz, que yo firmé. Y que no me arrepiento de haber firmado porque es lo único que yo podía aportar. Ellas aportaban todo: sus vidas. Por eso me dieron sus palabras, para incluirme, para ser ellas. En las noches y con una grabadora, en las tardes en el sopor canicular. Mirando las estrellas. Y lo más bonito que me ha pasado en la vida fue el regalo de acogerme y de hacerme sentir, quizás por primera vez en mi vida, en casa.

Mi lucha es su lucha. Y cada quien hace lo que puede en su trinchera, la que tiene a mano.

Y, en tercer, y probablemente más importante lugar, porque pensamos que muchas de las reflexiones, sentimientos y vivencias que Guiomar nos traslada de su ser Norte en ese Sur de las comunidades chiapanecas, salvando todas las distancias, pueden tener su aplicación en el trabajo que muchas de nosotras realizamos en nuestros barrios. No somos pocas las que vivimos en el Casco porque lo hemos elegido, y por eso no debemos perder de vista nunca lo que Guiomar nos cuenta:

la gran diferencia entre mis compañeras indígenas y yo, era que yo me podía ir. Yo sí podía elegir. Ahora puedo afirmar algo que quiero destacar: Ese es el Norte. Poder irse. Poder salir y entrar, pero sobre todo, no necesitar estar.

Ahí sí comprobé que yo era del Norte.

Por eso también, para quien como nosotras apostamos por el impulso de la comunidad vecinal autogestionada del Casco, es todo un reto plantearnos cuestiones como éstas que nos acerca Guiomar refiriéndose a las mujeres indígenas (que en nuestro caso son esas personas vecinas del barrio, que ni tan siquiera han tenido o tienen la opción de esa elección):

¿Somos capaces de despojarnos de nuestras certezas, de esas identidades defensivas que nos aseguran un lugar privilegiado en el mundo, y compartir simplemente nuestra humanidad e intentar pensar en común? ¿O sólo saben hacerlo aquellas personas que no tienen más remedio, aquellas personas que ya están excluidas de todo? Nos conocen mejor ellas a nosotras que nosotras a ellas…

Entonces, ¿cómo le podemos hacer para intentar escuchar a las mujeres que no pueden elegir?

Testimonios, reflexiones, experiencias y preguntas de Guiomar que son el mejor de los regalos para algo tan necesario siempre como la interpelación y el autocuestionamiento de algunas o muchas de nuestras prácticas y perspectivas que, a menudo, desarrollamos por cierta inercia, sin demasiada consciencia. Y es que compartimos con Guiomar también una de sus últimas reflexiones:

Para concluir, creo que es un deber no rechazar lo que no encaja, no aplicar la lógica del tercer excluido propia del pensamiento occidental numérico. Hay que poder decir lo que duele, lo que rompe lo común. Sin ocultarlo, sino expresando la contradicción de lo desagradable, de lo inquietante.

Lo dicho, mucho que reflexionar, analizar, debatir, compartir y desmenuzar de este magnífico texto-testimonio regalo que nos llega de Guiomar. No dejemos ni una miga de este manjar, y acerquémoslo a nuestras mesas siempre que nos sea posible. Nos va mucho en ello.

 

RECUPERAR LA COMUNIDAD (Colectivo Malatextos)

LOGO MALATEXTOS

¿Los movimientos sociales atraviesan una crisis de final de ciclo? Se ha convertido casi en un lugar común el comentario sobre su progresivo agotamiento y desaparición como agente significativo a nivel global. Las sensaciones de cansancio y repliegue, ensimismamiento y desunión y, finalmente, de fracaso e inutilidad se han ido agudizando en la última década. Y la irrupción de la pandemia de Covid-19 solo ha hecho más palpable, acelerándolo, un proceso de degradación que viene de lejos.

Más allá de las grandes transformaciones económicas y sociales de comienzo del siglo XXI, resulta determinante la implantación de las nuevas tecnologías comunicativas las cuales, pese a su utilidad en algunos aspectos, han provocado la virtualización de las relaciones sociales y cierta descomposición del tejido comunitario basado hasta ahora en lo presencial.

No obstante, existen razones previas, más profundas, como la crisis de los grandes relatos políticos emancipatorios, su fragmentación en capillas, su subordinación a la política de sindicatos y partidos y, en último término, su acomodamiento al marco capitalista. En cualquier caso, sea cual sea el análisis que hagamos, la realidad es que hoy no hay un movimiento social fuerte, no ya capaz de impulsar una improbable revolución sino apenas de resistir o revertir algunas de las políticas más lesivas para la mayoría.

Abandonada la lucha obrera y de clase como gran eje movilizador, a pesar de que el ecologismo y el feminismo han destacado por su empuje en los últimos tiempos, a día de hoy todavía no han sido capaces de generar un movimiento amplio, cohesionado y transversal que confronte con el mercado y el capital.

Cuando nos encontramos un texto con este título “Recuperar la comunidad” y unos primeros párrafos como estos se nos mezclan dos sensaciones contrapuestas. Primero un subidón, por ver cómo hay determinadas preocupaciones, análisis y apuestas que están más extendidas de lo que nuestra miopía nos permite conocer. Pero, al mismo tiempo, una cierta rabia por no haberlo conocido a tiempo y poder enriquecernos del debate abierto al que ha sido sometido. Porque como explica Malatexto, este es un:

Texto elaborado colectivamente para el encuentro “La comunidad en tiempos del colapso”, dentro del ciclo de actividades “Comuna, comunidad, común”, celebrado en Katakrak en lo meses de septiembre a noviembre de 2021, con motivo del 150 aniversario de la Comuna de París.

Además es un texto que tiene muy en cuenta el momento presente:

En nuestros países enriquecidos, si de alguna fuente pudiera surgir alguna conciencia común, quizá fuera frente a los graves peligros planetarios que nos acechan: ecológicos, climáticos, de agotamiento de recursos o pandémicos, todos ellos en una dinámica de agudización de la desigualdad social, lo cual nos está condenando a alguna forma de colapso más o menos desastroso, que afectaría de forma diversa a una amplísima mayoría social.

En este sentido, este colapso anunciado quizá no sirviera para hacer surgir de manera inmediata un nuevo tipo de comunidad, pero sí podría suscitar una conciencia común previa basada en la necesidad de alcanzar acuerdos de mínimos -una especie de denominador común-, que girara en torno a lo que hoy representan algunos planteamientos ecologistas , ecofeministas y antirracistas de nuevo cuño, que lograran hacer confluir, por ejemplo, al movimiento por el decrecimiento con el del reparto del trabajo. No obstante, no parece que, de momento, se avance en esa dirección; por el contrario, la pandemia de Covid 19, nos ha demostrado que las escasas reacciones positivas de perfil comunitario y solidario suscitadas son devoradas rápidamente por la perversa dinámica dominante del sistema, capaz de metabolizar hasta las críticas más severas.

Y que caracteriza su concepto de comunidad de una forma que nos es muy cercana y compartida:

Una comunidad de diferentes pero no de solitarios/as basada, en principio, en la amistad y la afinidad pero capaz de abrirse y proyectarse más allá, entre gente que no conocemos directamente. Para replicarse y tejerse en una red hospitalaria, transversal, posidentitaria. Una red comunitaria, diversa y libre en su orígenes, pero que comparta no tanto una ideología como un imaginario común, más allá del juego de la utopía y la distopía, centrada en el presente.

Una comunidad que, en este sentido, asumiría unos valores éticos y hasta espirituales, esto es, una cierta visión del mundo a la hora de abordar los problemas básicos de la existencia en torno a la igualdad, el reparto de la riqueza o la sostenibilidad del planeta. Estos valores primarios resultarán fundamentales a la hora de promover una forma de vida alternativa al individualista consumismo capitalista y al conformismo en el sistema político actual, no al margen de todo sino en el margen del todo, como privilegiada posición estratégica.

Si en una primera parte el texto define las coordenadas generales de la propuesta, en una segunda se esfuerza por dibujar las líneas de acción comunitarias posibles, aportando 8 planteamiento generales y otras 8 iniciativas prácticas. El final del texto es también una llamada a la acción:

Pero las formas de movilización actuales, reducidas a la protesta y la reivindicación, no alcanzan a romper el actual marco capitalista y anticomunitario, pues quedan dentro, como parte del sistema imperante y con una casi nula capacidad de presión, haciendo obsoletos nuestros viejos métodos. Formas de actuación que priorizan el enfoque de una confrontación aparente, pero que están ocultando que operan dentro de la realidad existente, y que acaban derivando generalmente todas las responsabilidades hacia fuera…

Son por ello necesarias otras formas de actuación que arranquen no de lo que reclamamos sino de los compromisos y posturas vitales asumidas en primera persona (que al realizarse efectivamente, sin esperar a que otros/as las lleven a cabo, ya se están ejerciendo y produciendo comunidad), así como de su propagación como invitación honesta al conjunto de la sociedad a recuperar la comunidad…

No os desmenuzamos más el texto (que no es muy largo, 6 páginas) pero, hemos estado indagando sobre cómo habrían salido esos encuentros de discusión colectiva y debates en Katakrak y hemos encontrado un texto de una persona del Colectivo Malatexto que nos sirve de referencia a ello, y cuyos últimos párrafos son:

No sabemos todavía si esta era del colapso del Antropoceno, la edad del ser humano, nos traerá un regreso al autoritarismo y la guerra entre pobres o, como aventuran pensadores como John Bellamy Foster y Brett Clark, el paso de la edad del Capitaliano, marcada por el capitalismo, a la Comuniana, derivada de la instauración del común, el comunal y la comunidad. Lo que sí tenemos cada vez más claro es que, pese a la dificultad a la hora de abordar una amenaza tan etérea y multifactorial, frente a la resignación y la desunión, debemos entender el momento actual como la oportunidad para transformar desde la vida cotidiana, tarea que empieza por alcanzar unos mínimos comunes básicos de carácter global. Y, ante todo, una certeza: solo en la lucha y desde el activismo social, podremos construir comunidad.

Si estas intuiciones han de resultar válidas será también porque estamos dispuestos/as a re-constituirnos, a nivel personal, como nuevos sujetos políticos; tarea exigente que requiere reflexión, escucha, creatividad, experiencia, resiliencia y generosidad y, para superar la desigualdad, salir de la comodidad de nuestro status social de clases privilegiadas. Son por ello necesarias otras formas de actuación que arranquen no de lo que reclamamos sino de los compromisos vitales asumidos en primera persona, así como de su propagación como invitación honesta al conjunto de la sociedad —en primera instancia a nuestra juventud precaria y sin futuro— a recuperar y reinventar la comunidad activista.

¿Nos creemos estas conclusiones tentativas y exploraremos estas líneas de acción? ¿Son meras reflexiones teóricas o estamos dispuestos/as a aplicarlas aquí y ahora? ¿Estamos esperando a que alguien mueva ficha o emprenderemos el camino de la comunidad activista ya mismo? ¿Cuál es el próximo paso que vamos a dar en nuestros grupos para comunalizarlos en red? ¿Y el qué voy a dar? Quizá aportar cara a cara, sin prisas, amistosamente, en una modesta reunión en una sala cualquiera sin calefacción sea la semilla que necesitamos para empezar…

Visto lo visto y leído lo leído, vamos a continuar intentando seguirle la pista a esta hermosa iniciativa, a ver si podemos estrechar lazos comunitarios.

Burorrepresión salvaje contra Etxebizitza Sindikatua: 70.000 € por protestar contra un desahucio

Cartel para reunir 70000 euros etxebizitza sindikatua

Llamamos burorrepresión a la forma que tienen los gobiernos de desincentivar la protesta ciudadana a golpe de multas, imponiendo mordazas a las voces críticas que cuestionan sus políticas y proponen alternativas. La burorrepresión, al igual que la represión a golpe de porra y de prisión, provoca un miedo injusto a ejercer libremente los derechos básicos que garantizan la convivencia democrática, tales como el de expresarse libremente y el de manifestar las opiniones junto a otras personas.

Sin embargo, a diferencia de la represión violenta, la burorrepresión dificulta la solidaridad y la capacidad para percibir qué nos está pasando a mucha gente, porque castiga fuera del contexto local y temporal en el que se dio la manifestación. De alguna manera, individualiza el sufrimiento.

Y además, resulta especialmente injusto, porque apunta a los bolsillos de las personas que salen a manifestarse precisamente porque el propio sistema precariza sus vidas. Supone, en definitiva, un doble castigo.

Así pues, las políticas represivas persiguen acallar voces disidentes, que entienden que existen otras posibilidades de organizarnos como sociedad y que así lo ponen de manifiesto juntándose en calles y plazas. Y ante una situación de crisis total como la que nos encontramos, limitar otras voces supone una pérdida de oportunidades imperdonable para construir una sociedad más justa y feliz para todas las personas que la habitamos.

(BURORRESISTIENDO. Manual de emergencia contra multas –Comisión legal Sol)

El movimiento popular de Gasteiz no podemos quedarnos en silencio ante la burorrepresión salvaje que las instituciones están llevando a cabo contra Etxebizitza Sindikatua. Es preciso denunciar el acoso y derribo que se ha decretado contra quienes se atreven a cuestionar el estado de cosas, y quienes apostamos por una transformación radical (desde la raíz) del actual sistema económico-político debemos poner entre nuestra prioridades la solidaridad con quienes practican la desobediencia, más aún cuando, como en el presente caso, ésta ha tenido lugar como herramienta para el apoyo a parte de la población que más padece en carne propia el terriblemente injusto reparto de la riqueza en el que se basa el modelo social.

Por eso hoy en KTT abrimos este espacio a los textos de Etxebizitza Sindikatua, para que nos cuenten lo sucedido y nos indiquen la forma de que, quienes puedan, practiquen también la solidaridad económica.

Y sí, ya sabemos que en el ildo sozialista en el que se enmarca el Sindicato de la Vivienda de Gasteiz, no son pocas las voces que dicen que el movimiento popular no existe, que es un invento de no sé quién y que está al servicio de no sé cuantos… (se nota que no vivieron ni en los 80 ni en los 90 de esta ciudad y desconocen los logros alcanzados por ese movimiento popular, del que todavía se alimenta todo el espectro radikal de la ciudad, ellas incluidas). Pero la solidaridad ante la represión, y en este caso ante la salvaje burorrepresión de quienes defienden un cambio revolucionario (que es verdad que se está cebando de forma muy especial contra esta corriente de opinión), siempre ha estado entre las prioridades de la llamada izquierda crítica, sea autónoma o de alguna familia ideológica concreta, y erraríamos de pleno si por sus críticas y forma de proceder ante el resto del movimiento popular (ellas también son movimiento popular) dejáramos de practicar ese principio básico de solidaridad, y comenzaríamos a parecernos a las organizaciones políticas tradicionales que ponen su ego por encima de la ética y la solidaridad.

Así que centrémonos en lo fundamental, que es en practicar la solidaridad, y como además de la económica, solicitan el apoyo en la difusión, recojamos sus palabras.

 

70.000€ POR HACERLE FRENTE A UN DESALOJO

El Sindicato de Vivienda de Gasteiz tiene que hacer frente a 70.000 euros en multas, a raíz del desahucio llevado a cabo en la calle Los Herrán, en enero del año pasado. Dicho día el ayuntamiento de Vitoria dejó sin alternativa habitacional a 15 personas, entre ellas menores, familias e individuos económica y jurídicamente en estado de vulnerabilidad. Todo esto, la misma época en la que al gobierno se le llenaba la boca con el amparo de la moratoria y el suspenso temporal de los desahucios.

Ya el verano pasado sufrimos las consecuencias de esta defensa: la descomunal cifra de 30.000 euros en multas, impuesta por el Gobierno Vasco bajo la Ley Mordaza. Ahora, hemos vuelto a ser sancionados con otros 40.000, esta vez por parte del Ayuntamiento de Vitoria, que nos achaca haber incumplido el confinamiento perimetral y las medidas COVID. Una vez más, el contexto de la pandemia ha demostrado ser la perfecta excusa para la restricción de libertades y para la represión arbitraria de cualquier acto de protesta.

En suma, nos enfrentamos a la friolera de 70.000 euros por intentar impedir que 15 personas se quedasen en la calle. Además de ser una medida contra quienes participamos en aquel desahucio, es un mensaje a todo aquel que ose hacer protestas del mismo tipo. Y es que, en época de crisis y encarecimiento de la vida el peso de la represión económica aumenta, ahondando en su carácter disciplinario. En efecto, estas multas son una amenaza contra cualquier intento de defensa de las condiciones de vida de la clase trabajadora y su organización política, siendo ataques directos a las libertades más básicas.

Desde el Sindicato de Vivienda de Gasteiz denunciamos la desproporción y la arbitrariedad de la sanción impuesta. Ha endeudado a decenas de personas pero, sobre todo, es un claro ejemplo del sabotaje a un movimiento con el fin de ahogarlo. En consecuencia, hemos comenzado una campaña de recaudación de fondos, para todo aquel que quiera ayudar en esta causa.

Es tiempo de hacer pedagogía y expandir la solidaridad de clase en época de represión, empobrecimiento y crisis, para sostener los procesos de lucha vigentes, y los que están por venir.

PARA HACER TU APORTACIÓN ECONÓMICA

Cuenta corriente:

ES14-3035 0080 91 0800087090

https://etxebizitzasindikatua.wordpress.com/70-000e-por-hacerle-frente-a-un-desalojo/

ASAMBLEA VECINAL SOBRE LA SALUD EN EL BARRIO (2 de junio a las 18 en El Campillo)

ASAMBLEA VECINA SALUD

 

 

En KTT ya hemos comentado en varias ocasiones las iniciativas que está llevando a cabo la experiencia vecinal de la red Cuidándonos en Alde Zaharra Elkar Zainduz. Si la última vez era para devolver al barrio lo recogido de la iniciativa FotoVoz-AZ sobre cómo cuida el Casco a sus personas mayores, en esta ocasión van más allá, y nos convocan a todas para hablar no sólo del Centro de Salud que queremos (que también, ya sabéis los graves problemas y carencias que tiene el actual, y se viene reclamando uno nuevo desde 2008), sino sobre la SALUD en el barrio, un concepto que va mucho más allá de lo relacionado solo con las enfermedades, porque como ya hemos señalado en algún otro post, en los Centros de Salud, habitualmente, solo se tratan las enfermedades, y están muy lejos de utilizar enfoques, cuidados, métodos o terapias alternativas que se basen en la consideración de la persona como un todo (enfoque holístico), en interacción continua y cambio con el entorno, integrando aspectos físicos, genéticos, mentales, emocionales, espirituales, medioambientales y sociales.

 

Por si alguna le queréis dar un par de vueltas al asunto antes de ira a la Asamblea, quizá os puedan ser de utilidad tanto los datos del diagnóstico del barrio relacionados con la Salud (dentro de su limitación, y con un enfoque oficial), como la amplia y rica perspectiva sobre la salud comunitaria y la autogestión de la salud que ofrece el libro Autogestión Cotidiana de la Salud

 

Para quien quiera conocer todavía más puntos de vista, recomendamos también la lectura del texto de Xabier Jaso Nos sanamos, nos empoderamos. Discursos y prácticas de Salud colectiva y autogestión en un contexto urbano, así como el texto recopilación de experiencias de Osabizi NOS CUIDAMOS, NOS SANAMOS Resistencias populares hacia la salud colectiva. Sin olvidar que suele ser muy nutritivo aprender de experiencias que aunque lejanas en la realidad cotidiana, pueden aportarnos perspectiva, como en el texto peruano NUESTRA SALUD: recuperando saberes de las mujeres para el buen vivir

 

Son varias las ocasiones en las que hemos resaltado que esta red vecinal de Cuidándonos en Alde Zaharra Elkar Zainduz, en la que participan colectivos vecinales y personas, junto con personas concretas de varios servicios municipales y del propio Centro de Salud, precisa de la participación e impulso vecinal para no terminar quedándose en un “programa de actuación” más. Y conviene no olvidar que la SALUD con mayúsculas y todo su contenido, debe ser una de la cuestiones que toda comunidad vecinal debe abordar y desarrollar. De nuestra participación el día 2 de junio a las 18 horas en El Campillo, depende en buena parte.

Tan cerca y tan lejos de las alternativas al desarrollo. Planes, programas y pactos en tiempos de pandemia (Eduardo Gudynas)

Tan cerca y tan lejos (imagen)

(…) el Foro Económico Mundial, que se reúne en Davos (Suiza), es una de las mecas de la elite del empresariado y la política que mantiene el capitalismo planetario. En sus encuentros están los CEOs y ejecutivos de las grandes corporaciones, presidentes, reyes, sultanes y ministros, académicos y hasta algunos artistas. Es obvio que la intencionalidad de su alternativa no es abandonar el capitalismo, sino reformularlo. (…) Pero al mismo tiempo, este ejercicio deja en claro una paradoja: hay muchas similitudes entre los contenidos del programa de Davos con unas cuantas de las alternativas que se discuten en la actualidad, incluidas aquellas desde la sociedad civil o que son apoyadas por organizaciones ciudadanas. Pueden existir las intenciones más radicales o los proponentes ser muy distintos, pero cuando el programa alternativo se enfoca en listados de acciones e instrumentos sin clarificar adecuadamente sus conceptos y propósitos, se corre el riesgo de que las propuestas ciudadanas se vuelvan similares a las de la elite política y corporativa globalizada. Proponer impuestos a los ricos o que se deben retirar los subsidios a los hidrocarburos, es importante, pero por sí solos no dejan en claro si son apoyos o rupturas con el capitalismo o el desarrollo. Si se enumeran medidas sin incluir un contexto conceptual, sin explicitar los horizontes de cambio a los que se aspira avanzar, sin atacar las estructuras y dinámicas de fondo, todo será incompleto. Cuando no se clarifican esas bases se debilitan las opciones de cambio.

Hay personas que tienen la capacidad o habilidad de explicar en términos comprensibles para la gran mayoría algunos de los conceptos oscuros que se mueven habitualmente en torno a los modelos económicos. Eso es lo que, a nuestro entender, lleva acabo en el texto el uruguayo Eduardo Gudynas titulado Tan cera y tan lejos de las alternativas al desarrollo. Planes, programas y pactos en tiempos de pandemia, quien analiza la situación en la que nos encontramos tras la pandemia, y las distintas alternativas que (especialmente desde América Latina, pero también en el resto) se están proponiendo. De hecho, el índice del documento es el siguiente:

  • INTRODUCCIÓN
  • LAS REACCIONES ANTE LA PANDEMIA
  • PROPÓSITOS, CORRESPONDENCIA Y COHERENCIA EN LAS ALTERNATIVAS
  • CRECIMIENTO Y REFORMAS DEL CAPITALISMO
  • ALTERNATIVAS MÁS ALLÁ DEL CAPITALISMO
  • IMAGINANDO FUTUROS, CONSTRUYENDO ALTERNATIVAS
  • ALTERNATIVAS, DESOBEDIENCIA Y TRANSICIONES

Para Gudynas, las alternativas no son universalizables, y por eso se esfuerza en dejar clara la necesidad de analizar la situación, características y posibilidades de cada zona:

No puedo dejar de sentir que en vez de buscar ejemplos dentro de la política de Estados Unidos o europea, serían ellos los que deberían inspirarse más en las experiencias de los progresismos y las izquierdas latinoamericanas tanto en sus aciertos como en sus errores. La insistencia en seguir esperando ejemplos desde el norte, considerar que la discusión privilegiada debe ser con ellos, y hasta la reutilización de las etiquetas en inglés de modo apresurado, nos coloca en el riesgo de seguir dentro de la colonialidad de saberes.

Los académicos, intelectuales o militantes de ese norte, especialmente europeos, responden con alternativas pensadas y elaboradas para sus realidades y urgencias. Eso explica, por ejemplo, que aborden de cierto modo las cuestiones del desarrollo, las urgencias sociales o los problemas ambientales.

Eso explica, por ejemplo, el cierto énfasis que se le da a la lucha contra el cambio climático o que discutan usando el paraguas del decrecimiento.

Nos parece que uno de esos aprendizajes que sería bueno llevar a cabo desde acá sería incorporar el cuestionamiento de todos los conceptos relacionados con el desarrollos, lo que supone, entre otras cosas cuestionar el concepto de valoración: Sigue leyendo

AYUDA MUTUA: CONSTRUYENDO SOLIDARIDAD DURANTE ESTA CRISIS (Y LA PRÓXIMA). Por Dean Spade (traducción de Pamela Cappas-Toro)

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Las contradicciones de una crisis requieren tácticas audaces

El momento político contemporáneo es definido por la emergencia. Las crisis graves como la pandemia del COVID-19 y el cambio climático- que induce fuegos, inundaciones, y tormentas, así como las crisis de la criminalización racista, la ejecución brutal de inmigración, la violencia de género endémica, y la inequidad severa de riquezas amenazan la supervivencia de la gente alrededor del mundo. Las políticas gubernamentales producen y exacerban el daño, responden de manera inadecuada a la crisis y se aseguran de que ciertas poblaciones carguen la peor parte de la contaminación, la pobreza, la enfermedad y la violencia. Ante esta situación, más y más personas ordinarias se sienten llamadas a responder a sus comunidades, creando formas audaces e innovadoras de compartir recursos y respaldar a sus vecines. Este trabajo de supervivencia, cuando se hace en conjunto con los movimientos sociales que exigen cambios transformadores, se llama ayuda mutua.

La ayuda mutua ha sido parte de todos los grandes y poderosos movimientos sociales y tiene un rol particularmente importante que desempeñar en estos momentos, que enfrentamos peligros sin precedentes, así como oportunidades para la movilización. La ayuda mutua provee a las personas una forma de conectarse a los movimientos, basado en sus preocupaciones inmediatas y produce espacios sociales donde la gente cultiva nuevas solidaridades. En su mejor momento, la ayuda mutua produce nuevas formas de vivir donde las personas crean sistemas de cuido y generosidad que abordan el daño y fomentan el bienestar.

Este libro es sobre la ayuda mutua: explica el porqué de su importancia, cómo es, y cómo llevarla a cabo. Asimismo, provee una teoría de movimiento político comunitario de ayuda mutua así como herramientas concretas para abordar algunas de las interrogantes mas difíciles que enfrentan los grupos de ayuda mutua, tales como: cómo se trabaja en grupo y se toman decisiones juntes; cómo se previene y se aborda el conflicto, y cómo se maneja la fatiga para que podamos construir una movilización a largo plazo y victoriosa.

Estos son los párrafos iniciales de la introducción del libro Ayuda Mutua: Construyendo solidaridad durante esta crisis (y la próxima) (descargar aquí) escrito por Dean Spade, y que hemos de comenzar por decir que cumple los objetivos a los que se compromete en esos párrafos, constituyendo así una más que recomendable herramienta con la que ponerse manos a la obra en la construcción de redes de apoyo mutuo.

Pero, a diferencia de la mayoría de los textos que acercamos a KTT de personas autoras del otro lado del Atlántico, éste no está elaborado por alguien que viva en América Latina, sino en pleno Seattle. Tal y como describen brevemente en estos párrafos en la revista digital Ctxt, en una entrevista a Dean Spade (cuya lectura os recomendamos):

Dean Spade es profesor de Derecho en la Universidad de Seattle y fundador del Sylvia Rivera Law Project, que ofrece asesoría legal a personas trans, intersexuales o no binarias sin recursos económicos. También es activista contra la expansión del sistema penal y policial. 

La obra de Spade está centrada en desentrañar los principales problemas que tiene el activismo de base que, en los últimos años y con la pandemia, ha crecido enormemente en Estados Unidos.

Vamos, que Dean, de 45 años, no escribe de oídas, sino desde el conocimiento aportado por su experiencia en movimientos transformadores desde hace décadas. Esa experiencia no le ha llevado ni al conformismo, ni al escepticismo, ni al cansancio o acomodamiento. Por el contrario, y tras lo vivido durante la pandemia, su análisis es toda una invitación es una llamada urgente a la autoorganiación en redes de apoyo mutuo.

Los movimientos sociales de izquierda tienen dos grandes tareas en estos momentos. En primer lugar, necesitamos organizarnos para ayudar a la gente a sobrevivir las condiciones devastadoras que se suscitan a diario. Segundo, necesitamos movilizar a miles de millones de personas para la resistencia para que podamos enfrentar las causas subyacentes de la crisis. En este momento crítico, los movimientos pueden fortalecer y movilizar a nuevas personas a luchar contra les policías, las ejecuciones de inmigrantes, las autoridades del bienestar, propietaries, recortes de presupuesto, contaminadores, la industria de defensa, especuladores de las prisiones, y los grupos de derecha. La forma de encarar estos dos grandes deberes -abordar las necesidades de las personas y movilizarles para que resistan- es creando proyectos de ayuda mutua y reclutando muchas personas para que participen de estos. Los movimientos sociales que han construido poder y que han obtenido grandes cambios han incluido ayuda mutua, y no empero, esta ha sido una parte del trabajo de movilizaciones que ha sido invisibilizada y desvalorizada de manera frecuente. En este momento, nuestra habilidad de construir ayuda mutua determinará el que podamos tener un mundo donde sobrevivamos, o nos sumerjamos de manera más profunda en la crisis.

Pero el texto de Dean no es un texto teórico para la reflexión filosófica (aunque también sea válido para ello), sino como el propio Spade resume: Sigue leyendo